23.7.07

Chau, Negro


Se fue el Negro Fontanarrosa.

No es que uno tenga quejas acerca del particular, ya sabemos como funciona esto: uno pasa y se va. Eso podemos - aunque yo firmo bajo protesta - aceptarlo. Lo que sí molesta es que la existencia agregue esos chistes estúpidos, como el hecho de que una enfermedad se lo tenga que llevar a los 62 años y obstaculizándole la movilidad de las manos, precisamente, lo que llegado cierto punto no lo dejó ya dibujar.

Pero el Negro era de esos que doblan la apuesta y enfrentan el dolor con ingenio. Asistió a cuanta conferencia o charla lo invitaran, y cuando no pudo dibujar más empezó a recurrir a dibujantes amigos a quienes les dictaba ideas para reproducir, corrigiendo las obras hasta lograr lo que quería.

Fontanarrosa era de esos a quien uno le gusta llamar "de los nuestros"... aunque en realidad es uno el que se pregunta si merecería jugar en su equipo. Era de los buenos tipos, de los inteligentes y lúcidos. De esos que en su obra pueden ser sarcásticos sin ser destructivos y afectuosos sin ser complacientes. La clave del humor y de la inteligencia quizás sea esa: la del equilibrio entre la esperanza y el sentido crítico.

Con Boogie como con Inodoro el Negro representó a dos personajes que a mí me parecen contracaras. Ambos son caricaturas que se tutean con el surrealismo, pero mientras Boogie es un lumpen de mierda al servicio de quien pague (o sea: esos que "cuidan nuestra seguridad"), Inodoro es lo mejor del ingenio criollo. Sin embargo necesitamos a los dos personajes; Boogie no deja de tener muchas reflexiones de un cinismo lúcido que - vistas desde la vereda opuesta - nos enseñan mucho, porque el Negro no podía dejar de prestarle a semejante escoria algo de su inteligencia.

No sé si era comunista ni tiene demasiada importancia, pero en su humor y en su mirada sobre la sociedad y el mundo no puedo dejar de entrever algunos rasgos "de izquierda" que sin ser panfletarios indudablemente van más allá de la progresía bobalicona.

Con decirles que hasta podía transmitir y hacer simpática su pasión por el insufrible Rosario Central a un bostero intransigente como yo.

Nada. Se fue el Negro. Los buenos se van igual que los malos. Quizás un día podamos arreglar ese defecto que hace del Universo un sitio poco serio.

Buenas tardes.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El consuelo es tonto, pero los malos no se van igual que los buenos.

Me di cuenta el otro día que uno de mis perros levantado de la calle es igual que el Mendieta. Tonto consuelo de filósofo barato de banquito en la puerta de casa. Pero es igual

Me acordé de obras como las parodias de cuentos y narraciones clasicas

De las ratas vitoreando al flautista de Hamelin como en un recital surrealista, gritándole cosas como "¡tocate una triste, loco!, ¡una de Thelonius Monk!"

O los rugbiers chilenos encontrando un arriero y comiendoselo en el cuadrito siguiente "¡el de la semana pasada, estaba mejor!"

O explicando que para haber sido futbolista profesional tenía dos problemas : la pierna derecha y la izquierda...

Escuché que ideo Boogie basándose en Harry el sucio, y que le llamó la atención que la estrella de la película era el magnum 44 de Clint Eastwood...

En fin. Parece que nada de lo que le pasaba por al lado dejaba de ser observado.

Severian dijo...

-¿Como anda Mendieta?
-Mal, pero acostumbrado...

María Petraccaro dijo...

Excelente homenaje, Jack!

Desde que me mudé a Rosario, aprendí que en esta ciudad hay personajes y particularidades irrepetibles.

Al Negro, que ya lo conocía de antes, por supuesto, lo empecé a querer aún más desde que estoy acá. Una camina por estas calles y se cruza con el Negro en sus dibujos, en muestras callejeras, en los bares donde se habla de él; también con el otro Negro, el Olmedo, en los boliches que llevan su nombre; pasás por la esquina de la casa natal del Che (el mayor robo de las historias de personajes rosarinos) y algo de cosita te da...

Yo, que desistí de interés por el fútbol "grande", no puedo evitar sentir un cierto cariño o simpatía por Central. ¿Serán los cuentos? ¿Las personalidades que también lo quieren? No sé, pero así son las cosas.

¿Y sabés qué? Creo que todo este amor que ya siento por Rosario se lo debo, en buena medida, al Negro Fontanarrosa. Antes de venirme a vivir acá, nunca había visitado esta ciudad, pero juro que la conocía muchísimo, sólo por sus cuentos.

Y bueno, todo esto sólo para decir, yo también, que me dolió enormemente esta muerte.

Sin embargo, hay dos cosas que me comentaron en estos días que me parece que vale la pena destacar.

Primero, es muy impresionante cómo las loas a Fontanarrosa no generan ningún pero. Los ídolos populares argentinos suelen tener puntos a favor y en contra, generadores de grandes debates (pensemos en Maradona, Charly, e incluso Borges). Nada de esto sucede con el Negro, que parece tener un gran consenso sobre su persona.

Por otro lado, muchos dijeron estos días, para animarse, que seguramente el Negro estaría ahora cagándose de risa junto a, entre otros, el gordo Soriano y Adolfo Castelo. Ojalá sea así.

Salute!

Marina dijo...

Un grande, de verdad. En la net hay muchos textos suyos pero de los últimos que leí, éste me pareció genial.


http://inmaculadadecepcion.blogspot.com/2004/11/roberto-fontanarrosa-puto-el-que-lee.html

(creo que no sale como link para clickear de una, no sé por qué...copiar y pegar, o webmaster que corrija ;-). Saludos

Anónimo dijo...

Unaqueandaporahi, es cierto lo de los peros. Quien sabe porqué

Salvando las distancias me parece que con el negro Olmedo y con Bonavena pasó lo mismo. Debe ser que la sensación de "buen tipo" es tan fuerte que inhibe a los opínólogos

Jack Celliers dijo...

Ah bueno, pero si es por eso a no preocuparse. Ya saldrá el original que le encuentre alguna cosa...