22.1.09

Verso argento (¡Aguante el ispa nacional!)

I – Disclaimer.

El año empieza pesado, y uno se acuerda de Marx. Recibe entonces las objeciones de rigor (¡Ud. no habla de otra cosa que de lucha de clases!) así que se dispone a hablar de otra cosa, ocasión para nuevas viejas objeciones (¡Ud. es un burgués!).

Atormentado por estas demoledoras críticas, el autor se decide por una solución heroica: escribir lo que se le canta. Vaya el párrafo como respuesta anticipada.

II – Cómo somos los argentinos o Tomá, mirá el divague que me pego.

Hace unos días el amigo Plutarco mencionó en un comentario la tendencia, supuesta o real (pero que oí sostenida por varios españoles), del argentino medio a meterse en debates intelectuales, "capacidad de sostener debates inteligentes" expresó generosamente. Pero el comentario tiene como siempre una lectura en abanico: desde considerarnos tipos más o menos inteligentes hasta chantas (en España se dice "fantasmas") sin remedio.

En realidad no es muy distinta de la visión que los argentinos tenemos de nosotros mismos (digamos de esa clase de argentino que viaja al exterior o puede hacerlo, que ya eso marca una diferencia) sólo que en nosotros esta visión es mucho más dramática y oscilante: o nos creemos unos vivos bárbaros a nivel planetario, o nos flagelamos como el pueblo más insolvente del mundo; al mismo tiempo incluso. El juicio de los españoles es obviamente más suave en ambos sentidos porque lógicamente cada pueblo hace de sí un problema y ya tiene bastante consigo mismo.

Yo creo que hay algo de verdad en esta caracterización de los argentinos y me gusta investigarla. Lo cierto es que se percibe: cuando un argentino se encuentra con un extranjero exhibe ese molesto automatismo condescendiente: pobre tipo, no tiene la fortuna de ser argentino y saber así cómo funciona el mundo, vení pibe que te explico...

Y así el suizo o indio o ruso o guatemalteco de marras se ve conducido amistosamente del brazo, muchas veces hacia el abismo.

III – ¿Europa diversa?

De Europa llama la atención su diversidad. La cantidad de lenguas que se hablan en tan poco territorio es impresionante, lenguas de todo tipo regionales, comarcales, dialectales. Y el origen de esa diversidad es curiosamente el provincianismo: cada comarca crece a espaldas de las otras con sus escudos, sus banderas y sus tradiciones. Esta cerrazón en sí mismos tiene también una explicación lógica: las burguesías nacionales europeas mantienen y financian su propia cultura. Lo mejor de la cultura nacional argentina sobrevive como puede mientras que Europa financia generosamente sus actividades culturales, tanto que incluso se financian cosas de mala calidad, o de formas que dificultan su difusión por problemas identitarios: en Catalunya es muy difícil ver teatro en castellano, y en toda España es complicado ver cine y TV en versión original, abunda el doblaje. Una vez ví una película argentina de los '70, con actores argentinos que habían sido doblados para que hablen con acento español (!).

O sea que se mantiene una gran diversidad cultural, pero estática, una especie de multitudinario damero babélico. La única experiencia de diversidad cultural y mestizaje que le ocurre a un europeo se debe a la inmigración de otros continentes, que lo obliga a codearse con otras culturas: un español conoce mucho mejor a un marroquí que a un belga.

En eso están, y entonces caemos nosotros.

IV – El argentino: especulaciones y caramelos surtidos

Borges decía que el argentino es fácilmente cosmopolita mientras que el europeo es fácilmente provinciano. Creo que es verdad y que aquí hay algunas pistas.

Cioran, refiriéndose precisamente a Borges en un ensayito muy agradable, lo llama "aventurero inmóvil" y destaca su insaciable curiosidad por el universo (que creo es una de las razones del glamour borgeano). Cioran cifra esta curiosidad – más rara en un europeo – en el hecho de que Borges vive en un país sudamericano que hace rato ha perdido brillo propio, que se fascina con el universo "para escapar de la asfixia argentina".

Más prosaicamente: nos gusta fácilmente lo extranjero porque vivimos en un país más bien ingrato. Hay otros países no menos ingratos, es verdad, pero Argentina fue (permítanme un destellito marxiano) una colonia privilegiada en ciertos sentidos, con una metrópoli opulenta pero al mismo tiempo lo suficientemente dinámica y moderna como para propiciar un remedo de desarrollo capitalista con progreso de las capas medias. De ahí ese aire nuestro de quiero y no puedo, pero quiero.

V – Nazi sudaca

Aún una ramificación anecdótica que creo ilustrativa acerca de la especificidad patria: un amigo mío argentino conocía a un chileno cínicamente pinochetista, impúdico y macabro como suele ser esta gente, un SS sudaca. En determinado momento alguien llamó a un obrero para unas reparaciones y siguió un dialoguito revelador de la humana miseria:

- ¿Lo llamaron "Señor" X?
- Claro ¿Por?
- En Chile sólo se le dice "Señor" a alguien importante, a un cualquiera se lo llama simplemente por el nombre: dile a Juan que venga – espetó el insecto con aire didáctico y satisfecho, como explicándonos lo bien que manejan las cosas allá. "Un cualquiera" es obviamente un trabajador.

Fue gratificante darle una respuesta, que discurrió más o menos así:

- Una de las pocas virtudes de la Argentina es que al menos aún hoy "Señor" es un tratamiento respetuoso que merece cualquiera. Tradición que viene de un hecho interesante: la acusada proporción de estudiantes universitarios y las posibilidades de ascenso social mediante los estudios hicieron que al menos en ciertos lugares de la Argentina el tratamiento de cortesía para con una persona sea el título profesional que obtuvo por sus propios méritos: ingeniero, licenciado, doctor. "Señores" somos todos; lo propio de una democracia burguesa moderna, que se contrapone a esas normas atrasadas en las que sólo se reverencia el poder. Imbécil.

VI – Nadie nos da esos diez

Esta mezcla de curiosidad intelectual y a veces ingenua (a veces perversa) pedantería es nuestra marca de fábrica en el mundo. Una fuente de encanto y de irritación frecuente, no sólo para los europeos sino también para aquellos argentinos que – acostumbrados a vivir en Europa – vemos con bastante alarma al chanta nacional recién llegado que se pone en evidencia exactamente como lo hicimos nosotros.

Porque claro, somos entusiastas del saber pero muchas veces ignoramos que ese noruego que nos escucha amablemente sabe lo mismo y más que nosotros, sólo que simplemente no es tan comunicativo o no le interesa demasiado analizar cuestiones de astronomía en una mesa de café para ver quién sabe más. Y claro, nos parece un ganso cuando los que hace rato estamos graznando somos nosotros.

Pero de todas formas no me parece malo gratificarse de este pequeño defecto (podemos tener peores) que también puede ser una virtud. Desear ser mejor no está tan mal después de todo, a veces hasta se mejora.

En cualquier mesa de café de Buenos Aires se han hecho todos los planes necesarios para salvar el mundo, lo que pasa es que nadie nos escucha. En todos los barrios perdidos hemos porfiado una y otra vez que el spin de un electrón es el giro sobre sí mismo, que para pilotear un F14 hay que hacer un test volando en Jujuy, que tengo un primo que hace kung fu y si te da un golpe acá te morís. Sabemos exactamente en qué hay que invertir, tenemos la precisa aunque sea todos los días una distinta. Nuestras desilusiones son tan intensas como nuestros entusiasmos y siempre padecemos esa melancólica sensación de que nos faltan diez para el peso, pero que si tuviéramos esos diez seríamos Gardel.

VII – Luces y sombras del argento en el mundo

Fuimos ricos, nos dijeron. Ese pasado está cada vez más lejos y nos agarramos a estos jirones ¿Cómo no vamos a ser triunfalmente melancólicos? ¡Inventamos todo, giles*! La birome**, el dulce de leche y Alejandra Pizarnik ya había inventado el gótico a principios de los ’70 ¿Qué me venís a hablar de The Cure, inglesito?

¿Cuál tiene que ser la ciudad con más y más diversos psicólogos y psiclomotores por habitante? ¿New York? ¡Ja! ¡Mi Buenos Aires querido! Woody Allen cree que sabe algo del fracaso y el ridículo, los porteños lo vamos a ver por cortesía, pero al salir del cine comentamos que nos resulta muy básico... ¡Es que es muy básico, digamos la verdad! No pasa de dos o tres tópicos del psicoanálisis clásico cuando nosotros ya hace rato que desentrañamos a Lacan y lo tradujimos al coreano.

Solo los europeos muy sofisticados presumen de neuróticos, cosa que el más plebeyo de los argentos logra con facilidad y gran clase. Por eso nos acomodamos muy bien en la cultura europea: el cine, el diseño gráfico y todo lo que requiera creatividad ¿viste? Somos buenísimos para hacer que lo poco parezca mucho y siempre buscaremos la forma de que nos paguen por hacer eso que mejor sabemos: hablar.

Y ojo, somos buenos laburando***. Trabajamos más que un europeo porque venimos de un mercado mucho más exigente, tenemos formación profesional y si no la tenemos la inventamos exprimiendo todos los cursos que hemos hecho, nos gusta el detalle, afrontamos retos que a los europeos los achican; y no porque seamos más trabajadores, simplemente venimos con instinto de supervivencia.

VIII – No podía faltar

Para finalizar algo que viene a cuento, síntesis europeo-criolla. Esta me parece una joyita muy disfrutable de Gotan Project. Round About Midnight es un tema de Chet Baker (nos ponemos de pie...), y hacer una versión de Round About Midnight es arriesgado porque... todo el mundo ha hecho versiones de Round About Midnight. El nu jazz y sus derivados lounge están inundados de ellas, varias poco convincentes. Sin embargo aquí Gotan Project le mete unos aires piazzollianos que a mí me parecen eficaces.

Pero el detalle que me gustaría apreciaran es el comienzo y ciertos pasajes del medio. Hay una voz allí, reconociblemente porteña, que da una inconfundible cátedra de café acerca de Júpiter, de las órbitas y de la temperatura en el núcleo de la Tierra y los anillos de Saturno...

Hallazgo inmejorable: señores, ahí esta el entrañable, el inimitable, el sofisticadamente elegante, el desconcertante y bestial verso argentino.

Enjoy it.



Glosario:

Verso: Mentira, labia, bla bla. En realidad su significado es sutilmente ambiguo porque también puede denotar habilidad verbal y capacidad para exprimir el máximo de ella.
* Gil: Tonto, persona no enterada que desconoce lo esencial.
** Birome: Bolígrafo.
*** Laburar: Trabajar.

16.1.09

Nazismo

Alguna vez nos preguntamos cómo pudo ocurrir el Holocausto, cómo la humanidad civilizada bla bla bla. Bla.

En Israel, todos lo sabemos, no se puede hacer humor con el Holocausto. Quizás esté bien que no se pueda.

Pero esto último hace que
esto sea aún mucho más repulsivo.

La edición en papel muestra asimismo una foto de Jack Guez/AFP: dos judíos ortodoxos observan con largavistas y sumo interés la franja de Gaza... riéndose por supuesto.

Verdaderamente dan asco. Ojo, porque esto tiene consecuencias, conviene reflexionar ahora.

7.1.09

Los judíos y la trampa identitaria

I - Diccionario

Para entendernos: utilizo el irregular término "identitario" para expresar la pertenencia y actuación política a partir de una identidad que no es de clase sino étnica, nacional, cultural, religiosa, racial o de género. Como para no repetir todos estos términos cada vez, ¿ok?

II – La Alemania de Weimar y el surgimiento del nazismo.

Es curiosa la manera en que un colectivo identitario puede quedar “pegado” a determinada situación política. El caso de los judíos en la Europa de entreguerras es paradigmático: el conflicto social agudísimo que caracterizó a la Alemania de Weimar y desembocó en el nazismo puso a la mayor parte de los judíos ante un problema que no sabían resolver: la burguesía alemana (en la cual los judíos no estaban ausentes) los usó de chivo expiatorio para desviar la lucha de clases. Las masas enfurecidas de la pequeña burguesía arruinada pudieron desfogar su ira durante la kristallnacht y consolarse de su insignificancia con el tóxico sabor de las golosinas identitarias: estamos arruinados pero somos “arios”, el que nos oprime es “el judío”, vamos a machacarle la cabeza ¡Todo es tan deliciosamente fácil!

Así la burguesía alemana llevó a la pequeña burguesía y buena parte de los trabajadores a enfrentarse no a sus explotadores sino a una colectividad determinada. El problema es que dentro de una misma colectividad existen intereses contrapuestos: tanto en la judía como en la alemana. Los entretenimientos racistas permiten desahogarse rompiendo cráneos durante un rato, pero no dan de comer. La mezcla de pequeños burgueses, lúmpenes y bohemios degenerados que constituían la masa de maniobras de las SA hitlerianas se quedó sin cristales que romper y empezó a ponerse pesada exigiendo una “segunda revolución”.

Ellos mismos no sabían bien de qué carajo hablaban, pero Hitler sí lo sabía: confusa y estúpidamente las SA expresaban su frustración ante la falta de mejoras concretas. Los camisas pardas representaban políticamente dentro del NSDAP a diversas capas de pequeños burgueses arruinados, lumpen y trabajadores desclasados que en realidad querían algo más que “ser arios” y romper escaparates. Querían salir de su gris miseria.

Y ya sabemos cómo terminaron ¿no? La Noche de los Cuchillos Largos se encargó de dejar claro quién manda acá, chicos revoltosos: la burguesía.

III – La posguerra ¿Nunca más?

Luego de Nüremberg las colectividades judías del mundo hicieron una petición a la conciencia de todos los seres humanos – no sólo de los judíos – para que esto no se volviera a repetir. Lo siguen haciendo ante cada conmemoración del Holocausto. Nunca más, nos dicen.

Pero a partir de la creación del Estado de Israel ocurrió otro fenómeno: las colectividades judías del mundo – y la argentina es una de las más importantes – vieron en el sionismo la realización de una esperanza. Y ligaron su suerte a la del Estado de Israel.

Aquí es donde empieza a repetirse la historia; porque el Estado de Israel tiene no pocas similitudes con la Alemania nazi: es un estado burgués fuertemente identitario necesitado de guerra y territorios. En definitiva la representación política de los judíos del mundo ha hecho algo no muy diferente de lo que hicieron los alemanes en 1933: seguir los planes de su propia burguesía en nombre de la identidad.

IV - La trampa identitaria y la izquierda mongui

Esto ocurre con los judíos como con cualquier colectivo: en las asociaciones de tipo identitario el dominio de la burguesía y la imposición de su agenda política es inevitable; como la representación identitaria incluye por definición a individuos de todas las clases sociales, es lógico que dentro de la organización se reproduzcan las mismas diferencias de clase que en la sociedad de la que provienen los individuos que la componen, con sus mismas relaciones de subordinación e imposición de agenda política ¿Por qué iba a ser de otro modo?

Es por eso que los planteos "de izquierda" que pretenden incluir a otros "colectivos anticapitalistas" fracasan miserablemente: a lo más que puede aspirar un colectivo identitario en la sociedad capitalista es a que uno de sus miembros pueda llegar a ser miembro de la burguesía, o a ejercer la máxima representación política de sus intereses, como el morocho del norte.

Para ser verdaderamente anticapitalista hay que renunciar a los planteos identitarios, porque implican una solidaridad de raza, religión, etnia o nación que pasan por encima de los intereses de la clase. El capitalismo es multicolor hace rato, pero hay cierta "izquierda" que insiste en decorarlo un poquito más.

V – Antisemitas, judeófobos y ogros diversos.

El antisemitismo es hoy la chicana que esgrimen todos los interesados en sostener la política criminal del sionismo. El antisemitismo existe sin duda, pero se intenta agigantarlo artificialmente metiendo en esta bolsa a todo aquel que se oponga a la política del estado sionista. Y existe aún otro fenómeno: la política del Estado de Israel es criminal con los palestinos, pero también es muy peligrosa para muchos civiles israelíes y judíos de todo el mundo. El odio que acumula en su contra el Estado de Israel tiende naturalmente a derramarse hacia todos aquellos que lo sostienen, y esto no es antisemitismo, aunque se intenta vender como tal. Todo aquel que apoye la política genocida del estado sionista es objetivamente cómplice político de sus crímenes, sea judío o no.

Mantener un polvorín bajo presión directamente pegado a la frontera no puede dejar de tener consecuencias. El argumento para llevar adelante esta política criminal es la “seguridad” de Israel. Pero esta política pone permanentemente en peligro la seguridad de los ciudadanos israelíes de a pie. Obnubilada por la estupidez belicista esta histeria halla su máxima expresión en los ojos feroces de los colonos israelíes: blanden sus ametralladoras con la impudicia del cobarde que se maravilla de su poder recién descubierto.

VI – Colono o soldado fascista: modelo para armar.

Tómese a un ratón cualquiera, lo más lumpen y desesperado posible, suminístresele un arma y si es posible un uniforme. Si se trata de conquistar un territorio ajeno, prométasele que podrá quedarse con toda la tierra que logre robarle a los nativos. Ahóguese la poca conciencia que le pueda quedar con todas las mayúsculas posibles: Dios, Patria, Gran Israel, Lebensraum, etc. de forma tal que se pueda santificar el asesinato, la tortura y el robo.

Y ya está. Los colonos israelíes no son muy diferentes de las SA: tienen un origen social parecido, también son utilizados como fuerza de choque y también son corridos como escoria por la propia policía sionista cuando se ponen demasiado molestos. Actuar políticamente desde la identidad nacional o religiosa es ser tan desechable como un peón en un tablero de ajedrez, por no poner metáforas groseras.

VII – El progre fascista.

Así que los judíos del mundo harían bien en preguntarse si realmente la guerra del estado sionista tiene por objeto beneficiarlos o siquiera defenderlos. Yo creo que no, que más bien lo contrario: la burguesía israelí se sirve del apoyo de los judíos del mundo, pero como toda burguesía no tiene amigos permanentes sino intereses permanentes: la colectividad que ayer era dominada hoy es dominadora… pero mañana puede volver a ser dominada. Y quienes pagarán siempre más en cualquier colectividad serán los trabajadores y los pobres.

Por eso cuando un trabajador se identifica con su país, su etnia o su religión, actúa en verdad contra sus propios intereses.

Muchos judíos entendieron y denunciaron las lacras que condujeron al antisemitismo: el identitarismo, la uniformización, la lealtad a la etnia / raza / religión / patria. Pero al mismo tiempo – y con una neurótica insistencia – han caído puntualmente en cada una de estas mismas aberraciones: los mismos tópicos racistas, el mismo belicismo, la misma sangrienta payasada.

Si un progre liberal ya es normalmente un hipócrita, un progre sionista suele exhibir la más alegre incoherencia: repite conceptos democráticos y tolerantes cuando habla del país que habita, pero se embarca en un discurso militarista y nacionalista cuando se trata de Israel. Argentina tiene que ser un país abierto y tolerante, mientras que Israel tiene permiso para vigilar la pureza racial de sus dirigentes. El racismo, el nacionalismo y el militarismo son condenados en Argentina, en Alemania y en Burkina Faso pero justificados en Israel. Argentina tiene que ser un estado aconfesional que permita a un judío ser presidente, pero Israel es un caso especial que representa la identidad del judaísmo y bla bla bla y bla. La coherencia en estado de coma.

VIII - Si gano, gano; si pierdo, perdemos.

Esta simple máxima define al capitalismo, y hoy más claramente que nunca: el capitalismo es privatización de las ganancias, pero socialización de las pérdidas.

Y esto es así no sólo en economía: también en política. Las ganancias que deje la guerra del estado sionista – como cualquier guerra burguesa – serán recogidas por la burguesía israelí y su monstruoso complejo militar-industrial. Y por nadie más: al resto de los judíos del mundo les quedará la imbécil satisfacción de jugar por hoy en el equipo ganador, no verán su situación concreta mejorada en absolutamente nada. Podrán emborracharse con el patriotismo, que como todos sabemos es un vapor.

Pero lo que de esta guerra resulte de malo, eso sí se socializará generosamente: la furia, la desesperación por los familiares perdidos, la inmensa frustración de miles y miles de vidas destrozadas; todo el odio que concite el Estado de Israel se desparramará hacia aquellos que lo han apoyado políticamente. Y por supuesto: golpeará de entre ellos a los más débiles. A esos judíos pobres o de clase media que hayan sido lo suficientemente estúpidos como para creer en “su” burguesía y “su” banderita.

A no quejarse cuando eso suceda, muchachos. No apelen mañana a la conciencia que no muestran hoy ni reclamen al mundo la solidaridad de la que hoy son incapaces.

Justicia, justicia perseguirás ¿No era así?

-o-

Este post está dedicado a
Mordecai Vanunu. Un ejemplo poco seguido.