30.10.06

Ayer y hoy



En los '60 y los '70 - dorados años para el pensamiento - se discutía. Se discutía filosofía, política, el futuro del mundo, el cine arte, el cine debate, el papel del arte en la construcción de la liberación, el compromiso, y así.

Es verdad: estaba lleno de chantas, verseros y giles diplomados, nadie trata de negarlo. Tipos que llevaban a Marx o a Sartre o a Fanon bajo el brazo simplemente para levantarse minitas. La nouvelle vague a veces abusaba de la paciencia. En el café hacían la revolución los que hoy nos explican la muerte de las ideologías.

Pero el hecho de que para levantarse a una mina hubiera que posar de intelectual comprometido (incluso siendo un ganso) al menos marcaba una tendencia interesante, una dirección, un zeitgeist digamos, qué se yo.

Hoy... hoy asistimos atónitos a algo que en aquella época parecía impensable: el ataque en toda la línea contra la enseñanza científica en las escuelas, la defenestración de Darwin, la reivindicación de la ignorancia y la cereza sobre el postre: la grave, pormenorizada y solemne discusión sobre la existencia o no del... limbo.

Son tiempos muy, pero muy malos para el pensamiento.

Si me llaman nostálgico diré que a veces no queda otra que serlo. No está nada mal tener nostalgia de tiempos en los que pensar era un mérito y en los que semejante tema hubiera sido contemplado como un impensable delirio de cavernícolas.

Si me apuran, diré que se trata hasta de una cuestión estética.

Francamente, yo iba a escribir algo más, créanme, pero me agarró como un cansancio ¿vieron? Nada puede hacerse frente al ridículo. Mejor dejarlo ahí y contemplarlo con paciencia, a ver hasta cuándo piensa durar.

19.10.06

Obsequio: Memoria Completa



La frasecita viene dando vueltas desde hace rato. La utilizan los que ya sabemos.

Repiten insistentemente que las cosas no pueden ser unilaterales, que la memoria debe ser completa, que los juicios deben ser ecuánimes, y ya que ha muerto gente a manos de la guerrilla, justo es que también se la tenga en cuenta.

Mucha gente ve este razonamiento como más o menos lógico, incluso en el post anterior he recibido la invitación a "recoger el guante" de parte de Niño Barroco. La frase concreta es "...el guante que arrojan de la memoria completa los progres lo tenemos que recoger...". Dejemos de lado el hecho de que la palabra "progre" me suele dar náuseas, recojamos el guantecito, aunque es un poco insalubre porque el guantecito huele francamente mal.

Haciendo un ejercicio de imaginación (algo intenso) supongamos que limpiamos a esta manifestación de la multitud de nazis, torturadores, golpistas y otros frecuentes subhumanos, e imaginemos que nos quedamos aún con bastante gente. Imaginemos gente a la que la guerrilla le ha matado un familiar y que se pregunta si acaso no deben esperar algo más que un entierro digno, el castigo judicial a los autores (cuando no se han encargado ellos mismos de hacerlo en el poder) y la posibilidad de vivir sin ser amenazados, dejando de lado que eso es mucho más de lo que han ofrecido jamás a sus víctimas.

Vamos allá.

La historia de nuestro país deberíamos conocerla todos pero el lavado de cerebro impuesto a una generación hace que los argentinos parezcan caídos en un planeta sin historia. Así que vamos a ejercer la "memoria completa" que es tan necesaria:

I - Uriburu: El primer golpe de estado data del año 1930, contra un gobierno constitucional. Guerrilla no había y subversión marxista tampoco, había un gobierno popular y democrático que no era lo mejor seguramente, pero el que lo reemplazó, la dictadura del general Uriburu, inauguró una década nefasta en que el hambre era moneda corriente. Recomiendo la lectura de "Del Patriciado a la Oligarquía" de Jorge Abelardo Ramos, por ejemplo.

Para esas fechas se empieza a aplicar en las comisarías un triste invento argentino: la picana eléctrica, instrumento con el que se comienza a torturar a los presos políticos.

II - El monito Farrell: El segundo golpe de estado data del año 1943, y costó una represión importante en la izquierda, que tampoco tenía ni siquiera visos remotos de actuar armada, así como una simpatía en política exterior con el Eje Roma-Berlin.

III - Rojas, ese humanista: El tercer golpe de estado data de 1955. Este golpe contra otro gobierno democrático e indudablemente popular fue particularmente cruento. Si alguien se pregunta cuál fue el bautismo de fuego de la aviación de marina argentina, sabrá que fue bombardear civiles argentinos desarmados en la Plaza de Mayo causando más de 300 (trescientos) muertos. Difícilmente un ejército pueda cometer un acto más deshonroso y traidor contra su propio país. Hubo también comandos terroristas civiles que ametrallaron obreros en la CGT, y una feroz represión posterior que incluyó la famosa matanza en los basureros de José León Suárez.

Recuérdese por favor que hasta el momento no había en Argentina guerrilla marxista ni subversión apátrida alguna, ni actividad armada, ni un militar siquiera agredido con una pedrada.

IV Onganía, todo un caballero: El cuarto golpe de estado fue en 1966, esta vez contra uno de los presidentes más honestos y transparentes que haya tenido nuestro país (un tipo que estaba lejos de ser marxista, claro) don Arturo Umberto Illia, que murió con un patrimonio compuesto por una mesa y dos sillas.

El gobierno del general Onganía fue responsable de las muertes del estudiante Santiago Pampillón, de la desaparición del obrero Felipe Vallese, y de una brutal represión en las universidades que marcó el comienzo de la decadencia educativa argentina con el éxodo de los mejores profesores y su reemplazo por bípedos que exhibían rigurosas credenciales católicas. El plan económico aplicado por este saludable gobierno significó el comienzo de la desocupación como factor crónico de la economía argentina.

Por fin, a mediados del ’67 empiezan las primeras débiles manifestaciones de política armada en nuestro país, principalmente peronistas y nacionalistas, no marxistas: Uturuncos, FAP, y Montoneros.

Ahora bien, más de treinta años de violencia contra los ciudadanos argentinos y la clase trabajadora, sin contar con la caída del poder adquisitivo, la pérdida de trabajo, etc. fueron soportados con paciencia. Con mucha paciencia. Y hoy hay que escuchar de esta buena gente que nos exijan una "memoria completa". Pues bien, aquí está.

La memoria completa dice que las ffaa en Argentina empezaron a asesinar civiles y trabajadores mucho antes de que existiera ninguna guerrilla, que la política armada en Argentina fue una respuesta a la brutal violencia militar contra la población civil y las constantes intervenciones militares en el poder, y no al revés.

Y si hace falta continuar con la historia argentina, digamos que desde el año 1983 en que se recuperó la "democracia" y el "estado de derecho" la policía ha dejado un reguero de víctimas que van desde la masacre de Ingeniero Budge en el '86 hasta la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, que nunca ha dejado de haber amenazas y agresiones permanentes contra militantes de izquierda (quien escribe ha tenido que ver en directo las heridas de una compañera militante secundaria a la que secuestraron y torturaron en el ’85), y que se ha sumido a la clase trabajadora en una degradación tal que la mitad de la población vive con 2 pesos por día y miles de familias están excluidas de la vida económica.

Todo esto sin que haya habido actividad guerrillera alguna. Otra vez: más de veinte años de violencia soportada con enorme paciencia.

Así que si se quiere "memoria completa" es necesario empezar a considerar los actos de violencia contra pobres y trabajadores no como la inevitable fatalidad que nunca tiene ninguna consecuencia. Es ridículo considerar el comienzo de la guerrilla como si fuera un hecho escandaloso e ignorar olímpicamente que la represión viene desde varias décadas previas como si se tratara de un pecadillo disculpable. La violencia viene del mismo lado durante mucho, mucho tiempo, y sí: llega un momento en que viene una respuesta, que es generalmente cuando ya no se aguanta más.

Es por eso que el que suscribe considera que la guerrilla de los ’70 - lejos de ningún idealismo juvenil, ni de ninguna historia de lobos feroces - representó un fenómeno más o menos lógico en el marco de una violencia social creciente. No se necesitó ninguna guerrilla para que las ffaa usurparan el poder repetidas veces en nuestra historia, bombardearan a la población civil, torturaran presos políticos y destruyeran la economía.

Ahora vienen a hablar de sus muertos. Quizás pretenden que matar civiles es un acto que puede y debe quedar indefinidamente impune, que desde el año 1930 su misión fue dar golpe tras golpe reprimiendo cada vez con más saña y que esto debían lograrlo sin siquiera mancharse el uniforme, que podían cargarse más de 300 personas en una tarde sin que existiese ni un asomo de respuesta.

Quizás algún despistado también lo cree.

Bueno, yo no.

12.10.06

...y siguen.

De nuevo: quienes militan en la izquierda, o quienes están vinculados con organismos o causas de DDHH siguen aguantando lo mismo y más: amenazas, matoneadas, intimidaciones y agresiones contantes y sonantes.

La tufarada hedionda que se extendió sobre el país desde Plaza San Martín, los discursitos de ex milicos, las diversas manifestaciones de la escoria infrahumana presagian y se articulan con renovadas agresiones.

Ahora se trata de una ex detenida-desaparecida a la que
se cansaron de amenazar via mail con las lindezas a las que estos miserables nos tienen acostumbrados, hasta que cumplieron: hirieron con un instrumento cortante a un familiar. No extraña que este sea todo el coraje que pueden exhibir quienes dedicaron toda su vida a la defensa del Poder. Esa es la única patria y el único honor de estos ratones.

Si escuchan el audio, oirán que la amenazada finaliza su declaración al periodista con una frase: "...no sé qué está pasando en el país.". Lo que está pasando parece claro, la pregunta sería cómo es que se lo va a parar.

Porque la Argentina tiene un presidente muy bueno para hacer discursos, un tipo simpático que no se cansa de hablar. Lamentablemente gente de mucho coraje - como Hebe de Bonafini - ha decidido prestar más oídos a las palabras y a los gestos de seducción que a los hechos, pero los hechos dicen que mandar mandan los de siempre.

Y como mandan los de siempre, no es raro que el aparato de represión que supieron montar (no hay que olvidarse que la represión existe en defensa de intereses) permanezca intacto.

Vuelvo a preguntarme - sin que pretenda tener la respuesta - qué es lo que hay que hacer. ¿Cuenta la Argentina con fuerzas que le permitan investigar, atrapar y condenar a los autores de estos hechos? El sentido común y los hechos parecen decir que no. ¿Tienen que seguir aguantando todos los amenazados sin mover un dedo? ¿No existe ninguna manera de parar el terror?

La gente que fogonea esto es muy visible, se exhiben sin pudor en los medios, se agrupan en las plazas, reivindican la represión a los gritos ¿Tiene todo esto que quedar nuevamente - y como hace ya más de 20 años - sin respuesta?

Por favor, no vengan después con el cuentito de la violencia. Que conste que desde hace demasiado tiempo en Argentina la violencia sigue golpeando desde mismo lado.

6.10.06

Bruselas - Tango - Bucarest

A veces, señales extrañas.

Estas ciudades del este tan al borde del abismo, agarrándose a Europa como a un mantel que se desliza para olvidar que están a punto de desplomarse en Asia... La bandera de la Comunidad Europea flamea desesperadamente por toda Bucarest, bonitas construcciones francesas con techos de pizarra intentan recordar que una vez esta ciudad fue "la pequeña Paris". Se impone una melancolía ligeramente similar a la de Buenos Aires, esa sensación nostálgica de ser y no ser, de estar tan cerca de la verdad y al mismo tiempo en el culo del mundo. Esta contradicción es fuente de magias.

Me remonto a un par de años y me corro un poco en el mapa, perdonen el racconto desprolijo. Recuerdo que más o menos para estas fechas pero en el 2004, paseando por uno de los jardines de Bruselas (Bruselas en cambio es una ciudad donde la magia existe, pero está súmamente cansada), mi dama y yo escuchamos una música lejana, pero inconfundible. Tango.

Nos acercamos y vimos en una de esas glorietas antiguas de piedra y verde musgo, varias parejas bailando bajo el cielo bruselense eternamente nublado. Casi todos belgas. Al presentarnos como argentinos nos invitaron a bailar con entusiasmo, pero vimos la gracia con la que bailaban las parejas belgas y tuvimos que resignarnos a decir que no, que no teníamos ni idea. Recuerdo una mujer de raza indefinida pero de piel muy negra, como si fuera una cruza de mulata e hindú, era muy raro verla haciendo esos pasos porteños mientras Corsini cantaba Ventanita Florida en un rinconcito de ese país francés, flamenco, europeo a rabiar.

Hace un par de meses, ya aquí en Bucarest y por la misma fecha paseábamos por el Parc Cismigiu, un jardín público muy parecido a aquel de Bruselas, éste con un lago grande. Y bien, en un momento mi dama y yo volvimos a escuchar esa música inconfundible, con la sensación de ligera alucinación que da percibir algo tan familiar cuando nuestros sentidos ya están acostumbrados a la cadencia de las lenguas extrañas. Nos acercamos y otra vez: parejas practicando tango y una voz porteñísima convirtiendo ese parque cerca de los Cárpatos en el lugar de una inesperada nostalgia argentina. Es curioso que haya sido en fechas cercanas, en parques muy similares, y en las dos ocasiones paseando juntos.

Otra vez nos acercamos incrédulos y una chica rumana se presentó hablando un español aporteñado - regalo de Buenos Aires - que exageraba las vocales finales (o quizás nos pareció eso a nosotros, ya acostumbrados como estamos al poco melódico español ibérico) mezclado con un acento rumano muy gracioso. Otra vez fuimos invitados, y otra vez tuvimos que negarnos ya con la sensación de que es una vergüenza che, todo el mundo lo baila y nosotros ni idea...

Así que el tango me persigue a donde voy. Bruselas, Bucarest. Se embosca y se insinúa de lejos. Paseo por esta ciudad del este y sus calles rotas, mal iluminadas, llenas de cables que entorpecen el cielo; sus desastrados Dacia junto a impresionantes Maserattis de nuevo rico que navegan entre casas viejas y edificios incongruentes, sus negocios de ropa chic frente a terrenos baldíos y sus bellas iglesias ortodoxas en las que siempre hay una boda.

Un perro ladra. Una chica pasa y me mira por un segundo como si me conociera.

El tango parece anterior al mundo.