25.5.11

Charlo por la paga


Sabios públicos

En todas las sociedades han existido sabios públicos. Son esas personas que han sido señaladas como poseedoras de una superlativa inteligencia por quienes oportunamente detentaron el poder de hacer circular masivamente lo que se les cantara. Ayer eran llamados sabios, proclamados por bandos reales, decretos y cédulas públicas. Hoy ostentan el más modesto -aunque también más sofisticado- título de intelectuales, y son difundidos por los medios masivos de comunicación a través de los cuales adquieren autoridad. Todo cambia; o nada, según se mire.

Nada cuesta imaginar que su carácter público hace al tal sabio dependiente de la fama, ergo del poder, que a su vez necesita al sabio público para legitimarse. Ambos se señalan mutuamente y se cantan loas, aunque aparentando una estricta, insobornable independencia.

Ahora bien: demostrar inteligencia y justificar lo injustificable son cosas poco compatibles, por lo que el sabio público se ve obligado a numerosos hábitos que le permitan acreditarse como tal con total independencia de lo que exprese. Estos hábitos -por mecánicamente repetidos- se transforman en ritos, tics reconocibles con apenas un poco de ojo fresco.

Tics

Condenado a afirmar cualquier gansada, el sabio público debe su fama antes que nada a las formas. El marketing es vital para su oficio: debe conocer los rudimentos de la sintaxis, y si su estilo es florido mejor que mejor. Debe mostrarse en todo momento preocupado, meditabundo, en posturas reflexivas, y por supuesto: siempre sorprendido en el escenario adecuado. Imposible retratarlo mientras ataca un bife de costilla por ejemplo, o tomando sol.

Y no es que no haga estas cosas, las hace puesto que vive como cualquiera de nosotros, sólo que -paradójicamente imposibilitado de ejercer inteligencia alguna incluso aunque la posea- tiene que decir cosas tan ridículas que sólo una postura radicalmente diferente de la del ciudadano de a pie -una postura intelectual- puede defender su fama del peligro que representa el pensamiento crítico y libre. Hay gente que cree que todo lo que se dice con expresión seria es serio, dijo no me acuerdo quién, y no fallaba.

Un pasado vaga o concretamente izquierdista no es un impedimento para el sabio público, hasta puede ser un plus siempre que haya abandonado esas veleidades, o las sostenga dentro de lo que en el (ya muy maltratado) vocablo "izquierda" se tolera como inofensivo: nada de atacar el derecho de propiedad, los modos de producción vigentes o hablar de lucha de clases; todo eso debe condenarse como "viejo", "pecado de juventud" o crimen liso y llano. Por eso encontrar temas de interés es el desafío del sabio público, quien aplica su certero ojo a temas que estén de moda.

Así por ejemplo perduran ensayos de tanta trascendencia, enjundia y provecho que las generaciones futuras -y no tanto- seguramente entenderán con claridad los problemas urgentes de, digamos, la Argentina de los '90 *.

El contenido

Así que frente al sofisticado intelecto amplificado no nos queda más defensa que el pedestre pitorreo popular. Deleitémonos pues nosotros, incultos exentos de los ritos magnos, los que obtenemos nuestro plato de comida mediante el ejercicio de vulgares menesteres, que no el de exhibir nuestro caletre.

En el importante ensayo citado podemos detectar varios tics. Uno de ellos es el abuso de palabras y giros rabiosamente à la page como "construir sentidos", "torrente de significantes", "fractura", "high-tech", y otros pedantescos abortos que nacen ya tan envejecidos como accesorios de temporada en la costa. El sabio público es esencialmente -aunque lo negará indignado- un astuto comerciante; debe vender rápido porque lo muy a la moda perderá todo interés en apenas unos años, meses si se descuida.

¿Y qué hay del contenido? Porque hasta aquí sólo hemos analizado el estilo. El siguiente extracto -siempre del ensayo citado- es resaltado por Wikipedia, así que inútil es dudar de su calidad:

El shopping, si es un buen shopping, responde a un ordenamiento total pero, al mismo tiempo, debe dar una idea de libre recorrido: se trata de la ordenada deriva del mercado (...) Sólo los niños muy pequeños pueden perderse en un shopping, porque un accidente puede separarlos de otras personas y esa ausencia no se equilibra con el encuentro de mercancías.

Qué falta nos hacía aprender esto: necio sería pretender compensar la pérdida de un niño con la compra de un Feng Shui. El "encuentro de mercancías" es asimismo otro hallazgo de la shoppinglogía, si se me permite el ataque a la glotis. Pero no nos extrañemos, Alan Sokal ya nos reveló parte de esos mundos fascinantes.

Anatemas

El sabio público -a esta altura ya sabemos que se trata en realidad de una sabia- también condena, particularmente todo aquello que escapa a su control. Los blogs -esa molesta actividad de saboteadores que insisten en escribir sin cobrar- suelen poner de los cables a l@s sabi@s públic@s. La defensa de sus valedores -los medios masivos que pagan por escribir- es su propia defensa, y no la hay mejor que un buen ataque:

Los blogs de activistas no aceptan el control de calidad al que está sometida la prensa profesional. Pueden difundir noticias falsas o verdaderas sin que, al día siguiente, sean invariablemente impugnados. precisamente porque viven del rumor, que es un estado "natural" de la opinión pública, no deben obedecer las mismas normas que el periodismo profesional....

Control de calidad y normas de la prensa profesional: he ahí un interesante tema de debate. Yo carezco de argumentos -qué se puede esperar de un aficionado- pero sin exagerar la importancia de internet, diría que impugnar a la prensa profesional es algo muy difícil para el ciudadano común, y no digamos ya "invariablemente". La impugnación a quien escribe en un blog o en twitter la dan los propios lectores de manera directa mediante el uso de fórmulas sofisticadas o no, pero invariablemente inmediatas.

Pasemos a la política doméstica en la Argentina actual:

Es muy fácil: si se formara un frente de centro izquierda donde confluyan los socialistas, los radicales, Stolbizer, yo lo votaría. Si no se forma ese frente voy a hacer un voto institucional y de principios: no un voto útil. No va a haber fuerza en el mundo que me obligue a hacer un voto útil. Voy a votar a Carrió si ella representa un voto de principios. Carrió es el equivalente a un partido liberal europeo, como los liberales ingleses o los liberales alemanes. No es el partido mesiánico, no seamos tan ignorantes. Si Pino se hubiera presentado para presidente de la República podría haberlo votado a él. No va a haber una fuerza que me lleve a votar algo que no pueda defender abiertamente y por escrito.

Aquí debo expresar mi acuerdo sin reservas; como poder, se puede defender abiertamente, por escrito, oral y lenguaje de señas cualquier cosa. Y además "Es muy fácil", veamos cómo:

Si la palabra "izquierda" está muy maltrecha, a la pobre palabra "socialista" no le ha ido mejor; si te meten el ajuste, el recorte y la reforma estructural más liberal de mercado que te puedas imaginar en nombre del "Socialismo Obrero", no extraña que el electorado piense que le irá mejor con el capitalismo burgués declarado. Nosotros ya descubrimos que no, pero eso es otra historia.

Digamos que estos disfraces terminológicos permiten hacernos creer que estamos realmente eligiendo entre opciones, que serían capitalismo a lo bestia versus alguna suerte de capitalismo que nos perdone la vida, con un poco de desarrollo y política social. O sea más o menos lo que hace el gobierno actual de Argentina.

Pero ¡oh! resulta que aquí no se habla del gobierno actual sino de la oposición al mismo. Oposición caracterizada por sus propuestas de liquidar todas las trabas que el presente gobierno impone a la burguesía para impedir que termine de aplastar a la clase trabajadora y transformar la salud, la educación y la vivienda en mercancías puras y duras, como en los '90. Ah, sí: y "calidad institucional", también como en los '90. Y "basta de corrupción", sí, también lo mismo.

Luego la sabia pública afirma que dadas ciertas condiciones "va a votar a Carrió". No sé si hace falta comentar nada, el lector que conserve la cordura entenderá rápidamente que algo anda mal, que votar por Blanca Curi tiene tanto sentido como pedirle a Lenin que te tire el tarot, no sé. Y llega el anonadamiento al leer que "es el equivalente de un partido liberal europeo"... En serio: ¿lo qué? ¿Esto es lo que dice alguien que supuestamente vive de los productos de su intelecto? ¿Esta es la gente inteligente, viajada, leída y pensante? ¿Qué nos queda a los tontitos?

De acuerdo: nos consta que la derecha liberal europea también quiere arruinar a la clase trabajadora, pero lo hace sin necesidad de -por ejemplo- pedir la intervención extranjera en sus propios países, ni de incurrir en la tenaz deficiencia y la furibunda inepcia vidente.

Como para no dejar banda por tocar con este tiro magistral la sabia pública -considerada como vagamente progrezuela- menciona al final a un prominente representante del voto calificado (sí, tambien "izquierdista", izquierdistas que piden el voto calificado sólo en Argentina my dear...) En definitiva: que nuestra sabia pública al final dijo que votaría cualquier cosa menos al gobierno actual, que se dice en una frase. Pero claro, así hablamos los zafios pelagatos.

En fin, esta sabia pública, señora cuyo aspecto general es el de un bufón medieval embutido en ropajes de shopping subde, no deja dudas acerca de su condición.

Beatriz Charlo creo que se llama, algo así.



* Sugiero consultar índices de empleo legal e ilegal, mortalidad infantil, actividad industrial, educación, salud, vivienda, consumo, alimentación, servicios públicos. Lo que sea.

19.5.11

Ultimo momento: "Los Indignados" o "Que se vayan todos" a la española


Mira tú por donde, majo. Que los españoles san cansao, tío. Estamos todos en las plazas: Madrid, Barcelona, Vitoria, Granada, Sevilla.

Comenzó en Madrid, donde intentaron prohibir las manifestaciones con el baratísimo versito de que "estamos en veda electoral" y "puede afectar la libertad de los ciudadanos para elegir" (bueniiiiiiiiiisiimoooooo, pero qué original!!), pero como la convocatoria carece de señas partidarias se hace difícil pararla. Prohibiciones se intentaron en Granada, Sevilla y otras ciudades, con el efecto rebote: más gente saliendo a manifestarse en toda España.

La gente no se mueve, la policía no se anima a reprimir aunque obviamente la burguesía cobarde anunció que las fuerzas del orden "ficharán" a los manifestantes.

El movimiento es heterogéneo, bastante parecido al de las asambleas en la Argentina del 2001. Se denomina comúnmente como "Los indignados" o "15-M". La falta de dirección política es una debilidad, pero el eje de las movilizaciones es el hartazgo de los políticos y especialmente un odio infinito al sistema financiero, que se ha cansado de drenar al estado provocando un agujero fiscal que se pretende tapar con recortes en la salud y en la educación. El repudio es generalizado tanto al PSOE como al PP, que constituyen algo así como El Bipartido Único de la burguesía española gracias a un sistema de representación electoral amañado para subrepresentar a los partidos más chicos.

La gente está sencillamente harta.

Los partidos burgueses intentaron todas las fintas, primero ningunear, luego prohibir, pero el pueblo tuvo buenos reflejos: para desconcierto de las autoridades nadie se movió ni un centímetro. La alternativa era reprimir o... lo que finalmente terminaron haciendo: empezar a flirtear con los manifestantes. Primero amenazas, después sonrisitas; estos tipos no tienen vergüenza.

El estado de alerta y movilización pone efectivamente en duda el resultado de las elecciones, lo que más preocupa a la burguesía: la salud de su tinglado "democrático" es precaria. Atención, porque la burguesía intentará cualquier cosa. Escrúpulos no tiene, sus empleaditos políticos tampoco.

Un escritor argentino dijo que "Del laberinto se sale por arriba". Cuando no se tienen alas o escaleras a mano, y cuando se desconfía de la mística como medio para cambiar la realidad, los tozudos pueblos aprenden que del laberinto se sale demoliendo paredes.

18.5.11

La nueva, vieja moral

Ud. tiene una noche afortunada: ha conocido a una señorita atractiva, han charlado un rato, aparentemente se han gustado. Compartieron un café, dos, varios. Y naturalmente (aunque a esta palabra ya habría que ponerla en serio entredicho) Ud. o quizás ella propone ir "a tu casa o la mía".

Digamos que todo transcurre bien, digamos que la pasan regio, digamos que hay sexo. Pero digamos también que de pronto Ud. incurre en alguna conducta que desagrada a la fémina en cuestión. Puede ser cualquier cosa: incumplimiento de expectativas, insuficiencia de elogios, críticas a su vestimenta, no encenderle el cigarrillo... O también causas que justifiquen un enojo, por qué no: grosería, torpeza, frialdad luego del sexo, confesión tardía de que Ud. está casado, ronquidos. Dos personas que recién se conocen pueden fácilmente incurrir en conductas no esperadas, actos fallidos, chistes mal colocados y un sinfín de variantes que sólo la buena inteligencia de una relación, la cortesía y cierto roce mundano pueden sobrellevar para que el encuentro sea sencillamente algo agradable, o al menos un episodio en el que resalten las cosas buenas y no las insolvencias que tocan a cualquier ser humano.

Pues bien: imagine que la dama se encabrita, se enfurece, arma un escándalo en su casa. Ahora imagine algo peor pero perfectamente factible: la dama va a la comisaría más cercana y lo denuncia por "abuso" o más redondamente: "violación".

Si Ud. se pregunta qué puede hacer en esta situación, la respuesta es: temblar.

La pata patriarcal

Un antiguo chiste dizque "machista": un señor sale de un burdel bastante entonado, y otro señor lo increpa recordándole que tiene una esposa que lo espera en su casa. El increpado responde con ojos abiertos por la indignación:

- ¡Miserable! ¿Cree Ud. que molestaría a mi querida mujer por ahorrarme unas monedas?

La sociedad "patriarcal" ha establecido una regla inmemorial ya incrustada en nuestra cultura de un modo tal que está aceptada como parte de vaya a saberse qué orden natural, a saber: la relación sexual entre un varón y una mujer consiste en una petición de la parte masculina y una cesión de la parte femenina. Un encuentro sexual entre varón y mujer nunca es considerado como una acción libre entre partes que no se deben más que la consumación satisfactoria de ese hecho. En la relación sexual el varón disfruta... ¿y la mujer? Ah, no lo sabemos amigos. El sentido común dice que sí, puesto que se presta al acto, pero la cultura dice que no.

Algo más

El varón debe a la mujer algo más. Ese "algo más" puede ser cualquier cosa, en su versión más sencilla dinero contante y sonante, caso llamado "prostitución". Muchos varones recurren a este arreglo por la sencilla razón de que de esta manera quedan claros los términos de intercambio.

Porque el "algo más" puede ser complejo, inasible, vaporoso. Puede ser matrimonio -lo que conlleva la obligación de pago de una pensión vitalicia- puede ser protección, puede ser un ascenso, o puede ser inflar el ego de la fémina en cuestión con promesas y halagos... que luego habrá que afrontar, claro.

En el fondo de nuestra conciencia consideramos que toda relación heterosexual es un acto culposo, una violenta intrusión. El juego ambiguo establecido en el asunto ha sido manipulado y manoseado de tal forma que es un hecho común escuchar a un varón jactarse de haberse acostado con una mujer a cambio de nada, como si tal cosa fuera una hazaña. Los mismos varones se encargan de fomentar esta estúpida visión cuando califican despectivamente como "fácil" a una mujer que se acuesta con ellos por puro gusto, cosa que indica una autoestima por el subsuelo. El adjetivo puede subir de tono y llegar a "puta", incurriendo en el ridículo de calificar así justamente a la mujer que practica el sexo de la manera más honesta y espontánea posible: por el puro placer de hacerlo.

No extraña si se piensa que estos varones -la mayoría- han sido educados así por sus madres, que pasarán la posta a sus novias y esposas: "yo soy buena y pura porque no tengo sexo a cambio de nada, lo hago siempre a cambio de algo". Por supuesto, no se dice "algo" sino un término mucho más prestigioso: "amor". Así es que los varones no sienten "amor" hasta que demuestran su intención de poner sobre esa mesa de negociaciones en la que se ha transformado la cama "algo más" que sus cuerpos.

La frigidez de la mujer -atribuida desde siempre a la supuesta "represión"- no tiene otro origen que el uso del sexo como moneda de cambio, lo que obviamente afecta la capacidad de sentir. Negocios y placer se llevan mal.

Por supuesto, para una mujer tener sexo con un varón no conlleva el mismo prestigio, por el contrario: el círculo de amigas censurará a aquella que no haya obtenido ese "algo más". El sexo por el sexo mismo sólo lo practican las "fáciles", o sea las estúpidas.

La competencia está entonces establecida alrededor del éxito que se ha tenido en sujetar a ese varón más allá de la cama. Por eso la fémina que tiene intimidad con un desconocido está muy probablemente en una disposición de ánimo proclive a frustrarse si no logra el ansiado "algo más" para mostrar como trofeo a sus amigas. Y de no conseguirlo se sentirá obviamente engañada, ofendida... abusada. De ahí a la "violación" hay nada. Allá vamos.

Y así varones y mujeres corren en direcciones opuestas según se trate del sexo o el matrimonio, el triunfo de un@s tiene que ser la derrota de otr@s (a veces "@" es práctico a los efectos de la síntesis), "¡logré acostarme por nada!" dicen ellos, "¡logré cobrar carísimo!" dicen ellas, todos esperando el aplauso y la aprobación de sus amig@s.

La pata feminista

El feminismo viene a dar una nueva vuelta de tuerca. Mientras todo el mundo está convencido de que el feminismo viene a acabar con el famoso "patriarcado" lo cierto es que la moral que impone profundiza el viejo modelo de manera si cabe más perversa.

La relación sexual heterosexual está bajo ataque. Dos personas del mismo sexo pueden ir a la cama y practicar sadomasoquismo extremo, será muy difícil que uno de los dos integrantes logre acusar al otro de abuso, aunque se presente en la comisaría con las manos atadas y lleno de latigazos. Si se trata de una relación hetero... hace rato que se acabó la juerga.

Las versiones nazis del feminismo radical califican de violación toda relación heterosexual. Se me dirá que eso no es el feminismo "mainstream", y responderé con la pregunta que ya hice más arriba ¿qué hace un varón que ha tenido una noche de sexo con una desconocida ante una denuncia de violación?

Ya se ha mencionado que en Suecia -paraíso de la distopía feminista- existe la intención de hacer letra en la ley con la inversión de carga en la prueba: el varón debe probar que el sexo fue consentido ¿Locura? seguramente, pero en la práctica ya es así en casi todo el mundo "democrático", el varón no tiene defensa frente a la mera acusación de violación, maltrato (también "psicológico"), abuso, descortesía o mera torpeza, todas acrisoladas en una libérrima equivalencia dentro de la que cosas como lógica y juicio crítico están rigurosamente prohibidos.

Y ya se han publicado bajo la etiqueta de feminismo en este mismo blog los numerosos intentos de la progresía babosa -esa a la que un obrero le importa directamente un carajo- por erradicar de las calles el menor acercamiento espontáneo entre varones y mujeres.

La estupidez de la izquierda cultureta empezó eliminando toda estética, toda belleza y todo gusto espontáneo por la sexualidad, imponiendo un modelo de desabrida "libertad" que ocultó torpemente la persistencia del comercio y el interés, el juego de la mezquindad y la conveniencia que arruina todo placer. Ahora esos mismos intelectuales -emasculados unos, frígidas otras- han retomado el mejor discurso opusdeísta para garantizar que varones y mujeres jamás de los jamases se encuentren como personas libres.

- ¿Lo dice por Strauss-Kahn?

Uy si.

La izquierda -que hace rato ha dejado de cuestionar al capitalismo y que incluso contempla la posibilidad de firmar acuerdos con el FMI, me pitorreo de esa tal "izquierda"- se lanzará de cabeza a practicar su "izquierdismo" de manera segura ¿Quién quiere defender a un altísimo funcionario de la burguesía mundial?

Por si hace falta decirlo: me importa un ardite lo que le ocurra a ese tipo en lo personal; me importa, y mucho, lo que le ocurre como varón. Sin la menor prueba el tipo está encarcelado en condiciones que resulta difícil imaginar para una persona con su poder. Millones de personas en la miseria total no son motivo suficiente, la denuncia sin la menor prueba de una mujer sí. Y encima se mencionan los "antecedentes": ¡el tipo ya tuvo una relación con una subordinada! No hace falta más, es evidentemente culpable.

Y que conste que nada de esto quedaría invalidado si se prueba que efectivamente el funcionario de marras violó a la acusadora; ahora mismo la presunción de inocencia es simplemente omitida.

El mensaje para el mundo es muy claro: ningún varón está a salvo.

¿Propuestas?

Nada ha cambiado y ninguna "revolución sexual" tuvo ni tendrá lugar jamás bajo el capitalismo: todo lo que se pueda vender se venderá, y donde haya comercio habrá moral burguesa; embadurnada del barato caramelo progre o perfumado su cadáver con incienso eclesiástico, allí donde alguien busque el placer habrá un policía dispuesto a hacer cumplir la sagrada ley del pago. Céline afirmaba que el placer de un pobre es escándalo, y la razón está a la vista.

Me atrevo a afirmar que en la búsqueda del amor se unen dos aspectos, uno es estético, el otro es ideológico y difuso el límite. Nuestras relaciones manifestarán inevitablemente nuestros valores y nuestros gustos; alinearlos es difícil pero no creo que imposible. El margen es probablemente estrecho, pero en el mundo hay mujeres y varones que seguramente observan alelados esta locura y se niegan a tragar la bosta perpetua que por la fuerza o el engaño intentan imponernos.

Somos mujeres y varones, simplemente seres humanos. Diferentes en detalles e iguales en millones de cosas. Nos espera la muerte, pero no podrá quitarnos lo bailado.

So let's dance.