29.1.07

Peronismática Eclesialista

Empecemos con una buena noticia: sabemos que en Argentina, cantemos loas al Señor, los sindicatos están bien lejos de la insidiosa infiltración marxista.

Mientras en otros países nunca falta en los gremios el comunista gritón que vocifera sloganes destructivos e insensateces acerca de la lucha de clases y denunciando vaya a saberse qué inexistente explotación, en los sindicatos argentinos se han impuesto líderes colaborativos, razonables y negociadores hasta el anonadamiento.

Y en esto, amigos, mucho hay que agradecer a la impar ideología peronal con su ínclito tercerposicionismo que ha descubierto el justo medio entre el capitalismo y el asado de tira.

Esta perontogenia de nuestros sindicatos los ha vuelto asimismo profundamente cristianos, católicos, creyentes, fervorosos, religiosos, rezadores. Un poco más y diríamos místicos.

Invito al amable lector a saborear un ejemplo: coherente con la inquebrantable defensa de los intereses de los trabajadores, y decidido a hacer todo lo que esté a su alcance para defender el derecho de los obreros, el Sindicato de Empleados de Comercio ha plasmado en el siguiente volante un mensaje a los trabajadores proponiendo esta audaz acción, muestra de dignidad combativa aliada al más sólido sentido común:


Como se ve, el sr. Cavalieri, dueño... perdón: dirigente del SEC no escatima recursos cuando se trata de la lucha por los inalienables derechos del trabajador. Nada de medias tintas: defensa pura y dura de los laburantes, acciones concretas y medidas que sin duda llevarán a los empleados de comercio a unas mejoras en su nivel de vida que reíte del Primer Mundo.

Invitar a los trabajadores a pedir por sus derechos en la iglesia es una medida que uno no sabe bien cómo tomar: si como último recurso de la desesperación, si como ironía feroz... o como lo que es, una real invitación a que los laburantes pidan por lo suyo ¿en la Plaza de Mayo? ¿frente a las oficinas del patrón? No señor, esos no son los lugares adecuados, cabeza hueca. El lugar adecuado, idóneo y lógico es, claro está, la iglesia.

¿Para qué huelgas, marchas, organización, conflictos y esas cosas desagradables? ¿Acaso alguien duda de la eficaz intervención divina? ¿A quién se le puede ocurrir la estupidez de plantear medidas de fuerza cuando basta con una misa para que los salarios se disparen al cielo? Sólo a los rojos resentidos de siempre, claro, que nos dirán que a la iglesia se va a llorar.

Ahora bien, las buenas acciones generan buenos frutos. Veamos entonces los logros del sr. Cavalieri al frente del sindicato mercantil en su larga (muy larga, más de treinta inconcebibles años) y feliz gestión. El lector (y sobre todo el empleado de comercio) sabrá si agradecer al sr. Cavalieri, a San Ignacio de Loyola, a Dios Nuestro Señor o a todos juntos de manera separada, sucesiva o aún simultánea.

En primer lugar, los salarios. Veamos que el salario de convenio mercantil (por lo demás, uno de los más favorecidos comparativamente hablando) debe andar por los 900 mangos. Con premios y demás agregados extorsivos que se le ocurran al patrón se podría ir a unos... ¿1.300? ¿1.500? Calculo con pocos datos, cualquiera puede corregirme, es que me marean estos montos exhorbitantes. Esto por 45 horas de trabajo semanal, también estipuladas por el convenio.

Esto, claro, cuando el convenio se respeta.

Ah... perdón: es que no siempre se respeta.

Y no, no siempre. ¿Ud. que quiere, insaciable? Un repositor de un hipermercado, esos que hacen ganancias varias veces millonarias (aclaración: el hipermercado, no el repositor), cualquiera sabe que el pibe (y no tan pibe) labura mucho más por mucho menos.

Veamos un análisis que he leído
por ahí:

Actualmente, la mayoría de los empleados de comercio como tantos otros asalariados, salvo honrosas excepciones, trabajan sábados y domingos, seis días por semana con un solo franco, pese a que su convenio establece 45 horas de trabajo semanal con medio sábado libre y domingo en familia… A los integrantes de la familia mercantil no les son abonadas las horas extras, no se les reconoce el descanso a mitad de la jornada y son explotados con "legitimidad" en shoppings e hipermercados en los cuales llegan a trabajar hasta bien entrada la madrugada y más de 12 horas diarias.

Más del 50% de los empleados de comercio "legales" tienen blanqueada la mitad de un sueldo de convenio, es decir, una jornada reducida aunque trabajen ocho o más horas diarias, mentira legitimada por la patronal con conocimiento y complicidad de la burocracia sindical para realizar menos aportes patronales y abonar menores indemnizaciones a la hora de los despidos. Más del 50% de los empleados de pequeños comercios trabajan en negro y perciben aún menores sueldos que los establecidos por la miserable escala salarial de convenio.


Evidentemente, el caro lector lo ha adivinado: ridícula propaganda marxista que quiere hacer flaquear la fe de los trabajadores. Resentidos que no conocen la feliz realidad que Cavalieri y San Ignacio mediante abruma de holgura a los obreros argentinos.

Porque no cabe duda de que los trabajadores son plenamente felices con la dirección de su sindicato, que en los sindicatos la democracia obrera es una realidad cotidiana, que cada trabajador es escuchado, que sus planteos son considerados con suma atención y que el menor problema que surja será solucionado de manera veloz y expeditiva por Madonna Quiroz o algún otro intelectual orgánico.

Así que a rezar. A rezar mucho. Ese es el camino para los trabajadores argentinos. El que no lo entienda podrá votar a otra lista.

Si la encuentra.

24.1.07

Introducción al esperanto.

Bueno, hoy vamos a atacar con un plato distinto. A ver cómo me sale.

El origen y los antecedentes.

Allá por los años 1860 y pico un judío polaco, el doctor Ludwig Zamenhof, tipo muy pobre, más bien ingenuo e idealista pero de una tenacidad e intelecto notables comenzó la tarea de crear lo que hoy se conoce como esperanto.

No vamos a contar la historia de Zamenhof precisamente porque es muy interesante y merece un post aparte.

El esperanto es un lenguaje que fue inventado para ser una lengua universal. Su nombre lleva implícito el ideal de Zamenhof: esperanto significa "esperanzado" (precisamente en esperanto) pseudónimo adoptado por Zamenhof, dado que suponía que la creación de un lenguaje internacional con pocas reglas sencillas e invariables y gran acople de significados a casi todas las lenguas importantes del mundo serviría para anular la incomprensión humana, acallar el estruendo de las guerras y lograr la hermandad universal. Una bienintencionada confusión de causa con consecuencia, probada por el hecho de que el esperanto, a pesar de sus ventajas, ha tenido muy poca difusión, aunque Internet lo ha revitalizado bastante.

Ha habido intentos previos: el Volapük del holandés Johann Martin Schleyer, o las Interlinguas (la de Peano y la moderna). Borges nos habla también del lenguaje analítico de John Wilkins (escrito que recomiendo), pero creo que ninguno llega a la elegancia, economía y sencillez del esperanto.

Así que vayamos al esperanto. Como se dijo se trata de un lenguaje con pocas (16) reglas fijas e invariables, 100% fonético y especialmente accesible a los hablantes de lenguas romances. Pero lo más interesante que tiene es la elegancia y economía de recursos para crear significados con muy poco esfuerzo.

Conjugando al toque.

Por ejemplo, tomemos los verbos y conjuguemos en presente del indicativo el verbo esti = ser o estar.

Mi estas
Ci estas
Li estas

Ni estas
Vi estas
Ili estas


No hay conjugaciones, verbos irregulares ni defectivos. Las personas son invariables y para crear el pasado y el futuro la regla es sencilla: muta la vocal de la terminación:

"a" para el presente (estas).
"i" para el pasado (estis).
"o" para el futuro (estos).

Con esto ya podemos conjugar de memoria tres tiempos del verbo esti y de cualquier verbo que se nos proponga (kanti = cantar, legi = leer, etc.); todo esto ya al primer contacto con el idioma.

Participe del participio.

Pero las lindezas cancheras del invento son otras. Veamos lo que pasa con el participio en cualquier lengua. Hasta donde conozco, en todas las lenguas importantes (inglés, francés, español, italiano, rumano, alemán, ruso) el participio es siempre pasado, estamos acostumbrados a eso. Observemos como se dice "casa construida" en esperanto:

Domo konstruita.

Hasta aquí nada del otro mundo. Pero por la misma sencilla regla de vocales enunciada más arriba es posible crear los participios:

Domo konstruata = (participio presente) "casa que se está construyendo".
Domo konstruota = (participio futuro) "casa por construirse" o "a construir".

Y saltan a la vista los penosos esfuerzos e ineptas piruetas que tienen que hacer el castellano y otros idiomas para lograr un resultado muy impreciso allí donde el esperanto gasta dos palabras en expresar lo mismo con toda claridad: si hay participios pasados, ¿por qué no presentes y futuros?

Así ya a esta altura es facilísimo hacer frases como:

La domo estas konstruata = La casa está siendo construida.
La domo estos konstruita = La casa estará construída.
La domo estis konstruota = La casa estaba por construirse.
La domo estos konstruota = La casa estará por construírse.

Y así.

Fíjese en los sufijos.

Sigamos: Vimos algunos ejemplos de verbos, y la regla invariable es que toda palabra terminada en "i" es un verbo en infinitivo. De la misma forma:

Toda palabra terminada en "o" es un sustantivo.
Toda palabra terminada en "a" es un adjetivo.
Toda palabra terminada en "e" es un adverbio.

Juno = (sustantivo) juventud.
Juna = (adjetivo) joven.
June = (adverbio) juvenilmente.

Maljuno = (sustantivo) vejez.
Maljuna = (adjetivo) viejo.
Maljune = (adverbio) viejamente, de manera vieja.

Ebrio = (sustantivo) ebriedad.
Ebria = (adjetivo) borracho.
Ebrie = (adverbio) ebriamente, borrachamente.

Obsérvese la confusa variablidad del castellano para transformar adjetivos en sustantivos (terminaciones "ud", "ez", "ad") mientras que en esperanto cualquier adjetivo es fácilmente "sustantivable" y aún "adverbiable" sin esfuerzo.

El esperanto cuenta con un sistema de prefijos y sufijos que permite hacer cosas muy interesantes. Veamos algunos:

ul = Sufijo que designa a un individuo poseedor de una característica, así como en español los adjetivos pueden usarse también como sustantivos. El esperanto hace una diferenciación clara:

Nigra = (adjetivo) negro.
Nigrulo = (sustantivo) un negro.
Ruga = (adjetivo) rojo.
Rugulo = (sustantivo) un rojo (podría ser un comunista, uno de independiente, etc.)

E igualmente:

Ebriulo = (sustantivo) un borracho.
Junulo = (sustantivo) un joven.
Maljunulo = (sustantivo) un viejo.

Veamos otros sufijos:

st = Sufijo que designa a quien ejerce la acción, por profesión u oficio.
em = Sufijo que indica amor o afición por algo.

Así que:

Laboro = (sustantivo) trabajo.
Laboristo = (sustantivo) trabajador.
Labora = (adjetivo) trabajoso, laborioso.
Laborema = (adjetivo) laborioso, que ama el trabajo.

Por ejemplo: en español el concepto "joven trabajador" es ambiguo. Como no sabemos el papel de cada término (adjetivo o sustantivo) no sabemos si se trata de un joven que ama el trabajo, o simplemente un trabajador joven. En esperanto en cambio:

Juna laboristo = trabajador joven.
Laborema junulo = joven laborioso.

Otro sufijo interesante es = Sufijo despectivo ("ĉ" se pronuncia como "ch" en castellano)

Ĉevalo = (sustantivo) caballo.
Ĉevalaĉo = (sustantivo) caballo malo, matungo.

Ebria = (adjetivo) borracho.
Ebriaĉa = (adjetivo) en pedo mal.
Ebriulaĉo = (sustantivo) Un borracho mal, un borracho del orto.

Junulaĉo = (sustantivo) pendejo.
Junaĉe = (adverbio) pendejamente.

El esperanto es un lenguaje de reglas más que de términos, y esto es precisamente lo que permite deducir y aún crear estos últimos con enorme libertad. Un buen ejemplo se encuentra en la frase:

La ebriulo aĉe insultis. = El borracho insultó groseramente.

El término aĉe es en realidad la mera combinación de dos sufijos: "aĉ" (sufijo despectivo) y "e" (adverbio) que dan la idea de despectivamente, malamente.

Así también, usando el sufijo em que indica afición podemos decir:

eme = (adverbio) aficionadamente, con apego.
ema = (adjetivo) apegado, aficionado.
emulo = (sustantivo) un aficionado.

Lo notable es que estas palabras son deducibles sin necesidad de haberlas aprendido, la mayoría de ellas yo las "inventé" sin haberlas leído en ningún sitio.

Engendrando criaturas verbales. Mójele la oreja a Lacan.

Los lenguajes naturales se han desarrollado en el reino de la necesidad y sobre la marcha. El hombre primero empezó a nombrar las cosas y luego extrajo los conceptos comunes generales que le permitieron sistematizar el lenguaje. Por eso la estructura lógica de las lenguas modernas es el resultado de la lucha entre la sistematización y la costumbre.

Pero el esperanto está desde el principio orientado a conceptos de orden general, así que todos sus términos responden a las reglas establecidas. Esto permite la creación de algunos monstruos verbales perfectamente lógicos desde el punto de vista conceptual que en otros lenguajes no se pueden sintetizar en términos que no queden artificiosos.

Por ejemplo:

Konstruito: (sustantivo) si tomamos el participio pasado konstruita (construido) pero lo terminamos en "o" se convierte en sustantivo. He aquí el posmodernísimo vocablo "constructo" (que en español, además de no existir, suena a "eructo"). La realidad es un constructo creado por el discurso, licenciado Bernardez.

Pero el esperanto, si quisiéramos realmente sobrepasar a todo el posmodernaje en el fetichismo de la palabra, nos brinda recursos de elegante economía que nos permiten lindezas como estas:

Konstruato: (sustantivo) Lo que está siendo construido. Más de un Lacan de Villa Luro ha forzado al castellano a parir un contrahecho equivalente: "construendo".

Konstruoto: (sustantivo) Lo que está por construirse, "lo a construir". Orgasmo de Derrida.

Y podemos desvariar con el participio que se nos ocurra:

Lerni = (verbo) aprender.
Lernita = (participio pasado) aprendido.
Lernito = (sustantivo) lo que se aprendió.
Lernato = (sustantivo) lo que se está aprendiendo.
Lernoto = (sustantivo) lo que se aprenderá.

Los esperantistas suelen teñir el uso de esta lengua con algunas alusiones ingenuotas al porvenir de la humanidad, y algunas huevadas políticamente correctas de poco o ningún valor. Pero el aspecto puramente lingüístico del esperanto es más que interesante.

El único defecto que le encuentro es que no es nada eufónico, su elegancia técnica contrasta con un sonido que parece una mezcla cocoliche de tano alcoholizado y turco.

Bien, vistos los resultados del post anterior creo que con éste llegaremos al tema que me interesa realmente que, como habrán adivinado, es el peso político de la patota sindical peronista.

Buenas tardes.

15.1.07

Lógica aristotélico - peronista

Argentina. Se extrañaban estas muestras de la audacia intelectual nacional. No es raro que todavía aquí se considere a la realidad una construcción del discurso.

Es que señores, el discurso argento es tan poderoso, tan denso que su peso específico es capaz de demoler lo que nos rodea y reconstruirlo mágicamente dejando en la inopia, la patidifusión y el desconcierto al materialista más recio:

- Disparé porque no quería matar a nadie.

Y yo como un boludo perdiendo el tiempo con la dialéctica.

Permiso, me voy a tomar una absenta, a ver si me despierto.

5.1.07

Los maricones

Los maricones andan sueltos. Ser maricón y actuar como un maricón no representa ningún riesgo hoy día, se puede ser maricón impunemente.

Por supuesto no me refiero a los homosexuales. Se puede ser homosexual y ser valiente. Y se puede ser hetero y un marica de cuidado.

Los maricones nunca van de frente, nunca atacan si no están seguros de ganar, y cuando lo hacen tienen que causar el mayor daño posible ya que temen las reacciones. El maricón tiene miedo y es su propia cobardía la que lo hace temible. Un cobarde es infinitamente más peligroso que una persona de coraje.

El plural está justificado ya que siempre actúan en grupo. Y por su propia naturaleza es lógico que siempre elijan el bando del más fuerte. Los maricones son ideales para defender al poder.

En los ’70 se llamaban a sí mismos "patota", y a confesión de partes las pruebas sobran. Los maricones se ensañan con el enemigo vencido por la sencilla razón de que ninguna victoria les puede dar el valor que no tienen.

Ideología política no poseen ninguna en el sentido estricto. Toman prestada la de sus empleadores y le agregan obsesivas alusiones al honor, a la lealtad y a la rectitud. La razón es que carecen por completo de nada que se les parezca. Tienen por el contrario mucha semejanza con las mafias, y suelen estar conectados con ellas, con la diferencia de que un mafioso tiene al menos la dignidad de asumirse como tal: una forma de hacer negocios. Los maricones en cambio son incapaces de ser delincuentes hechos y derechos con los riesgos que eso conlleva, ellos necesitan siempre la protección del poder.

Los maricones no hacen la guerra. Secuestran, torturan, desaparecen. Ni siquiera se puede decir que realmente maten ya que quien mata pone la firma. El maricón prefiere no dar la cara. El concepto Noche y Niebla, inventado por los nazis, es una obra maestra de la mariconada profunda.

Les encantaría ser guerreros pero el culo se les disuelve si tienen que enfrentar a un enemigo mano a mano. Atacar de frente no saben ni se les ocurre, por eso para ser un maricón de fuste es necesario carecer por completo del sentido de la vergüenza ¿Cuál tener si se ha elegido defender los intereses de otros? Es por eso que la patria tampoco se les cae de la boca. Para ellos la patria no son los argentinos sino quien paga, y cuando hubo que enfrentar al enemigo inglés ya sabemos lo que ocurrió. Los ejemplos sobran y fatigan.

El maricón es experto en amenazar. La amenaza es su herramienta. Prefiere neutralizar al enemigo amenazándolo que actuando ya que el maricón es un obseso del mínimo riesgo. Como vive cagado de terror necesita sembrarlo. Y es bueno en eso: ataca a los hijos, a los familiares, a los seres queridos.

El maricon habita la oscuridad, el lumpenaje, el delito. Huele mal.

A los maricones se los derrota no cediendo. Obligándolos a salir del agujero. Es difícil. Desgraciadamente las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia y las fuerzas armadas están repletas de maricones, en esa zona infecta que mezcla las instituciones y el delito. Pero hay que saber que combatir es precisamente lo que no saben hacer ni harán nunca a menos que estén muy pero muy seguros de ganar. A la mínima alarma que les haga sospechar una reacción popular, a la menor señal de que el caldo se pone espeso y la gente se hinchó las pelotas largan todo y corren.

Tuvimos una muestra recientemente de cómo corrieron, precisamente la doble muestra de su debilidad y su peligrosidad. Ahora es precisamente cuando hay que ir a buscarlos a donde estén; y si la policía no puede, entonces habrá que ayudarla: hay vecinos, hay laburantes, hay militantes, hay ojos y oídos y manos en el pueblo.

No hay nada que celebrar hasta que no se los identifique y se los castigue. Porque es precisamente la debilidad, la confusión y la indiferencia lo que hará que vuelvan.