28.2.11

Noam Chomsky - Diez estrategias de manipulación


No mucho que agregar, sólo que el punto 10. es particularmente novedoso e inquietante. Otro punto interesante es el 6. por el que tenemos que agradecer a una inmensa multitud de idiotas que desde hace décadas fomentan el ataque a la razón, el menosprecio de la lógica, el amor por la superstición y el pensamiento mágico; muchas veces desde posiciones teñidas de un "progresismo" que a esta altura da náuseas.

Diez estrategias de manipulación por Noam Chomsky

1. La estrategia de la distracción

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar (ver "Armas silenciosas para guerras tranquilas")

"El terror se basa en la incomunicación y el aislamiento " (Rodolfo Walsh)


2. Crear problemas y después ofrecer soluciones

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: Dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana (Delincuencia), u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de, estrictas, políticas y leyes de seguridad en perjuicio de su propia libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales, privatizaciones y el desmantelamiento de los servicios públicos.


3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos (Como se viene haciendo con ciertas privatizaciones). Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado de bienestar mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si se hubiesen aplicado de una sola vez.


4. La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa, pero necesaria” (Como la actual reforma a la edad de las pensiones del Gobierno y la oposición española), obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “después de esto todo irá a mejor y el sacrificio podrá ser evitado”. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.


5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad o enfermos mentales

La mayoría de la publicidad televisiva dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y una entonación particularmente infantil, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más grande sea el engaño al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos años de edad" (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).


6. Utilizar el aspecto emocional más que reflexivo

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar shock, una suerte de corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. (Ejemplo mostrar una y otra vez a víctimas de un desastre, un atentado o de una crisis económica, para utilizarlas como justificante y así llevar a cabo “Decisiones impopulares, pero necesarias”) Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Nada grande se puede hacer con la tristeza" (Arturo Jauretche)


7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

Hacer que el público sea incapaz de comprender las técnicas que influyen directamente en él y los métodos utilizados para su control y esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible con el acceso a la menor cantidad de información verdadera, de forma que la distancia de la ignorancia que se planea entre las clases inferiores y superiores parezca, sea y permanezca inalcanzable para las inferiores"

“La mayoría de los profesores enseñan hechos, los buenos profesores enseñan ideas y los grandes profesores enseñan cómo pensar” (Jonathan Pool)

"La ignorancia es el peor enemigo de la civilización, y la ignorancia suele ser, en sus efectos, tan malvada como la propia maldad" (Eugenio María de Hostos)


8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad

Promover al público a creer que es “La moda” ser simple, estúpido, vulgar e inculto. Instando a tratar como a “Bicho raro” a quien piensa más de la cuenta. ¿Irónico no?


9. Reforzar la auto-culpabilidad

Hacer creer, al individuo, que él es el único culpable de su propia desgracia, por causa de su poca inteligencia, mínimas capacidades, o de su insuficiente esfuerzo. Así, en lugar de rebelarse en contra del injusto sistema económico en el que vive, el individuo se auto-desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.


10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “Sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder de manipulación y utilización de los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

23.2.11

El mundo árabe


El mundo árabe siempre fue visto como una masa de gente dormida aceptando sin chistar los caprichos de cualquier sátrapa. El mundo árabe también ha servido para contraponer la "democracia" israelí sostenida sobre el trabajo esclavo de los palestinos a las dictaduras medievales de Egipto, Baharein, Arabia Saudita y Libia, barriendo cuidadosamente debajo de la alfombra la evidencia: se trata de regímenes que mantienen una estrecha alianza con EEUU e Israel.

De hecho el gobierno israelí está preocupado, Obama está preocupado, todo occidente está preocupado porque las dictaduras árabes eran muy útiles, entre otras cosas para culpar a los árabes por soportarlas y demostrar que "de otro modo no pueden vivir". Poco importa que Gaddafi sea invitado habitual a las orgías grasientas de Berlusconi, que Arabia Saudita garantice el petróleo a EEUU mientras amputa manos, o que Baharein saque los tanques a la calle. En los periódicos del mundo el concepto de "dictadura árabe teocrática" se asocia mucho menos con Arabia Saudita que con Irán y Venezuela.

El alineamiento con Israel es curioso: se trata de sostener principios nazis con un lenguaje y un tonito progre que le da al sionismo ese particular aspecto esquizoide: torturamos por la paz, masacramos por la libertad, matamos niños y bailamos felices. Y quien se oponga a nuestro particular campo de concentración es... (adivinen qué) antisemita.

Y ahora que los pueblos árabes demuestran señales de hartazgo, los demócratas maravillosos nos vienen con que "los árabes no están preparados" y "la estabilidad en la región" ¿No me creen? Lean por ejemplo desechos como este.

El caso más pintoresco es Gaddafi. Y el más sanguinario. Habituado a las payasadas, con mucha menos pinta de árabe que de tano en un sainete, Gaddafi mantuvo durante mucho tiempo un pulso con los EEUU similar al de todo dictadorzuelo que quiere obtener más, ¡hasta llegó a amenazar con aliarse al Pacto de Varsovia! Pero especialmente luego de ver el destino de Saddam Hussein (otro que quiso hacerse el vivo) el libio se dedicó a colaborar con los EEUU hasta en la limpieza de los baños de la Casa Blanca, asistir a guateques en Italia y demostrar al mundo que el fin y al cabo él no está mucho más loco que el resto de los líderes de Occidente. Negocios son negocios.

Pero la pérdida más grave es Mubarak. Los egipcios no dejan de recordarlo como un títere de Israel y no están dispuestos a tolerar otro. Israel sostuvo al sátrapa todo lo que pudo porque al perecer quiere seguir siendo "la única democracia de Oriente Medio".

Caretas sostenidas con telarañas, ahora lo que más preocupa es la "estabilidad". Occidente apuesta por la falta de objetivo político de las masas árabes para establecer "transiciones" que dejen todo como está. Y es posible que por un tiempo se pueda entretener a los trabajadores árabes con condiciones apenas menos cercanas a la esclavitud mientras éstos no se den a sí mismos una dirección política revolucionaria.

Pero el tablero ya ha volado por los aires, a ver cómo reacomodan las piezas y cuánto tiempo tienen para hacerlo. El mundo árabe no es Sudamérica, el espacio para salidas populistas es mucho menor que en tiempos de Nasser. Los reclamos de la gente son sencillos: queremos vivir.

Se vienen -nos guste o no- tiempos interesantes ¿Alguien tiene el teléfono de Francis Fukuyama?

4.2.11

Inquietud


Hace bastante que no escucho ni leo nada acerca de la clausura de los grandes relatos, el fin de las ideologías, las micropolíticas del deseo, ni siquiera del rizoma que me parecía tan simpático. Hace mucho que casi ningún blog se dedica a glorificar el fragmento o a meter la palabra "clivaje" para referirse a la rotura de la bragueta. Van raleando las críticas al Iluminismo y ya casi no escucho a nadie blasonar su ausencia de certezas ni abusar de la contrahecha palabrita "indecidible". Parece que tener que servirse de la razón para sobrevivir hizo reflexionar a quienes la declaraban prescindible; quizás por eso tampoco encuentro ya esas ambiguamente irónicas reivindicaciones de lo bobo, lo tonto, la divina y crasa taradez.

No menciono el "fin de la historia" porque me fue imposible vender el libro de Fukuyama a algún puestero de Parque Centenario ("¡Uy negro, pero eso es un remache!"). Es verdad: new age sigue habiendo, como habrá siempre tarotistas y ladroncitos de toda clase, pero el núcleo duro de la posmodernidad más rabiosa parece ni haberse dado cuenta de su disolución.

¿Qué pasa con Lyotard? ¿Hay vida después de Deleuze-Guattari? ¿Julia Kristeva ya llenó sus bolsillos? ¿Cómo es que no profundizamos en Luce Irigaray y sus ecuaciones sexuadas?

Che, en serio ¿dónde están?

No sé si esta inquietud se debe a la pérdida de adversario, o más bien al vertiginoso ejercicio de imaginar qué otras terroríficas pelotudeces se estarán cocinando en este mismo momento...