31.10.05

Exactamente dos pixeles (Mire, Fiorito)

- Mire Fiorito que esta es su última oportunidad.
- Si Sr.
- Mire que el horno no está para bollos.
- No Sr.
- La ecuación es simple Fiorito, si Ud. fracasa en esta presentación, está afuera, out, arafue, se acabó, rapidito por la salida y en fila.
- ...
- No sé si me interpreta lo que le quiero significar, Fiorito.
- Confíe en mí, Licenciado Barceló, gracias por su confianza.
- No le tengo confianza Fiorito.
- ...
- Ud. ya nos cagó dos presentaciones Fiorito, lo que pasa es que Torrealba está enfermo y Piñero está a full sacando a flote la otra cagada que Ud. se mandó, Fiorito. No va a haber una tercera Fiorito.
- Sí, entiendo, confíe en mí Licenciado...
- ...porque le pego una patada en el culo antes de que diga "A", Fiorito.
- Sí, sí, no, Licenciado... no...
- Ahora apuresé, ¿quiere?
- Sí, Licenciado.
- Quiero esa presentación hoy mismo, me la manda por mail.
- Sí, Licenciado.

El crédito hipotecario, ese es el drama. No se hubiera metido si Mecha no le hubiera roto tanto las bolas. Pero se metió en el tubo, y ahora si recula se hace el hoyo él solito, hablando mal y pronto. Se ajusta la corbata, suda. La presentación es un asco. El Powerpoint es una mierda. O él no lo sabe manejar. O las dos cosas. Copió una presentación ya hecha y tardó más que si hubiera empezado de cero. Se tardan minutos enteros en corregir taradeces. Ese bloque está torcido, no se queda donde él quiere, se encima con el otro... Y encima está en negro. Más negro que el culo de un mono. Le pagan una nada en blanco y el resto por afuera. Onda que si lo despiden, onda que no cobra nada de indemnización, onda que no ahorró casi nada, onda que se van a los caños. Suena el interno.

- ¿Para cuándo Fiorito? Son las cinco y media. A las seis quiero verla.

Onda que este estreñido hijo de puta es un verdugo.

Seis y cinco. Listo. Salva. Guarda los cambios Yes? Yes. Abre el Outlook. Tarda dos milenios en abrir. Abriendo Outlook. Tarda mucho. Qué basura. No se mueve. Puta que te recontramil parió. No se mueve. Dale. ¡¡Dale!! Quietud, se congeló en "Abriendo Outlook". Se clavó. Reinicio. Suena el interno.

- Fiorito, yo me tengo que ir, esto no va Fiorito, no anda así...
- Se me trabó... se colgó...
- Esa no, Fiorito. Por favor, esa no. Somos grandes.
- Un minuto, Licenciado Barceló, ¡un minuto solamente!
- No tengo un minuto, Fiorito, y si lo tengo que poner a Torrealba con esto, Ud. sobra, Fiorito. Esto no es una empresa de beneficencia, no sé si se dio cuenta Fiorito.
- Se lo estoy enviando...

La ansiedad hace que cada frase termine en un jadeo. Se odia. El Outlook del orto. Está seguro que algún sádico cretino le programó algo para que se cuelgue en momentos críticos. Fantasea con eso. Un virus que detecta movimientos del mouse más histéricos, apertura apresurada de aplicaciones, acaso la presión sobre el botón y las teclas, y en base a eso... cuelga la máquina. Hijos de puta. Hijos de puta todos. Abre un nuevo mensaje. Toma el archivo .ppt, lo deja caer en el mensaje. Pone "presentación" en el asunto. Cambia por una "P" mayúscula. Se siente un boludo por hacer ese cambio. Click. Manda. Se levanta para ir al despacho del Licenciado.

Un segundo de reflexión, una duda.

Pánico.

Vuelve sobre sus pasos como un poseído. Trata de recuperar el mensaje. No se acuerda cómo. Despliega todos los menúes. Si algo tienen las aplicaciones de Office es que lo que uno busca siempre está en algún lugar cuya relación con el menú sólo es evidente para un alienígena. Recuperar el mensaje, necesita recuperarlo antes de que el Licenciado lo levante. F1, help. ¡¡Help, apurate putamadre!! Ahora tipea "recuperar". Un montón de pelotudeces que no le interesan. Siguiente. Ahí, a ver... Va al menú, abre la ventana. Recupera. Espera unos segundos rogando que no lo haya leído aún. ¡Bingo! Lo recuperó. Mira para atrás. Abre el archivo que recuperó.

Dos rubias llegan a casa de una tercera. Conversan. Se desnudan. La primera escenita no está mal. La clásica porno. Alguien afeó todo poniéndoles diálogos de tarada. Se pregunta porqué guarda esas cosas que le mandan si las mira una vez y nunca más. Y mirá el riesgo, mandarla cambiada. Boludo. Boludísimo. Sin embargo no lo borra.

Ahora sí. ¿Sí? Abre el archivo que acaba de pegar. Tarda 10 segundos, pero no puede arriesgarse. Sí, OK. Manda. Se manda. La secretaria lo mira pasar con una sonrisa que quiere decir nada, tanto como quiere decir "infeliz", tanto como quiere decir "pobre", tanto como quiere decir "matate, no existís".

Cuando llega, el Licenciado ya está abriendo la presentación.

- Fiorito, ¿esto es para el circo Barnum Brothers?
- ¿Pe... perdón?
- Mire, esto no es un concurso de manchas. En esta presentación hay como siete colores distintos, Fiorito.
- B... bueno, yo pensé que...
- No Fiorito, Ud. no pensó porque nunca piensa.
- ... el azul es el.. o sea... el rojo identifica los riesgos externos del proyecto...
- Fiorito, este cliente tiene como PRIORIDAD Fiorito, como PRIORIDAD la seriedad. No sé si me está siguiendo, Fiorito ¿Me sigue?
- Si... si...
- El nombre de este proyecto es "Control Total", ¿o no lee Ud.? Tenemos que dar una imagen de empresa sólida, consolidada pero que sabe cambiar, conservadora aunque alerta a todo. Pero sobre todo SERIA. Muy SERIA Fiorito. A nosotros no se nos escapa nada, Fiorito. Nada. ¿Está claro?
- Muy bien, Licenciado Barceló...
- Ahora vaya y sáqueme este colorinche, Fiorito. Si le mostramos esto al cliente estamos al horno, Fiorito. Ud. está al horno. Tenemos que dar imagen de control total, Fiorito. Nuestro nuevo concepto: Control Total. ¿Me sigue? Esto da imagen de descontrol, de kilombo.
- Ya mismo... Entendido el mensaje... No se nos escapa nada. Control Total.

Una media hora de comentarios despectivos que lo único que dejan de su presentación es el logo de la empresa. Rehacer todo. Llama su mujer, va a volver tarde, sí, sí, bien.

Dos horas largas. Lucha con las figuras. Sobriedad. No se nos escapa nada, Fiorito. Control Total. Al horno, Fiorito. Termina de mover el último puto bloquecito exactamente dos pixeles. Listo. Guarda. Cierra.

Al día siguiente se manda a la oficina bien temprano. No puede fallar. Se puso su mejor traje y su mejor corbata. La sala de reuniones es un largo salón con una larga mesa en el centro. Un proyector, un rotafolio. Predomina un aséptico color azul en las alfombras y los zócalos. Al fondo una pequeña sala con un baño en suite. Todo listo. Cae el Licenciado. No le habla, pero algo en su mirada indica que si la hace bien las cosas pueden mejorar. O eso le parece a él. Se limpia las palmas sudadas por el la franela del pantalón.

De pronto tiene que ir al baño. Normal. Con semejante tensión no es raro. El cliente aún no llegó. Algo dentro suyo le dice que no va a aguantar toda la presentación así. Mejor hacerla tranquilo. Sí, incluso si el cliente tiene que esperar un poco. No puede. No. Hace una seña al Licenciado con la cabeza y señala el baño del fondo. Enfila directo sin mirar casi la cara del Licenciado. Cierra presuroso. Se sienta.

Oye llegar al cliente, el director, la secretaria, más gente. Calcula unas ocho personas. Gente importante. No tienen mucho tiempo. El tiempo vale. El tiempo es oro. Fantasea qué pasaría si en lugar de la presentación encontraran a las tres rubias. Sonríe. Casí se ríe. Pero no, debe ser nomás la presentación buena porque no llega ningún sonido anormal. Lo están esperando. Se esfuerza. Piensa que hasta para eso tiene que esforzarse. ¿Ni siquiera eso podrá hacer bien? Silencio. Tiene que apurarse. Listo. Estira la mano hacia atrás, el papel está muy atrás, tiene que estirar mucho el brazo. ¿Por qué no lo pondrán más a mano? Rápido. Ya va, ya va. Se apura mentalmente. Se contesta mentalmente. Casi en un solo movimiento termina la maniobra, se para, se sube el calzoncillo y el pantalón , se ajusta el cinturón firmemente, sube el nudo de la corbata, aprieta el botón y precedido por ese ruido de rugiente catarata abre la puerta.

El Licenciado terminó de dar su breve introducción. Es su turno. Camina lentamente, avanza. Liviano, con confianza, saluda:

- Buenos días a todos...

Hace un paneo visual por toda la mesa, algunos rostros lo miran, otros no. Elabora mentalmente el comienzo de su presentación. El título lo espera en la pared del frente: Control Total. Y debajo, en letras más chicas: Vigilar cada detalle - Margen de error cero.

Sigue caminando hacia el frente. Silencio. Mete cancheramente la mano en el bolsillo mientras sonríe. Se siente más libre, más suelto, más seguro de sí mismo. Va a lucirse. Va a mostrarle a ese estreñido del Licenciado que tiene que meterse su sarcasmo ya sabe dónde. Llega al frente de la sala y da un cuarto de vuelta, como para presentar mutuamente a la imagen de la pared y a las personas sentadas.

- Como Uds. saben hoy vamos a hablarles de nuestra metodología de gestión de proyectos Control Total, con la cual nada, ni el detalle más insignificante, escapa a la gestión del management empresarial...

Chequea los rostros. Todo bien. ¿Todo bien? Algo raro. La secretaria sonríe. El director está algo tenso. El Licenciado parecía ausente pero en un segundo su expresión cambia. Las caras de los presentes no encajan, como piezas de un rompecabezas que no dan la imagen correcta.

Mira rápidamente hacia la pared. La presentación está OK. No. No es eso. ¿Está imaginándose cosas? Mira otra vez al frente mientras ralenta el discurso para darse tiempo a examinar su situación.

- ... y de esta manera podemos... en un contexto de alta competitividad...

No, no es su imaginación. No le están dando bola. El Licenciado tiene una cara que bien podría ser la de un narcotraficante atrapado con 100 kilos de merca. El director del cliente está cruzado de brazos, como esperando que algo se solucione. La secretaria ya hace una risita sin disimulo. Todos se revuelven en sus asientos. Nadie, pero nadie, le está dando bola.

De pronto captura la dirección de una mirada. A un costado de la sala, un extraño camino blanco lo hace alucinar durante un segundo y medio. Una senda clara, ondulante y estrecha, se acerca desde el fondo de la sala, más precisamente desde la puerta entreabierta del baño, y recorre por el suelo los treinta metros hacia el punto exacto en donde él se encuentra. Se acerca. Se acerca. Y justo donde está parado la franja se levanta mágicamente del suelo, se eleva por detrás de su pierna y parece colgar de su espalda.

Lentamente, pone su mano atrás, en su cintura, y toca la textura delgada, frágil, suave, que sale misteriosamente de su pantalón. Papel. Papel suave, absorbente.

Mira atónito a su público. Su extraña cola se mueve apenas, perezosa, a lo largo de la sala. Piensa que lo malo de la vida es que no se detiene ahora mismo. Ahora.

30.10.05

Nirvana

Afuera está ligeramente nublado. La tarde se desliza mientras fumo un Cohiba Club en mi sofá, analizo una posición en el tablero de ajedrez, y suena Night in Tunisia por Coltrane. Mi dama hace café.

La perfección es un asunto de dos o tres cosas fundamentales, no más.

29.10.05

Desmontando el Verso Masculino Típico I

- Mirá, tenemos que hablar.
- ¿Ahá?
- Sí… estuve pensando ¿sabés? Creo que vos tendrías que tener tu espacio propio, más espacio para vos misma.
- ¿Me vas a comprar un country?
- Lo que quiero decir en realidad es que yo también necesito mi espacio…

- ¿Te vas a ir de casa de tus viejos?
- No, bueno, digo que creo, me parece que tendríamos que decidir realmente quiénes somos…
- Yo hace rato que decidí que soy Paula, ¿vos no eras Jorge?
- Me refiero a algo más profundo, Paula. Me refiero a mi yo interior, mi karma, mi ying yang, mi ginseng, ¿entendés?
- No.
- Creo que necesito espacio para encontrarme a mí mismo.
- Bueno, si te sirven las coordenadas, estamos en un bar de Recoleta.
- Escuchame… estuve pensando en cosas realmente necesarias para mí… en alcanzar logros, metas personales...
- ¿Vas a conseguirte un laburo de verdad en vez de ese acomodito en la fábrica de tu viejo?
- Es que quiero dejar de ser frívolo y empezar a ser realmente profundo, Paula, hacer cosas trascendentes, grosas, comprometidas: retomar mis clases de yoga, empezar coreano, el curso de ikebana con hongos, practicar Tai Chi, hacerme vegetariano, ¿ubicás?
- I’m impressed.
- Mirá Paula, incluso pensé en participar y reforzar mi compromiso político.
- ¿Ah si?
- Sí, puede que entre a los Hare Krishna.
- Sin palabras.
- Así que bueno… visto todo esto… ehmmm… yo creo que…
- ¿Querés que nos separemos? Genial, te lo iba a proponer.
- Sí, bueno, o seammm… no… yo quería decir tomarnos un tiempo… para pensar si realmente…
- Copado, mientras tanto, ¿no me presentás a ese compañero de facu tuyo… Claudio se llama? Hace rato que le tengo echado el ojo, esta fuertísimo. ¿Este finde puede ser ?


Del libro Desmonte el Verso Nabo en 15 fáciles lecciones, pág. 32, cap. II del Dr. JC. Aquí un avance gratuito.

De nada, chicas, lo mío es un sacerdocio.

27.10.05

¿Qué opina de los hamsters?

Luego de cambiar un par de reflexiones en la blogosfera, creo que me di cuenta de algo (¡bien, una vez!).

Uno tiene distintos tipos de inclinaciones y aversiones. En general se trata de cosas más o menos permanentes, estables. Las posturas políticas por ejemplo, o los gustos literarios, musicales, etc.

Uno piensa normalmente que estas posturas están más o menos fundadas, sea en la lógica, sea en una filosofía o estética propias, o en lo que fuere.

Pero resulta que también hay aversiones pasajeras, cosas inexplicables e irracionales. O peor aún: uno puede expresarse en contra de algo que hasta el momento le había resultado indiferente, por razones que uno no sospecha.

Si, por ejemplo, una persona nos empieza repentinamente a hablar de su atracción por los hamsters, de que le gustan con locura y que tiene en su casa cinco, es probable que si encontramos su discurso exagerado o poco fundado el resultado sea que los hamsters nos empiecen a desagradar levemente. "¿Qué le vio a los hamsters? ¿qué es un hamster al final? Un ratón, un ratón del orto que encima te mea y es sucio y andá a saber si tiene piojos... ¡y cinco encima! pero qué nabo..." y así.

No cuesta nada imaginarse que si cinco minutos antes nos hubieran preguntado qué opinamos de los hamsters hubiéramos dicho "ni idea" o incluso que son simpáticos.

Escuchamos a un folklorista, uno bueno, digamos a Zitarrosa. Nos llega al alma, nos quedamos meditando sus letras. En eso vemos pasar a un pibe copado con Anastacia y es posible que nos parezca frívolo, pedante, superficial, a pesar de que hemos escuchado ya Sick and Tired y nos ha encantado, y seguiremos escuchándolo. Si en ese momento nos preguntan "¿Qué piensa del rock?" es muy probable que nuestra opinión será menos positiva que si nos lo preguntan en otro momento.

Me parece que somos más volubles de lo que pensamos (eviten el chiste de fácil asociación fonética, porque de eso otro seguro que también). Esgrimimos razones, pero esas razones son posteriores. Los hamsters y el rock, la ensalada rusa y la lluvia, las mujeres y la pelota vasca; si por algún motivo tuvimos problemas con alguna de estas entidades, pronto encontraremos razones para defenestrarlas, y análogamente les encontraremos mil virtudes cuando por algún motivo la mano venga distinta.

Hay una postura que es totalmente ridícula y que un servidor la mantiene vaya uno a saber por qué. Se trata de los equipos de fútbol. Esta es una postura 100% infundada e irracional y sin embargo es muy probable que uno cambie en su vida de postura política, o de gustos, pero jamás de hinchada.

Quien suscribe mantiene, sin el menor fundamento pero con una convicción de hierro los siguientes dictámenes como verdades inconmovibles:

1) Aguante Bostero.
2) Gallina vigilante.
3) Hijos nuestros morirán.

Ahora me pregunto: ¿es que todas nuestras posturas son así?

Somos de Boca (o de River, o de Racing) porque el tío Ricardo nos regaló la camiseta a los cinco años. ¿Es que somos marxistas, feministas, liberales, posmodernos, nietzscheanos o miembros de una secta por razones de similar peso? ¿Es que se es cualquiera de esas cosas por las mismas (sin)razones?

Si el lector llegó hasta acá, y habiendo leído otros posts del autor seguramente se dirá: "Este pibe está loco. Tiene convicciones defendidas como trincheras y ahora se viene a preguntar si no estarán tan fundadas como ser de Boca. Se volvió posmo, está en crisis, derrapó, comió pintura.".

Mi respuesta sería que no. O por lo menos no tanto.

Me parece que es un proceso dialéctico (¡hola Carlitos! ¿qué tal?). Razones para estar a favor o en contra de algo hay miles, pero todas están apoyadas en sistemas de valores.

Ahora bien, uno revisa (debería revisar) todo el tiempo su sistema de valores. La realidad cambia, mi posición en el mundo cambia, tengo que revisar mi sistema de valores para ver si sigue en línea con la realidad, y eso pone a prueba mis convicciones. La necesidad de razonar con justeza (y justicia) hace que uno se interrogue una y otra vez acerca de lo fundado de sus ideas.

La verdad es algo importante, por eso necesita ser puesta en duda en todo momento. Preguntarse por la validez de las propias ideas tiene sentido si uno quiere tener ideas que valgan la pena. Creo que las ideas que realmente valen la pena cuestan. Cuestan trabajo.

Obvio que uno se equivocará aún así, tendrá igual ideas de dos mangos, pero creo que se equivocará mucho menos.

Hace ya unos años un milico argentino, fascista y estúpido dijo: "La duda es una jactancia de los intelectuales". Ya podemos imaginarnos lo que deben valer las convicciones de un tipo que no las pone a prueba jamás.

Otras personas en cambio tienen terror de todo lo que pueda sonar a verdad, objetividad o incluso realidad. Según esta gente, no hay que poner a prueba nada, ya que no hay tal "realidad", ni verdad, o al menos no una que podamos conocer. Hay gente que se instala en la duda con tanta fuerza como si fuera la mayor de las convicciones. Porque negar toda convicción es también una convicción (je), y no de las más productivas ni interesantes. No me parecen mucho más inteligentes que el ejemplo anterior.

La duda no me parece un objetivo en sí misma, y la convicción tampoco. La combinación de ambas me parece tiene más swing.

A todo esto, los hamster son un asco. Prefiero mil veces un pomerania.

Buenas noches.

26.10.05

Haciendo amigos. Hoy: el liberal argentino

Ud. cree que para ser liberal (ojo, me refiero a esos que votaron a la UCeDe, que hablan de achicar el estado, etc., hay otras formas más positivas de entender el término, pero yo me refiero a "estos " liberales) en Argentina basta con ser un poquito tarado. No es así, no.

Si no le alcanzan las pelotudeces de la TV, y quiere escuchar más, cómprese un liberal argentino. Reconózcalo por su marca de fábrica.

"¡Acá necesitamos un un país serio!" dice con el ceño fruncidito. "¡Basta de demagogia y populismo!" vuelve a exclamar. Asimismo el liberal es enemigo de la corrupción y ama la democracia. Esta es más o menos su carta de presentación. Truchísima, por supuesto.

Digo esto porque es evidente que al liberal argentino le importan un bledo tanto la demagogia y el populismo como la corrupción. Lo único que le quita el sueño es su interés de clase. Llama "demagogia" a cualquier medida efectiva o posible en favor de las clases oprimidas (a las que ignora, teme y detesta), y "corrupción" a aquella de la que su persona no se ve favorecida.

La prueba de esto es que quien puso en marcha en Argentina el programa ultraliberal más salvaje de todos los tiempos ya sabemos quién fue: el chimpancé innombrable, que lo combinó con la demagogia más jetona, el populismo más rancio y una corrupción de niveles delirantes. Sin embargo los liberales argentinos estaban tan encantados con el gobierno del hijo de puta que todos conocemos, que hasta Alsogaray dejó de votar a la UCeDe. Hoy quieren hacernos olvidar todo eso, a Maria Julia, a Adelina, y a todo el zoológico. "Nooooooo, nosotros somos gente seeeeria" dicen.

Ahora eso sí: demócratas los primeros, señora. Han promovido, impuesto e implementado las políticas de cuanta dictadura militar bananera haya sufrido Latinoamérica, bástenos recordar a nuestro Chicago boy Joe Martinez de Hoz. La escuela de economistas de Chicago – ya que la mencionamos - ha sido un semillero de ideas para hundir la economía de países subdesarrollados y mantenerlos así adecuadamente subdesarrollados.

El paraíso liberal lo hemos vivido en Argentina varias veces. No se trata del sistema capitalista (ése jamás se fue) sino de su versión más cruda y bestial. El plan es extremadamente simple: se trata de bajar el poder adquisitivo de los salarios todo lo que se pueda y lo que no se pueda también, aniquilar todo concepto de bien o servicio público considerándolo un estúpido "gasto" (esto incluye la salud y pavadas de ese tipo), recortar el presupuesto educativo a lo que demande estrictamente el mercado (y en un país casi sin mercado eso equivale a casi nada) e impulsar la extranjerización y concentración de la industria y la banca.

Claro, el lector se preguntará con qué objeto. ¡Nada es porque sí, amigos!: se supone que en esas condiciones los capitalistas querrán invertir en el país ya que con salarios muy bajos y ganancias muy altas será muy atractivo hacerlo.
"¿Y la gente entonces?" se pregunta el ingenuo que quiere vivir de su trabajo ¡Paciencia! Lo que el liberal nos dice es que los bolsillos de los capitalistas se llenarán tanto tanto que… en algún momento se derramará la riqueza sobre los pobres mortales.

¿Parece estúpido? Lo es. De hecho el paraíso liberal ha arruinado repetidamente al país haciendo descender el nivel de vida a cotas cada vez más bananeras. Pero mientras tanto los gestores del liberalismo le dicen a la gente que aguante, que espere, que ya llega la prosperidad y la riqueza sin límites. No es nada sutil, más bien algo burdo. ¿No me cree? A ver si se acuerda de esto:

- Hay que pasar el invierno.
- Estamos mal pero vamos bien.

La primera es la frase del inolvidable chanchito Alsogaray cuando fue ministro de economía en los ’60 y le explicó a la gente que había que aguantarse la malaria mientras el festival de bonos arruinaba la economía argentina. La segunda es de Bernie la Babosa Parlante, durante el gobierno del chimpancé, cuando ya era innegable que nuestro nivel de vida se había ido al carajo, el alienígena tuvo que admitir que las cosas no iban bien (estamos mal), pero siguió con la receta del verso: estaremos genialmente (vamos bien). Ibamos regio, ¡hoy lo sabemos!

De eso se trata el liberalismo: espere, espere que ya llega. Mientras tanto el nivel de vida que le roban a Ud. no vuelve nunca más, pelito para la vieja.

Alguno dirá que han cambiado, que ya no llaman a golpes de estado y que están por la vía democrática. Me permito sugerir presten atención a Venezuela, donde un presidente que se ha cansado de ganar en elecciones más limpias que las de EEUU ha sido víctima reciente de un golpe de estado (afortunadamente fallido) que fue apoyado, fogoneado, aplaudido y festejado por estos demócratas fervientes.

No hace falta agregar que apoyan cuanta guerra de exterminio emprenda el imperio norteamericano, aplauden la represión y odian a los pobres.

En esto último existe un fuerte componente de origen de clase, dado que el liberal argento suele ser un mediopelo acomodadito pero mersún, un simple grasa convencido de que es alguien, un advenedizo sin orígenes ni prosapia ninguna.

En efecto, este patético tilingaje habla con un tonito mal copiado de los Alzaga Unzué, pero recorriendo sus apellidos veremos que abundan los Schiappapietras y los Mastrocollattis que denuncian orígenes de esforzados tanos laburantes o gallegos almaceneros.
Por eso ¡no confundirlos con la verdadera oligarquía! La oligarquía de verdad tiene mejor gusto, es mucho más inteligente y discreta para defender sus intereses y mira con desprecio a estos ignorantes sin clase ni mundo, pero los halaga para que salgan a promover la política que a ellos les conviene. La oligarquía no hace política sino directamente lobby (si sus intereses dependieran de estos pedantes subnormales, hace rato que la oligarquía y el gran capital estarían derrotados).

Pero ojo. No olvidar que detrás de esa habitual carita de nerd imbécil, debajo de esas frasecitas con lógica de retrasado mental y dichas con miradita suficiente se esconde (y no con mucha habilidad) un Videla. Ni bien vea peligrar el orden de cosas que ama veremos cómo al liberal le crecen pelos a una velocidad impresionante y no duda en aplaudir crímenes, conspirar y llamar a cuanta fuerza policial, militar o paramilitar exista para aplastar a quien amenace con cambiar su orden.

Ejemplos históricos sobran. Desenmascararlos es un buen primer paso.
Salud.

25.10.05

Vos no entendés

- Ecir, es como que estás fuera de la realidad totalmente. La década del '70 ya fue, ya pasó, ahora estamos en otra cosa, ¿mentendés?

- ¿Y dónde estamos ahora?

- Ahora lo que hay que valorar son las libertades democráticas, el poder salir a la calle tranquilo...

- Yo no salgo a la calle tranquilo, vivo en José Ingenieros.

- Bueno, esa es tu verdad, es onda tu posición y es re respetable, ¿mentendés? Pero hay otras posiciones, y hay otras formas de ver las cosas, creo que esto no te lo tengo que explicar...

- No, claro. Hay miles de formas de ver las cosas. Está mi visión, está la tuya, está la de la señora de enfrente del almacén, está la de Bush, está la de un científico y está la de un internado en el Borda. Lo tengo clarísimo eso.

- Y bueno, a partir de ahí tenés que hacerte como el mapa de lo micro a lo macro e integrar toda la imagen con cada parte manteniendo su diversidad y su identidad fragmentaria.

- Claro, pero mi problema es que no tengo laburo.

- ¿Pero ves? De nuevo te centrás en tu problema, en tu cosa, ¿ubicás? en tu realidad, pero hay muchas realidades, ¡tenés que ver las otras también!

- Bueno, pero vos también te centrás en tu discurso. Eso de que hay que ver "otras cosas" a rajatabla, sin especificar muy bien sobre qué hacer foco suena más bien como que lo que se intenta es no mirar realmente nada.

- ¡Tenés que mirar la realidad! ¡Dejate de esa paja ideológica! Mirá lo REAL, tenés mucha ideología pero te falta realidad, te falta visión del mundo que te rodea.

- Si, bueno, veo que ese pibe por ejemplo, se está dando con poxi ran.

- Y bueno, pero vos ves lo negativo nada más. Tenés que integrar otras realidades, no sólo las que vos querés ver, ¿mentendés? Ahora no podés decir "yo tengo la verdad" porque es como que eso es autoritario y no va, no va... Ahora es el tiempo de decir que como que la verdad no está en ninguna parte y depende desde qué lugar, ¿ubicás?

- Claro, hay otras realidades. Por ejemplo, la realidad de la nobleza europea en un crucero por el Mediterráneo, o si querés un ejemplo argentino, la realidad de los Ledesma, o los Fortabat, o los Macri es otra realidad si, si... Muy otra.

- Y bueno, pero vos tenés ese tono irónico. Aunque te parezca mentira ellos forman parte del cuadro, no podés descartarlos así nomás.

- No, no, si no los descarto. Cumplen un papel, tienen una función. Son muy diferentes. Todo eso lo sé perfectamente.

- Claro, pero vos tenés metido todo ese discurso que es viejo, ya fue, ya está superado...

- ¿Superado por quién?

- Fracasó... ¿no ves que fracasó? ¿Tan ciego estás?

- Si, ya lo veo. ¿Y quién tuvo éxito? ¿Qué tengo que festejar?

- Ay, mirá, sos un nostálgico, lo tuyo ya fue, está pasado de moda. ¿Por qué no te vas a Barricada Bolche y te dejás de joder?

- Con tal de no escucharte, soy hasta capaz de ir ahí.

24.10.05

Bélgica II - Amberes

Hoy vamos a ver un poco la ciudad de Amberes (me desperté así, nada polémico, esteta, onda Wilde en un buen día).

Amberes (Anvers en francés, Antwerp en flamenco) queda en el norte de Bélgica, a unos 30 minutos en auto. Es la capital mundial del diamante. Hay un museo del diamante muy interesante. Uno se pregunta por qué diamantes si en Bélgica no es posible encontrar ni uno. Bueno, por la misma razón por la que tienen buen chocolate: lo afanan de sus ex colonias en Africa (ahí tiré un pequeño panfleto).

No es raro caminar por Amberes y ver vidrieras con relojes pulsera de 4.000, 10.000 o 25.000 euros. Ahí es donde uno se pone a pensar que en el mundo hay gente que se gasta 25 lucas euro en un reloj pulsera. Inmediatamente surgen fantasías, cavilaciones, planes fantásticos para robar Fort Knox, hasta que suena el despertador y hay que ir al yugo de nuevo.

Veamos la catedral de Amberes:

Aquí concurrían los señores feudales a hacer sociales, para luego volver a bulines de este tipo:


Y hay gente que hace esto. Observen con atención estas dos fotos y descubran la diferencia (premio, un viaje con todo pago a Las Toninas):


Os habéis avivado hijos míos? Sí, la estatua que está a la derecha, arriba, sentada sobre la escalerita tiene la mala costumbre de moverse (tiene los brazos bajos en la primera foto, y los subió en la segunda). Es un tipo que se mueve cada vez que le tirás una moneda. Gana fortunas porque está tan bien caracterizado que nadie se aviva y cuando pasás se pone a "trabajar" con un martillo. Te asombrás tanto que le tirás algo. Siempre. No sé para qué carajo me rompí el tujes estudiando toda una vida.

Para terminar, algo que indica que los pibes quieren hacer las cosas bien. Vean estas puertas:

Por ahí adivinaron por los azulejos: sí, son puertas de retrete de un boliche. Un boliche a la calle, entrada libre ¿eh? Con pistita, pero también mesitas afuera para tomar algo como cualquier cafecito y sin goruta en la puerta ni esas mersadas. Claro, así no te dan ganas de hacer ningún grafitti, para después decir: "no loco, pero lo mío es arte".

En estos coquetos viorsis, también es posible toparse con deliciosos afiches vintage como este:

Lo que muestra que en Bélgica existe cierta carga erótica interesante desde hace ya un tiempito.

Espero que les haya gustado el paseíto.

Salud.

23.10.05

Destruyendo la literatura

Todavía no entiendo cómo existen blogs como Palabracaidismo. El pibe no tiene vergüenza.

Créanme que trato de convencerlo de que cierre la boca. Vayan ahí e insúltenlo como se merece.

Bah, mejor no vayan nada. Léanse un buen libro.

22.10.05

Chiste de gallegos

Como todos sabemos, en Ceuta y Melilla ha habido un intento masivo de invasión por parte de gente desesperada que intenta huir de la miseria.

Como todos sabemos, hubo muertos.

Como todos sabemos, los gobiernos europeos reaccionaron con una medida que demuestra el alcance de la visión que tienen del problema: se comprometieron a... reforzar más la frontera. ¡Bien ahí! ¡Inteligentísimo lo suyo maestro!

Sin embargo, ante la avalancha de cartas que llegaron, el gobierno español demuestra tener un sentido de la ironía finísimo. ¡Y nosotros pensamos que son más bien animalitos! Nada que ver: con el permiso de Sole, que lo reprodujo antes en su blog, me permito enseñarles esta joya de la retórica. Léanla con atención.

Por indicación del Presidente del Gobierno doy contestación al correo electrónico que le ha dirigido, en iguales términos que lo hago a otros ciudadanos que han escrito al Presidente sobre el mismo asunto. Quiero agradecerle su preocupación, que compartimos, por la situación generada las últimas semanas en Ceuta y Melilla.

Estos hechos han determinado la necesidad de un refuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas en las fronteras, cuya actuación está siendo en todo momento proporcionada a los hechos que se producen, respetando los derechos humanos.

Desde el reconocimiento positivo de la diversidad de orígenes y culturas, el Gobierno está decidido a garantizar la integración social de los inmigrantes. Y, en aplicación de las normas de Extranjería, trabaja en una línea de orden y legalidad, que ha permitido regularizar la situación de los extranjeros en España.

Al tiempo el Gobierno ha impulsado medidas de control de la inmigración ilegal, que han permitido una mayor eficacia en la lucha contra la entrada ilegal en España. El desarrollo del sistema de Vigilancia Integrado Exterior, destinado al control de las costas del Sur de España, y la colaboración con Marruecos se han traducido en una reducción muy importante en la llegada de inmigrantes en los meses transcurridos en este año. En este sentido, ambos países estamos activando el Convenio de readmisión suscrito en 1992, que permita que los inmigrantes vuelvan a Marruecos con las debidas garantías.

Además, las medidas aprobadas por el Gobierno persiguen reforzar de forma muy significativa los servicios de atención humanitaria en los centros de acogida de inmigrantes en Ceuta y Melilla.

Agradeciéndole nuevamente su preocupación, le envío un cordial saludo.

José Enrique Serrano Martínez.
Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.

¿Leyeron bien? ¿No está requetebuenísimo? ¿Vieron la parte que dice que lo hacen respetando los derechos humanos? juajajajajajaj!! Y la que manda quiero agradecejeje agradecerle su preocupaciojojojón que... que... compartijiji compartimojojojojojos!!!! está buenísimo!!! Y la del reconocimiejeje... reconocimiento!!! jajajaja! a la... a lajajaja la diversidad de culturasjajajajaj!!! boló!! la diversidad de cultujujujujuras!!! Y la más mejor de todas, la posta posta es esa que dice... jajajajajajajaj!!! la que dice de la integraciójojojojoooo de la diversidájajajajajaaaaa!!! De los... de los... inmijijiiigrajajaJAJAJAJAJAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!

JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

20.10.05

Ferdinand de Saussure en Crónica TV

Creo que en Crónica TV han puesto a laburar a lingüistas, filólogos y semiólogos de prestigio.

Fíjense: Estoy seguro de que este titular TIENE una trampa… pero carajo, ¡es tan sutil que no la puedo detectar!

Goebbels era un tontito.

19.10.05

Haciendo bifes con las vacas sagradas. Hoy: Feminismo

Bien, vamos con algo muy light, con una postura casi universalmente aceptada. Algo como para no jugarse, bah.

Jamás discutido, incluso en sus versiones más grotescas, delirantes y agresivas: sí sras. y sres. el Feminismo es inatacable, incuestionable, indubitable, y otros "in’s". Así que va siendo hora de empezar a oponerle un poco de sentido común.

El feminismo es hoy día mucho menos que una ideología. Es un monton de lugares comunes que surgen de una lectura impuesta de la realidad. Lectura que debe cumplir con las siguientes premisas:

1) El hombre siempre es explotador / culpable / sospechoso / cuestionable.
2) La mujer es siempre explotada / inocente / libre de toda sospecha / incuestionable.

La elección de estos términos va en función de la situación descripta, el grado de caradurez o bien la versión de feminismo de la que se trate: desde el feminismo light, de salón y fashion, hasta el feminismo peludo, sexista y resentido.

Curiosamente son en general mujeres las que se oponen a veces a estos desvaríos. Los hombres, por alguna misteriosa razon, miedo atávico o vaya uno a saberse qué, se niegan sistemáticamente a salir al cruce de lo que en muchos casos son ridiculeces que ya tienen el status de verdades absolutas.

La estrategia de difusión del feminismo está asentada en dos pilares:

a) La lectura sesgada de las diferencias.
b) La omisión interesada de casos.


El primer pilar es burdo, pero eficaz: se trata de tomar cualquiera de las diferencias que existen entre hombre y mujer y transformarlas en una "prueba" de la explotación que sufre el género femenino. "Cualquiera" quiere decir cualquiera, lo que se les ocurra, no importa cuán delirante sea. Caradurismo sobra, así que veamos:

Vestimenta: Aquí hay un tema que diferencia fuertemente al hombre de la mujer. ¡Muy bien! Es ideal para convertirlo en "prueba": los tacos altos, las minifaldas, las bombachas, en fin: toda la vestimenta femenina es un invento machista, está hecha para complacer al varón, oprimir a la mujer y bla bla bla. Esto se dice seriamente y se inscribe como "temas de política de género". Créanlo, por favor.

Obviamente a ningún tipo se le ocurre plantear como "tema de género" la obligación de usar corbata (y la verdad es que podríamos empezar, que la corbata y el traje uniformiza, aliena, y rompe las pelotas), lo primero que uno piensa es que hay cosas más importantes, y que en todo caso no es culpa de "las mujeres". Pero el feminismo no tiene esos escrúpulos. Leamos esta cancioncita del pobre John Lennon (que como sabemos no era un as para elegir mujeres tampoco, pobre) y veamos el nivel de delirio:

"Woman is the slave to the slaves
Yes she is...if you believe me, you better scream about it
We make her paint her face and dance..."
(!!!)

Atención, hombres: esa mina que ven, maquillada, bailando en el boliche con una mini y cagándose de risa con las amigas es una víctima de los hombres que la han obligado a vestirse así y a bailar El Baile del Pimpollo. No, no se rían porque es serio.

Los usos lingüísticos: el masculinizar los plurales (decir "los", "nosotros", etc.) es una prueba de que la mujer está marginada, excluida del lenguaje, blo blu bla. Toneladas de papel gastado en teorizar sobre esto. Se impone el ridículo
nosotr@s y l@s para ser polítically correct. Esto ignora que en otros idiomas occidentales el uso de los plurales y los tratamientos formales privilegia el género femenino, pero claro, ¿qué puede importar esto? Se trata del indiscutible Feminismo, ¿desde cuándo hacen falta argumentos?

El sexo: Las versiones más peludas y siniestronas del feminismo postulan que la misma relación sexual con un hombre es degradante y opresiva para la mujer. En esto hay una corriente lesbiana militante, que me atrevo a decir no representa a la mayoría de las mujeres gay, o por lo menos, no a aquellas que viven su sexualidad como lo que es: un destino aceptado con placer más que una boludísima batalla necesitada de coartadas.

¿Cuál es el objeto de estos delirios? Nada más que afianzar e imponernos la lectura feminista de la realidad: la mujer SUFRE y el hombre es CULPABLE. Siempre.

Se me cuestionará que estos son ejemplos poco relevantes, y que existen temas más pesados: violencia de género y discriminación laboral, por mencionar los temas estrella del feminismo.

Qué bueno que lo mencionen, porque eso da pie para verificar el segundo pilar estratégico del feminismo: la exclusión de temas.

Si es cierto que existen problemáticas "femeninas" en la sociedad, no es menos cierto que también las hay "masculinas". Sólo que el feminismo simplemente toma las primeras como una cuestión de género, y deja de lado las segundas.

Así, el asesinato de una mujer por su marido será inmediatamente inscripto dentro de la problemática "violencia de género" mientras que el asesinato directo o instigado de un hombre a manos de su mujer, ex mujer, novia o amante es simplemente un crimen más. Como si la violencia sobre el género masculino fuera algo, digamos, natural, fuera de análisis.

El trabajo de una empleada doméstica, de una operaria o una cajera en el super (trabajos realizados mayoritariamente por mujeres) será puesto como un ejemplo de la explotación de género, mientras que los basureros, los mineros y los obreros de la construcción (casi o exclusivamente hombres) jamás de los jamases serán un "tema de género". No importa cuántos hombres mueran prematuramente en las minas de Bolivia, Rio Turbio o el Zaire, o lo humillante que sea limpiar la basura de la ciudad. Los medios no se cansan de decirnos que lavar los platos es una espantosa carga con la que los hombres jamás colaboramos demasiado, pero bajar a los socavones, hombrear bolsas en el puerto o llenar el camión de la basura, eso no es – pedazo de desubicado mental – un tema "de género".

La violación o maltrato de una niña por parte del padre es un tema "de género", no así si la víctima es un niño a manos de su madre. Quien lea esto dirá que estos últimos casos son menos frecuentes... Error, esta opinión es una muestra más del lavado de cerebro al que somos sometidos, de hecho los infantes victimizados por mujeres son mayoría, sólo que su tratamiento no forma parte de las "cuestiones de género", y por lo tanto no tiene la misma publicidad.

La pornografía es interpretada como "degradación de la mujer", el hecho de que participen hombres al parecer no los degrada.

La prostitución es el otro gran tema. Que haya hombres proveedores y mujeres clientas no altera la vision de la prostitución como algo en el cual la mujer es explotada por el hombre. Un gato que cobra una luca la hora es una explotada, un obrero de la construcción que ni puede soñar con esa suma es un explotador, la lluvia cae hacia arriba.

Desde ya, los padres alejados de sus hijos, la arbitrariedad en la decisión de la tenencia, el uso y abuso de las cuotas alimentarias, la cesión de la vivienda (aún cuando en muchos casos ni siquiera es ganancial), las frecuentes denuncias falsas de violencia para obtener ventaja en los casos de divorcio, etc. y más etc. todo esto no forma ni formará jamás parte de las "políticas de género".

Las versiones más light del feminismo caen sobre nuestras cabezas como una llovizna constante y persistente, hasta hacerse verdades indiscutibles aunque no tengan el menor basamento fáctico. Se ponderan supuestas virtudes de la mujer a su vez supuestamente inexistentes en el hombre. Por ejemplo: flexibilidad, amplitud de criterios, capacidad de armonizar intereses encontrados y una mejor gestión de los conflictos, frente a una supuesta mayor rigidez, competitividad y "pensamiento lineal" en el hombre (este último término está muy de moda, y nadie sabe explicar exactamente en qué consiste, pero queda bien). Nada de esto está seriamente fundamentado, pero ya es parte del paisaje (mi experiencia con cajeros de banco, empleados del estado, hotelería, compañeros de trabajo y varios etcéteras no arroja ninguna ventaja para las mujeres, pero esto es una simple observación y tampoco pretendo que tenga valor estadístico).

En fin, plantear temas como este en otros blogs ha traído como consecuencia respuestas basadas en:

- Alaridos, insultos varios, incoherencias histéricas, etc.
- Discursitos llenos de chicanas de cuartísima, preguntas irónicas acerca de mi vida íntima (al mejor estilo machista), etc.
- Contadísimas respuestas con algún ánimo de debatir en forma franca y articulada / argumentada.

Aclaraciones finales que no deberían ser necesarias:

- Nada de lo escrito se opone a las mujeres, evitemos por favor confundir feminismo con féminas (cómo sí hace el feminismo mencionando una y otra vez a "los hombres").
- Está escrito, pero repitámoslo: nadie ignora que existen problemas exclusivamente femeninos, lo único que se señala es su descontextualización desproporcionada y su uso deshonesto.

Buen provecho.

18.10.05

Palabracaidismo

Encantadoras damas y distinguidos caballeros. Hemos inaugurado nuestro nuevo blog literario Palabracaidismo, en el cual serán publicados de aquí en más los ineptos esfuerzos literarios de este quien les habla, su servidor.

Pasen, literariamente es mediocre, pero los petit furs del vernissage son excelentes.

17.10.05

Soy intolerante y amo discriminar

Hoy, señora, nos vamos a meter con dos palabritas que están muy de moda: Intolerancia y Discriminación.

Desde hace ya un largo tiempo estamos acostumbrados a que las palabras de marras tienen una malísima prensa. Es malo ser intolerante. Es malo discriminar.

Empecemos por la famosa tolerancia que se nos pide insistentemente. "Hay que ser tolerantes" nos dicen (generalmente precedida de la frase "Y bueno..."). Yo encuentro esa frase verdaderamente siniestra. ¿Tolerar a qué o a quién? Por lo común la frase se cuela a propósito de gays, o de otras razas, o religiones. Y aquí está el error. Si yo fuera gay y viniera una persona X a decirme:

X: - ¿Ud es gay? No se preocupe, yo lo tolero...

Mi respuesta podría ser una frase como: "¿por qué no te vas a tolerar a tu hermanita?". Lo mismo serviría para el caso de un morocho. Bien está que haya que "tolerarlo".

Porque "tolerar" es aguantar, sufrir, soportar algo que nos disgusta o nos molesta. De manera que en el fondo el llamado a la "tolerancia" es o bien a) un reconocimiento implícito de que los gays, los negros, los judíos o los árabes "nos molestan" (aunque somos buenitos y los toleramos) o bien b) un llamado a no reaccionar frente a las cosas que nos joden. Ambos puntos están ligados y constituyen, creo yo, una pequeña trampa.

De lo que se trata, me parece, es de entender cuáles son las bases (los valores) para establecer lo que nos molesta. A mi modo de ver esta mal que nos moleste un negro, o una persona humilde, o un gay porque son gente que no nos ha hecho nada, y por lo tanto no hay nada que "tolerarles"; mientras que me parece perfectamente legítimo odiar a Videla, a Cavallo, o a Lopez Murphy porque son gente que nos ha hecho, o quiere hacernos daño y representa intereses de mierda, por lo tanto la "tolerancia" tampoco tiene nada que hacer acá.

Históricamente, el fascismo y el autoritarismo nos han impulsado a desviar nuestra bronca de los segundos para volcarla en los primeros. Hoy el posmodernismo choto nos invita a rectificar... pero parcialmente: no debemos volcar nuestra bronca en nadie y debemos "aceptar la diversidad". La idea es tanto en un caso como en el otro los responsables de cualquier desastre queden impunes.

Discriminación es la otra palabreja. Discriminar es horrible nos dicen.

Y sin embargo la discriminación, la facultad de discriminar, es fundamental para el ser humano. Discriminar significa separar lo bueno de lo malo, la paja del trigo. Discriminar significa comerse el chocolatín en vez del jaboncito, no desayunar con líquido de frenos, descartar los melones en la confección de un collar, etc.

Otra vez, la discriminación es muy necesaria, sólo que hay que vigilar las bases sobre las cuales se ejerce, pero jamás renunciar a ella, como nos propone la cultura light.

Hagamos una lista de cosas que no toleramos, y que discriminamos, y preguntémonos cuál es la base de esa intolerancia y esa discriminación; cuestionémosla. Pero si vemos que realmente no nos bancamos cosas injustas, y que no aceptamos cosas inaceptables, entonces adelante: discriminemos, no toleremos.

Buenas noches.

16.10.05

Argentina's Astonishing Middle Class

Pequeñas historias acerca de lo que la clase media argentina es, y lo que cree que es.

Diálogo no sólo 100% verdadero, sino lo que es peor: 100% verosímil entre servidor y típico laburante de clase media porteño (TLCMP).

TLCMP: - … digas lo que digas, en este país el problema son los negros, no piensan, no razonan y les venden cualquiera, ¿mentendés?
Servidor: - Ajá.
TLCMP: - Ponele, los políticos van a una villa, y a la negrada les dejan una zapatilla, y les dicen: "voten a Fulano y después venimos y les damos la otra", o les dan morfi, cualquier boludez para entretenerlos... ¡y claro! ¡así los negros votan por la zapatilla o el choripan en lugar de pensar en el país! ¡No me vas a decir que no es así, hermano!

S: - Bueno, puede ser, sí... Cambiando de tema, contame, ¿vos a quién votaste en el '95?
TLCMP: -Y… a Menem, ¡si estaba endeudado con cuotas en dólares!


No... si acá el drama son los negros que no piensan. Creen que el país es un choripa, o una zapatilla, e ignoran que el país es en realidad un DVD player.

15.10.05

Le dije que era Mastrapasqua (historias de la Argentina secreta)

I - The Zona Sur Affair

- Callate pelotudo, que nos van oír.
- Pero hay un olor a mierda que no se banca…
- ¿Te callás?

Peta se moría por un cigarrillo o un bife. Hacia horas que estaba en cuclillas y una gota le caía interminablemente en la espalda desde algún sitio. La remera empapada se pegaba a una espalda de boxeador semi pesado fuera de forma y los bermudas se tensaban en esa posición conteniendo los muslos y un culo de tamaño superior a la media. Unos cueros habían sido abandonados detrás de los tanques y el olor a curtiembre sofocaba. Peta trataba de contener el aliento y retorcía su cara donde destacaba una nariz aplastada y torcida, una verruga y un diente de oro.

- Ahí…


Minuto volvió a cuchichear y le hizo una seña con la cabeza. Era delgado y nervioso, tenía nariz de mosquito y dientes de conejo. Llevaba un overol y una gorra con logo. La penumbra dejaba ver muy poco. Una luz a más de cien metros señalaba el lugar de la oficina.

- Es ahí… el sereno ya debe estar en pedo. – afirmó con seguridad, pero la perdió enseguida al intentar seguir adelante – ¿Salimos?

Invisible, Peta no contestó.

- Che boludo, ¿estás?
- ¿Qué?
- ¿Dónde estás?
- ¡Acá! ¿Dónde voy a estar?
- ¿¡Vas a dejar de gritar!?
- ¡Sos vos el que grita!
- ¿Qué hora es?
- Y media. A esta hora ya está, loco.
- Dijimos a la una.
- Sí pero ya fue… ¡si no hay nadie! Está solo…
- Falta media hora, esperemos.
- OK, esperamos.


No pasaron cinco minutos y Peta, con la espalda que parecía meada por diez gatos dijo:

- Che… salgamos , ya fue.
- Per..
- Ya fue, loco, ¡si es lo mismo! ¿De dónde sacaste que tiene que ser a la una en punto?
- Los planes se siguen al pie de la letra, tenemos que hacer todo al pie de la letra, las cosas se hacen bien ¿entendés?
- Dejame de hinchar las pelotas, Minuto.

Salieron.

Caminaron por el terreno proyectando unas largas sombras vacilantes, y siempre hablando en susurros.


- ¿Y si se quedó alguien?
- ¿Qué?
- Digo, si alguien se quedó laburando ¿qué hacemos? ¿Lo saludamos con naturalidad?
- Bolas, ¡si nos ve alguien estamos al horno! ¿Qué decimos después? ¿Que nos quedamos haciendo qué?
- Laburando.
- ¿No te acordás que fichamos la salida? Además acá no hay nadie y no…
- ¿Che, aquel no es Mastrapasqua?
- ¿Qué? ¿Quién?
- El tano Mastrapasqua, ahí…

Enseguida, Minuto agarró a Peta de la remera y trató de arrastrarlo.

- ¡Corré! ¡Vení para acá, que no te vea!

Corrieron hacia un cono de sombras a un costado del depósito.


- Te dije que los planes se siguen al pie de la letra, salame… ¿no te dije que los planes se siguen al pie de la letra?
- ¿Y vos qué sabías si Mastrapasqua estaba acá o a qué hora se iba a rajar?
- No era Mastrapasqua.
- ¿Y eso qué tiene que ver? Y además sí era Mastrapasqua.
- …
- ¿Nos habrá visto?
- No.
- ¿No nos hizo así con la mano? Yo vi que nos hizo así con la mano…
- No, boludo.

Esperaron. Pasaron unos cinco minutos.

- ¿Qué hacemos?
- Vení, sigamos.
- ¿Y si nos vio?
- No nos vio, caminá.
- Che… ¿por qué te dicen Minuto?
- Es un sobrenombre, ¿a vos por qué te dicen Peta ?
- Ni idea, siempre me dijeron así.
- Yo tenía un tío que se llamaba Miguel como yo, y venía a casa muy seguido. Entonces como teníamos el mismo nombre a mí me decían Miguel segundo, y de segundo pasé a Minuto…
- Ah.

Iban pegados al paredón externo, dando un rodeo, hasta que llegaron a unos cincuenta metros de la escalera que subía hasta la oficina. El gerente general estaba ahi, fácilmente visible a través de los vidrios. Minuto se cercioró de tener el chumbo.

- Dale.
- Che, pará.
- ¿Que?
- …
- ¿Qué querés Peta?
- ¿Estás seguro? ¿Y si nos vieron? ¿Y si cerró con llave y no podemos entrar? No sé…
- Oíme ganso, no nos vio nadie, a esta hora no hay nadie. Seguimos con el plan: lo amenazamos con el chumbo, vaciamos la caja, lo secuestramos y nos vamos en el auto de él. Depués pedimos rescate. Secuestro express. Ponete la media en la jeta.
- …
- Dale, movete.


Se pusieron las medias sobre las caras. Eran de un tono oscuro y disminuían más la visión; en la oscuridad todo se perdía de vista a más de cinco metros.

- Che… no veo un catzo.
- En la oficina hay luz.
- Además están re tirantes, ¿no son chicas?
- Si, no tenían tu medida de marote, vamos.


Minuto palpó el chumbo a través del cuero de la cartera de mano. Comenzó a subir los escalones. Peta se había quedado atrás dudando un instante, pero después empezó a subir detrás de Minuto, trepando los escalones de dos en dos. De golpe Minuto se detuvo y se dio vuelta para apurarlo, sin darse cuenta de que Peta ya estaba sobre él. Peta le dio con la frente en el mentón y enseguida cayó hacia atrás, agarrándose desesperadamente de la baranda.

- Peta, la concha de tu madre…

Minuto lo agarró de la muñeca, pero Peta perdió pie, se soltó sin querer y dando un giro sobre la punta del pie apoyada en el escalón sus 90 kilos cayeron por el plano inclinado de la escalera con el culo hacia arriba y las piernas abiertas.

- Peta no armés kilombo, boludoooo.
- ¿Y cómo querés que me caiga, forro? – gimió Peta desparramado al pie de la escalera.


Alertado por el ruido, el gerente salió a la puerta.

- ¿Están bien?

Pálido, Minuto lo miró desde la mitad de la escalera. En un primer momento el gerente no pareció darse mucha cuenta de que dos tipos con medias en la cara en plena noche no era una situación normal. Por otra parte era bastante chicato, y a tenor de los chismes en la fábrica, también bastante opa.

- ¿Está bien? – repitió esta vez en singular.

Minuto carraspeó y contestó atropellándose.

- Si… si, no pasa nada…se cayó nomás.

Se dio cuenta de que lo que decía era una boludez total. Ambos miraron a Peta sentado al pie de la escalera como a un alienígena mogólico. Peta devolvió la mirada y sonrió como si hiciera una gracia.

- Je… me caí…

El gerente se acomodó los anteojos y volvió la mirada a Minuto que no se decidía a definir el trámite.


- ¿Ustedes son… de Mantenimiento?
- Si… no… soy de Expedición.
- Ah… y qué pasó que…
- Nada, estábamos… ehhmmm...

Sin saber cómo seguir, Minuto se decidió. Subió los escalones que faltaban, abrió la cartera, sacó el arma y la puso enfrente de los ojos del gerente mientras ensayó un tono cortante y profesional.

- Andá para adentro.

El gerente retrocedió con la cara torcida de espanto. Trastabilló y alcanzó su escritorio.

- Quieto, De Marco, ¡quieto o te quemo! ¡Peta, subí, dale! – Minuto casi gritaba.

Peta subió. Cerraron la puerta.

- No me maten… Por favor se los pido, no me maten…

Parado de espaldas a su escritorio, ahora el gerente tenía un ataque de nervios.

- Callate y sentate. Peta, las esposas.

Peta sacó unas esposas cubiertas de un peluche fucsia. Minuto lo miró extrañado y Peta encogió los hombros.

- De un sex-shop.
- Pero ¿son resistentes?
- Je… ¿querés que te cuente ? Ademas ¿dónde las iba a conseguir? ¿Se las pedía a un cana?
- Dale, apurate – Minuto se sentía mejor, las cosas empezaban a fluir y sonaba mas canchero, más convincente. El gerente se sentó en una silla giratoria de rueditas, y Minuto, ya en su papel, dio las instrucciones precisas.

- Ahora amordazalo.


Peta levantó la cabeza.

- ¿Con qué?
- ¿Cómo con qué?
- Ni idea, yo no traje nada.
- ¿Cómo nada?
- ¡Si no hablamos nunca de amordazar!
- Pero sos forro Peta, la puta que lo parió loco… ¡se cae de maduro, chabón! ¿Tengo que pensarlo todo yo?
- ¿Cuándo dijimos que yo tenía que traer mordaza?
- ¡Cortala! ¿Tenes un pañuelo?
- ¿Carilinas?
- ¡Uno de tela, gil! ¡Para amordazar!
- Creo que si, pero…

- Dale, amordazalo.
- Está usado Minu, es un asco te aviso.
- Boludo, ¿a mi qué me decís si es para éste?
- Bueno, listo.


Peta sacó un pañuelo hecho un bollo y duro de mocos, lo extendió por los extremos y se acercó al gerente, cubriendo la boca y tratando de unir los extremos en la nuca. La cara del gerente era un poema.

- Dale, apurate.
- No alcanza… es medio cabezón me parece.
- ¿Qué?
- Las puntas del pañuelo no llegan… ¿ves que no llegan?
- A ver…
- Minuto se acercó, el gerente seguía pálido y hacía soniditos con la garganta.
- No ata, ¿ves?

Minuto se volvió al gerente.

- Cinta de embalar, ¡rápido! ¿Dónde hay?
- En… en la oficina de economato… por favor… – lloró el gerente.
- Eso es del otro lado de la fábrica Minu…
- Andá, y que no te vean… ¡metele!

Peta salió.

- ¿Para… para qué me van a amordazar?
- Para que no grite.
- Yo no voy… no voy... a gritar.
- Ya sé.
- ¿E… entonces?
- …
- ¿Para qué me amordazan ?
- Callesé, De Marco – Minuto no sabía si tutearlo siempre o no.


Peta volvió un poco antes de lo previsto.

- Encontré un rollo en los cartones al lado del depósito, gracias – dijo mirando al gerente.
- No le des las gracias, ¿no ves que es un prisionero? Metele el pañuelo en la boca y ponele la cinta.
- ¿El pañuelo en la boca ? ¿Pero para qué? Es al re pedo, es un asco, está usado…
- ¡Dejá de decir que está usado! ¿no ves que lo ponés nervioso y es peor? Vos hacé lo que te digo que yo sé por qué te lo digo.

En realidad no sabía bien, pero meter un trapo hecho un bollo era la típica de las películas. Además si se echaba atrás iba a perder el ritmo, mejor seguir adelante. El gerente aguantó las arcadas heroicamente.

Después, mientras Minuto apuntaba todo el tiempo con el revólver, Peta envolvió la boca del gerente con varias vueltas de cinta de embalar. Muchas. Cuando terminó parecía como si al gerente se le hubiera caído la mandíbula inferior, la hubieran recogido del piso, repuesto en su sitio, y le hubieran dado primeros auxilios para mantenerla en su lugar.

- Boludo, le pusiste mas vueltas que a la Momia.
- Listo, ¿y ahora?
- Ahora la caja, la llave y la combinación, ¿dónde están?
- ¿Y yo qué sé? ¿Yo tengo que saber eso también?
- De Marco, la llave maestra y la combineta de la caja.

El gerente lo miró con impotencia.

- Claro… qué carajo nos va a decir si está amordazado.

Minuto parecía desconcertado, pero trató de seguir adelante con naturalidad.

- Señáleme con la cabeza, De Marco.
- ¡¡¡Mmmmmmhhhhhh!!!
- ¿Qué quiere decir?
- ¡¡Mmhh… mmmmhhhhhh!!

Minuto se sacó y puso el revolver en la frente del gerente.

- ¡¡Mirá, conmigo no te hagás el pelotudo o te boleteo acá mismo!!
- Pero Minu, ¿qué querés que diga si no puede ni escupir de costado? Además si tirás acá a esta hora se va a escuchar hasta en el microcentro.
- ¡¡Pero no hablés así delante del prisionero, pedazo de forro!! – y volviéndose al gerente le dijo: – Escuchame bien, te juro que te hago volar los sesos así se entere Crónica TV, ¿esta claro?
- No gritésssssssssss.


El gerente asintió, la cara cubierta de sudor. Minuto se resignó.

- Sacale la cinta.
- ¿No hay una tijera? Cuentemé De Marco, ¿dónde hay una tijera?

El gerente se encogió de hombros, pero luego señaló los cajones del escritorio con el mentón. Peta trató de abrirlos, pero estaban cerrados con llave.

- ¿La llave del escritorio?
- Peta, ¿ahora vos? Querés que te diga dónde están las llaves del escritorio, para poder encontrar la tijera, para sacarle la mordaza, para que te diga dónde están las llaves de la caja – dijo Minuto en tono escalonado para concluir: – ¿No ves que no pensás?
- Bueno, Einstein ¿qué onda entonces?

Ya con tono resignado, Minuto ordenó:

- Desenvolvé la cinta, y te aviso que estamos atrasadísimos.
- ¿No era que delante del prisionero no había que…?
- Dale.


Cuando ya había despegado un poco de cinta, Minuto lo interrumpió.

- ¡No, esperá! Sacale las esposas y que escriba.
- No sé si tengo las llaves… – Peta empezó a buscar en los bolsillos – creo que las dejé en el aguantadero.
- ¿Pero cómo no las trajiste?
- ¿Para qué, si no lo íbamos a liberar hasta llegar allá? ¡Mirá si las pierdo!
- No te puedo creer… ¿sabés los años que nos van a dar por culpa de tus pelotudeces ?
- ¡Uy, habló Napoleón!
- ¿Me hacés el favor…?
- ¡Tranqui! ¡Tranqui! ¡Acá está la llave !

El gerente miraba alternativamente a uno y a otro, con el pedazo de cinta colgándole de un costado como un banderín, y poniéndose especialmente nervioso cada vez que Minuto se alteraba ya que no dejaba de apuntarle con la culata del revolver apoyada sobre su escritorio.

Peta volvió a pegar la cinta y abrió las esposas. Sacó papeles de la impresora.

- ¿Una birome?

El gerente volvio a señalar los cajones con cara de perro cagado a palos.

- Pero la concha de tu puta madre… Una puta birome, buscá Peta, haceme el favor, esto es una oficina, ¿me querés decir cómo no va a haber una mierda de birome? Revisale el saco, tiene que tener una por ahí, revisale el orto, no sé, algo, o un lápiz, o si no le corto un dedo y escribe con sangre, o le corto la poronga y se la hago morfar.
- Para hacérsela morfar habrá que desamordazarlo, te aviso.
- No me boludees, Peta, que estoy nervioso.
- Acá hay un lápiz de esos mitad rojo y mitad azul, mirá vos, pensé que no había más de estos…

El gerente escribió: « Tengo que llamar a mi mujer, se pondrá nerviosa ».

Minuto le dio un puntinazo con la punta del caño en la frente, haciéndole un círculo rojo en la piel blanca.

- Te dije que no te hagás el pelotudo. Las llaves de la caja.
- ¿Me querés decir para qué lo amordazamos? es un bolonqui esto.
- Callate, Peta, no rompas.

El gerente garrapateó: « Escritorio pata derecha delantera ».

- ¿Qué, está oculta dentro de la pata?

El gerente asintió varias veces.

- OK, levantá las manos.


El gerente levantó las manos con el lápiz en la derecha. Minuto alzó la esquina del escritorio y una llave bastante larga se deslizó hacia abajo desde una pata. Se agachó mientras el gerente sudaba a mares cada vez que Minuto centraba su atención en otra cosa distinta del chumbo que le apuntaba.

- ¡¡¡Mmmmmhh!!! ¡¡mmhh!!
- ¿Qué quiere el salame este?
- Cállese De Marco… Tomá Peta, abrí.

La puerta de acero se abrió mostrando dentro otra puerta con combinación.

- Escríbase los numeros.

El gerente escribió unos números vacilantes en el papel.

- Listo, esposalo de nuevo Peta.

Peta lo esposó y leyó los números.

- ¿Esto qué es? ¿un nueve?
- ¿No sabés los números? dame… no… es un tres… ¿no?
- Noooo, es un nuev… ¿o un siete ? ¿Qué número es éste, maestro?
- Mmhhh…
- Puta digo ¿qué número es? ¿y este otro? ¿por qué no escribís bien?
- ¡¡Mmhh mh!!
- Me cago en tu vida… Sacale las esposas, Peta.

Peta retiró las esposas y el gerente escribió los números mejor, pero aún así con una letra parecida a la de un infante esquizo.

- Listo, ¿tenés alguna otra duda?
- Siete derecha… seis… dos derecha… creo que no.
- OK , esposalo de nuevo y dale entonces.

Peta tomó las esposas y dio la llave a Minuto, que la tomó mientras Peta se las colocaba nuevamente al gerente. Minuto sintió un picor urgente en la entrepierna, así que para tener la mano libre se puso la llave entre los dientes.

Enseguida oyó un leve chasquido seguido de un susurro justo sobre su cara. El ojo izquierdo vio repentinamente sin sombra. Minuto dio un grito y se cubrió la cara con la mano.


- ¡Mierda!

Al tomar la llave con los dientes había roto unos puntos de la media, que con la tensión se abrió en el acto como un tajo sobre la mitad izquierda de su cara.

La puta madre… ¡Peta, ayudame, agarrá el chumbo!

Del susto, Peta saltó una cuarta del piso. Pensó que Minuto había recibido una bala, o que le había dado un ataque. Minuto volvió la cara dándole la espalda al gerente.

- Se me rompió la media… ¿me vio?
- Te dije que estaban muy tirantes y que no compres de dos mangos porque se corren de nada. Mi novia…
- ¡¡Callate boludo!! ¿Me vio?
- No… creo que no… ¿Ud. lo vio De Marco? – el gerente sacudía la cabeza como un perro secándose – no te vio Minu, ¿ves?
- Y ahora me querés decir qué carajo hacemos…
- …
- Escuchame, hay que desmayarlo. – dijo Minuto en voz baja – No podemos llevarlo si me juna.
- ¿Cómo?
- Y... buscá algo contundente.

Peta miró a su alrededor y ubicó un cenicero redondo de mármol muy grande, cortesía de alguna empresa competidora que acaso adivinó su uso con anticipación. Sin demasiada sutileza lo tomó a la vista del gerente, se acercó y con un tono casi humilde preguntó:

- Esteeeee, perdone, ¿podría… cerrar los ojos?

El gerente estaba esposado, con un pañuelo usado apelotonado en la boca amordazada con quince vueltas de cinta engomada, frente a un tipo de 1,85 m y 90 kg con un enorme cenicero redondo que tomaba en sus manos como si se hubiera sacado el sombrero para disculparse, pero preparado para volar sobre su cráneo y pidiéndole que cierre los ojitos con cara de circunstancias. Nunca pensó que extrañaría tanto a su mujer.

Peta no sabía bien cómo hacerlo, le daba pena.

- Dale Peta, por Dios, cuanto más rápido mejor para todos.

Peta apuntó.

El gerente cerró los ojos y chilló con la garganta.

El golpe no estuvo mal, pero dio demasiado adelante. Es difícil que desmaye si da demasiado cerca de la frente, y menos con el canto. Lo que sí provocó fue un buen corte y la sangre salió enseguida, muy abundante.

- ¡Dale otra vez, Peta, pero de plano!
- De plano… OK, ahí va. Perdone De Marco, ahora lo desmayo posta. Promesa.

Peta balanceó el cenicero y dio violentamente en un costado de la cabeza pelada. Otro corte, más profundo. La cabeza del gerente parecía una cereza gigante cubierta de caramelo. El gerente, que no paraba de chillar, cayó al piso con silla y todo, y se quedó quieto ahí, ensayando hacerse el desmayado. La sangre, el dolor y el golpe lo aturdían, pero lo aturdía mucho más el terror.

- ¡Listo!
- No, ¿qué listo? Ese está más despierto que yo.
- Noooo Minu, pará, ya fue…
- Peta escuchame – Minuto lo agarró del hombro y apretó fuerte – escuchame Peta, nos la estamos jugando, ¿entendés? A esta altura o vamos al Caribe o vamos en cana, ya no tenemos vuelta atrás.

Convencido, Peta agarró el cenicero de nuevo y se arrodilló en el piso.

- Perdone, entiendamé, jefe...

Peta levantó el cenicero. El gerente chilló de terror todo lo que sus pulmones le permitieron.

El cenicero cayó sobre la nuca. Un ruido raro, como si se clavara un gran cuchillo de golpe en una sandía.

- Listo. Ahora sí – dijo Peta aliviado.

Minuto se acercó receloso, se agachó y examinó al gerente. Lentamente giró la cabeza y miró a su compañero.

- Ahora sí. Ahora sí que es un fiambre, animal.
- ¿Se me fue la mano?
- No, se la partiste solamente en dos partes.
- Uh…
- Peta, me cago. Me recontra cago Peta. Peta, la puta madre, Peta. Peta… la puta… la remil puta madre… Petaaaa… – Minuto apretaba los puños desesperado – ¿Y ahora? Boludo, no tenemos un carajo, ni rescate, ni nada… ¿qué hacemos ahora? ¿ahora qué mierda hacemos? ¿de qué nos disfrazamos?
- Bueno loco... Si le doy despacio porque le doy despacio, si le doy fuerte porque le doy fuerte. ¡Dos son pocas, tres son muchas! ¿porqué no le diste vos?
- Tenés razón, tenía que haber venido solo.
- Cuchame Minu, calma. Nos lo llevamos, nadie sabe que lo boleteamos, podemos pedir rescate igual.
- ¡Van a pedir pruebas de que está vivo, mamerto !
- No problem, mandamos una foto con el tipo sentado y un diario del día, mirá, lo sentamos que quede bien, le abrimos los ojos y sostenemos los párpados con cinta, ¿ves? Yo vi una película…
- Más boludeces no se te ocurren, ¿no?
- ¿Tenés algo mejor?

Minuto resopló.

- Sí. Limpiamos ya mismo la caja y volamos con lo que haya.


Minuto tomó el papel con la combinación y se arrodilló frente a la caja. En pocas maniobras la abrió.

Puerta abierta, Peta y Minuto contemplaron el contenido abriendo la boca.

Una gruesa pila de revistas porno, y no menos de 50 videos formando varias filas.

Alelados, las fueron sacando y revisando: todas las temáticas imaginables, predominantemente gays: tipos con marineritos, policías sado, travestis… pero ni siquiera un miserable cheque a 120 días.

- Boludo… no te puedo créer – Minuto miraba hipnotizado a unos rubios ejecutando una proeza no particularmente difícil – ¿y esto qué es…?
- Tipos cogiendo, ¿no?
- No, Peta, no. Esto es que estamos meados por los dinosaurios. Eso es.
- Y ni siquiera una de minas, por lo menos podrían...
- Levanten las manos. Quietos.

De alguna manera ya se lo esperaban. Cuatro canas en la puerta.

II - Epílogo con Glamour

- ¿A Ud. le parece, doctor?
- Y mire, Galíndez, menos de 20 años… Robo, asesinato premeditado…
- ¡Pero fue un accidente doctor!
- ¿Romperle la cabeza a un tipo esposado con un objeto contundente? ¿Y de tres golpes? ¿Estaba papando moscas con el cenicero?
- Además no robamos nada…
- La caja estaba abierta, Galíndez. Y no robaron nada porque no había nada para robar.
- ¿Cómo nos botonearon?
- ¿Ud. es boludo? Un empleado llamó a la policía porque hacía dos horas que estaban armando un kilombo de aquellos. Y eso que la cana les dio tiempo, tardaron cualquier cantidad.
- ¿Sabe quién batió?
- Mire Galindez, yo más que vengarme pensaría en cómo evitar comerme dos décadas, le cuento.
- Es curiosidad nomás.
- Uno de Administración... un tal Mastrocola, o algo así.
- ¿No se lo dije yo a ese salame? Le dije que era Mastrapasqua…

El boga encendió un cigarrillo. Hubo un silencio. De repente Peta levantó la cabeza con los ojos muy abiertos.

- ¿Sabe qué doctor?
- ¿Qué?
- Fue pasional.
- ¿Lo qué?
- El crimen, Doctor, fue pasional.
- ¿Pasional?
- De amor.
- ¿Ah si? ¿No se quiere contar una de cow boys en el juzgado?
- Doctor, es la única salida. Teníamos sexo. Minu es mi novio y también amante del Licenciado De Marco…
- …
- Estábamos teniendo sexo en la oficina. Onda sado, yo llevé esas esposas con peluche fucsia, las medias… el Licenciado De Marco puso las revistas porno y los videos…
- Ajá…
- La cosa se fue de mambo, me puse celoso, y le di nomás… y bueno: emoción violenta, locura temporal, ¡todo eso que Ud. sabe Doctor! No le pido la libertad, pero son unos años Doctor… ¿No se la zafaron a un quía que mató a dos que le afanaron un pasacasette?


Hubo otro silencio.

- Galindez, ¿sabe qué?
- ¿Qué?

El abogado pitó su cigarrillo fuerte y lo miró entrecerrando los ojos.

- Puede andar. Esta vez puede andar.


Fin

Si el amable lector ha llegado hasta aquí, gracias. Prometo solemnemente no postear jamás escritos que excedan las 500 páginas.


Salud y Revolución.

13.10.05

The Argentine´s Really Big Bolud Blog

Yo sé: lo que viene a continuación es de mal tipo. Pero hay trabajos sucios que alguien tiene que hacer.

Hay blogs que me gustan, incluso aunque no comente sus posts.

Y hay blogs que no me gustan, hay demasiados blogs que me parecen una mierda total y sin atenuantes.

Aún así, no me da para nombrarlos específicamente. No sé, me parece como pelearse al divino botón: si no gusta, let it be y a otra cosa.

Pero en este caso tengo que hacer una excepción. No puedo resistirme.

Al grano, lo que viene a continuación es lo que podríamos denominar el Blog del Boludo Argento en Estado Puro.

Desde ya acepto las críticas: sos un hdp, pobre flaco, perovosquientecresquesos, soberbio, bla blo blu. No puedo evitarlo. Este blog casi casi parece escrito por algún genio con ganas de reírse de la planura (planidad, chatez, planez, llanesitud, aplastadura, planiciez) mental de cierto segmento de nuestra población compuesto por individuos cuya cabeza cumple la función de separar las dos orejas.

Aconsejo leerlo desde el principio hasta el (rápido) final. Es como una pequeña historia que pinta al BAEP (Boludo Argento en Estado Puro) en todos los aspectos de su vida. Hace mil que no lo actualiza y el último post se clava en un final típicamente BAEP. Atenti que no me río de la desgracia ajena, sino de la reacción frente a ésta.

Rayos! Me temo que una vez empezado, no podré parar de hacer cosas como esta.

12.10.05

Dead to the Phukin' Pashasos


Esto ya lo he posteado alguna vez en el blog de Charlotte, pero es demasiado importante como para callarlo por más tiempo:

Odio a los pashasos.

Siempre los odié. De chico no entendía a esos retardados, mis padres compartían mi aversión, así que no me llevaban a verlos, pero siempre algún cumpleaños, algún amiguito con familia mersa... en fin.


No sé quién fue el dolobu que empezo con eso de los pashasos: un maquillaje agresivo, una histeria machacona, gritos destemplados de tarado, vestimenta tan chillona como deprimente, movimientos de espástico, mal gusto, recursos baratos y rancios, nula propuesta intelectual.

El payaso muestra a las claras la visión infravalorada que muchos adultos tienen de los niños. Los chicos son gente realmente seria. No toleran las preguntas del tipo: "¿cuando llueve nos mojamos noooooo?", mucho menos repetida 60 veces en el decurso de media hora.

El pibe se queda perplejo y espantado pensando si las autoridades intervendran, o habra que llamar a alguna fuerza de despliegue rápido.

¿No ven los padres que los nenes se niegan a participar en las propuestas del pelotudo ese? Ni que decir si los hace pasar al frente o algo así: los pibes pálidos, incómodos, murmuran tensos mientras el huevón (y quienes le pagan) estan convencidísimos de que es un personaje tierno, adorable, genial. Nadie tiene el menor interés en los pibes, que en ese momento se mueren por estar en cualquier lado, no sé, con Drácula, o Darth Vader, o Stalin antes que al lado de ese alterado con halitosis.

Los padres no lo quieren ver (porque ya pagaron) y el susodicho tampoco (porque ya cobró). Mientras, los niños se abstienen de hacer lo que bien deberían: pegarle una patada en la entrepierna, escupirle un ojo, huir a las montañas y preparar la victoriosa revolución que entrará en todas las ciudades y tomará - entre otras muy necesarias medidas - la de declarar a los payasos alimento para gatos.