En una pared alguien escribió:
Hitler no murió, está mutando.
Imposible saber si con alarma o alegría.
Suponer que Hitler muta, que ya no tiene rostro; que hoy no hacen falta los gestos convulsivos del encarnizado pequeño burgués. Como alguna vez señaló Cioran, toda esa palabrería sobre la superioridad de la raza era un lastre inútil, un síntoma de desesperación.
Hoy la producción en masa de muerte es indolora, ajena a los grandes discursos, simplemente lamentable, pero inevitable. Cara de circunstancias.
Con la ironía del aerosol y ese gusto porteño por desarreglar, por buscar variantes, alguien cambió unas letras, agregó otras y dejó:
Hitler no murió, se está mudando.
Quizás esté haciendo las dos cosas. Por las dudas yo vigilaría el barrio.
19.2.06
Apuntes sobre Buenos Aires I
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3 comentarios:
Encuentro cualquiera de los dos grafitis ciertos en lo que aseguran. Muta y se muda, es como un fantasma que toma personas y luego grupos sociales.
si, es verdad, sigue por ahí, rondando, junto con la parka, el miedo, y esa pabada latinoamericana de ocultar el pasado que todos quieren ver...
me embola todo lo que lo nombre, películas, libros, bla bla, creo que al final todos lo admiramos, y no me parece.
Ya se hizo la valija para francia, me parece.
(Viene de EEUU, también me parece, o por ahí nacieron gemelos, ¿vió?)
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