27.10.05

¿Qué opina de los hamsters?

Luego de cambiar un par de reflexiones en la blogosfera, creo que me di cuenta de algo (¡bien, una vez!).

Uno tiene distintos tipos de inclinaciones y aversiones. En general se trata de cosas más o menos permanentes, estables. Las posturas políticas por ejemplo, o los gustos literarios, musicales, etc.

Uno piensa normalmente que estas posturas están más o menos fundadas, sea en la lógica, sea en una filosofía o estética propias, o en lo que fuere.

Pero resulta que también hay aversiones pasajeras, cosas inexplicables e irracionales. O peor aún: uno puede expresarse en contra de algo que hasta el momento le había resultado indiferente, por razones que uno no sospecha.

Si, por ejemplo, una persona nos empieza repentinamente a hablar de su atracción por los hamsters, de que le gustan con locura y que tiene en su casa cinco, es probable que si encontramos su discurso exagerado o poco fundado el resultado sea que los hamsters nos empiecen a desagradar levemente. "¿Qué le vio a los hamsters? ¿qué es un hamster al final? Un ratón, un ratón del orto que encima te mea y es sucio y andá a saber si tiene piojos... ¡y cinco encima! pero qué nabo..." y así.

No cuesta nada imaginarse que si cinco minutos antes nos hubieran preguntado qué opinamos de los hamsters hubiéramos dicho "ni idea" o incluso que son simpáticos.

Escuchamos a un folklorista, uno bueno, digamos a Zitarrosa. Nos llega al alma, nos quedamos meditando sus letras. En eso vemos pasar a un pibe copado con Anastacia y es posible que nos parezca frívolo, pedante, superficial, a pesar de que hemos escuchado ya Sick and Tired y nos ha encantado, y seguiremos escuchándolo. Si en ese momento nos preguntan "¿Qué piensa del rock?" es muy probable que nuestra opinión será menos positiva que si nos lo preguntan en otro momento.

Me parece que somos más volubles de lo que pensamos (eviten el chiste de fácil asociación fonética, porque de eso otro seguro que también). Esgrimimos razones, pero esas razones son posteriores. Los hamsters y el rock, la ensalada rusa y la lluvia, las mujeres y la pelota vasca; si por algún motivo tuvimos problemas con alguna de estas entidades, pronto encontraremos razones para defenestrarlas, y análogamente les encontraremos mil virtudes cuando por algún motivo la mano venga distinta.

Hay una postura que es totalmente ridícula y que un servidor la mantiene vaya uno a saber por qué. Se trata de los equipos de fútbol. Esta es una postura 100% infundada e irracional y sin embargo es muy probable que uno cambie en su vida de postura política, o de gustos, pero jamás de hinchada.

Quien suscribe mantiene, sin el menor fundamento pero con una convicción de hierro los siguientes dictámenes como verdades inconmovibles:

1) Aguante Bostero.
2) Gallina vigilante.
3) Hijos nuestros morirán.

Ahora me pregunto: ¿es que todas nuestras posturas son así?

Somos de Boca (o de River, o de Racing) porque el tío Ricardo nos regaló la camiseta a los cinco años. ¿Es que somos marxistas, feministas, liberales, posmodernos, nietzscheanos o miembros de una secta por razones de similar peso? ¿Es que se es cualquiera de esas cosas por las mismas (sin)razones?

Si el lector llegó hasta acá, y habiendo leído otros posts del autor seguramente se dirá: "Este pibe está loco. Tiene convicciones defendidas como trincheras y ahora se viene a preguntar si no estarán tan fundadas como ser de Boca. Se volvió posmo, está en crisis, derrapó, comió pintura.".

Mi respuesta sería que no. O por lo menos no tanto.

Me parece que es un proceso dialéctico (¡hola Carlitos! ¿qué tal?). Razones para estar a favor o en contra de algo hay miles, pero todas están apoyadas en sistemas de valores.

Ahora bien, uno revisa (debería revisar) todo el tiempo su sistema de valores. La realidad cambia, mi posición en el mundo cambia, tengo que revisar mi sistema de valores para ver si sigue en línea con la realidad, y eso pone a prueba mis convicciones. La necesidad de razonar con justeza (y justicia) hace que uno se interrogue una y otra vez acerca de lo fundado de sus ideas.

La verdad es algo importante, por eso necesita ser puesta en duda en todo momento. Preguntarse por la validez de las propias ideas tiene sentido si uno quiere tener ideas que valgan la pena. Creo que las ideas que realmente valen la pena cuestan. Cuestan trabajo.

Obvio que uno se equivocará aún así, tendrá igual ideas de dos mangos, pero creo que se equivocará mucho menos.

Hace ya unos años un milico argentino, fascista y estúpido dijo: "La duda es una jactancia de los intelectuales". Ya podemos imaginarnos lo que deben valer las convicciones de un tipo que no las pone a prueba jamás.

Otras personas en cambio tienen terror de todo lo que pueda sonar a verdad, objetividad o incluso realidad. Según esta gente, no hay que poner a prueba nada, ya que no hay tal "realidad", ni verdad, o al menos no una que podamos conocer. Hay gente que se instala en la duda con tanta fuerza como si fuera la mayor de las convicciones. Porque negar toda convicción es también una convicción (je), y no de las más productivas ni interesantes. No me parecen mucho más inteligentes que el ejemplo anterior.

La duda no me parece un objetivo en sí misma, y la convicción tampoco. La combinación de ambas me parece tiene más swing.

A todo esto, los hamster son un asco. Prefiero mil veces un pomerania.

Buenas noches.

14 comentarios:

Charlotte dijo...

Necesito compartir que mi Hamster se llamaba Mickey Ham (si por el otro, en fin, ni da explicar) y que amanecí una mañana y estaba duro en su ruedita en posición de ejercicio. Toti, mi padre, le aplicó CPR arriba del eskabe del pasillo, se movió por un rato y luego murió definitivamente (el hamster, claro está). Mamea me hizo enterrarlo en una cajita de minitost. Entraba perfecto. Nada más, eso.

Jack Celliers dijo...

Ha captado el sentido oculto del post, Charlotte. Felicitaciones.

Charlotte dijo...

jackie dear, preferí meterme con los hamsters que con los gorilas. hoy al menos...

U. dijo...

A los ocho años me di cuenta de que mi familia me tenia un poco cansada. Como no podia cambiar de familia, me hice de River en una familia de bosteros.
Si, esta bueno preguntarse y repreguntarse. Con todo menos con los hamsters, claro. Coincido en que no hay discusion: Ratones asquerosos, se salvaraon por una pura cuestion de marketing.

Caudor dijo...

Jack, estoy tan de acuerdo que voy a empezar por callarme...

Caudor dijo...

Caramba! Aquí se deslizan fuertes argumentos a favor de la tolerancia! - Quería decir para terminar.

Carolina dijo...

1. Tuve 4 hamsters y me da mucha verguenza revelar sus nombres: "Gigio", "Gigio II", "Gigio III" y "Gigio IV". A todos me los comieron los gatos de los vecinos.

2. Empecé a odiarlos violentamente cuando mi tía me explicó que había abandonado a los suyos debido a que una mañana encontro al padre panzón, debido a que se había devorado a sus crías recién nacidas.
Y en la pecera, estaban desparramadas las cabecitas de las recién nacidas ratitas de mierda.

3. Mi hermano Agustín se compró un hamster, Rigoberto. Por la noche -no me pregunten por qué- el bicho se metía debajo de mis sábanas y se frotaba por mis pies, sin dejarme dormir.
Optamos por encerrarlo en una caja con agujeritos durante la noche, pero se comió la caja.
Luego probamos en una caja, dentro del cajón de un mueble. Se comió la caja y el terciado del fondo del cajón y volvió a mi cama.
Una noche, harta, invadida, loca, lo agarre y lo revoleé por la ventana, sobre la entrada de adoquines de mi casa materna. Escuché PLAF.

Agustín, si me estas leyendo, quiero que sepas que no me arrepiento. Esos bichos son un asco.

Anónimo dijo...

"La realidad cambia, mi posición en el mundo cambia, tengo que revisar mi sistema de valores para ver si sigue en línea con la realidad, y eso pone a prueba mis convicciones. La necesidad de razonar con justeza (y justicia) hace que uno se interrogue una y otra vez acerca de lo fundado de sus ideas."
Así es. Al menos para mí. Y por ahora.

Juan Marenco dijo...

Yo tuve dos hamsters y ambos dos aparecieron una mañana rígidos. No los extrañe en el momento y no lo hago ahora.
Lo que si no te permito es que puedas llegar a detestar la Ensalada Rusa (si, asi con mayúsculas). Eso es imperdonable. La Rusa es como Boca, un sentimiento carajo!

Charlotte dijo...

Ve que no soy la única que optó por la tangente, Jack. Le dejo saludos.

Jack Celliers dijo...

Charlotte: Al parecer este post tiene dos caras: la cara "hamster" y la cara "dialéctica", pero no es así, son dos formas de ver el mismo problema. Optar por el lado "hamster" revela un espíritu práctico que va a los bifes antes de pensar en la forma de cocinarlos, mientras que optar por el costado dialéctico revela un ánimo más acorde con lo abstracto, con la receta y la teorá de los bifes (digamos a la portuguesa). Pero ningún approach es mejor que el otro, Charlotte, son caminos distintos nomás.

Bestiaria: No entiendo cómo pretende que los bichos se comporten con normalidad su empieza por ponerle esos nombres. Los hamsters son muy sensibles al entorno, me contó un psicólogo lacaniano, así que yo empezaría por revisar el entorno familiar, no se ofenda.

Ferrán: Un pomerania es un perro peludo y con cara de nabo. Bastante sucio. Bobo. Feo. Al momento de escribir el post me gustaban tanto que me compré uno. Ahora lo encerré en una caja de cartón porque se metía en mi cama en una equívoca actitud humanófila. ¿Quiere comprar uno?

Caudor: Y dale con la tolerancia. Su amor por la tolerancia es intolerable.

Juano: Lo suyo ya es prosoviético.

Uralita: Lo suyo es rebeldía juvenil pésimamente canalizada. La perdono porque su blog es muy bueno.

Anónimo dijo...

Estimado Jack:
Con la ¿ventaja? de vivir en un huso horario diferente, tu vives en mi pasado y yo en tu futuro... tal vez por eso no es de asombrar lo que sucede en el ciberespacio; puse la nota de apenas haberte descubierto en un Post mas nuevo que este... en el del presente... y ahora te lo confirmo -mis felicitaciones- en este otro, en uno del pasado.

Jack Celliers dijo...

Estimado Tony: Muchas gracias.

Tardé unos diez minutos en entender tu explicación, alucinando teorías de la relatividad, saltos en el tiempo y husos horarios. Creo haberlo entendido, a pesar de mi escasa capacidad.

Ya que estás, podríamos formar una asociación. No tengo ni idea de cómo jugar al póker, pero si vivis en mi futuro podría dedicarme a partir de ahora y con tu ayuda ganaría siempre. Te ofrezco el 50%.

yurgen dijo...

Buen post.
Tengo 30 años, era socio de River y fanático.
Hace dos semanas rompí el carnet y me hice hincha de Rosario Central.
El fútbol es una pasión y como tal, hay desengaños y amores.
A mi River me cago.
Chau.