4.6.07

Divagues sobre el arte, la propiedad y todo eso


La cosa empezó en este post de Hargentina, el blog de Tino Hargen, a propósito de unas declaraciones de Josefina Ludmer respecto de la cultura y el plagio.

Es innecesario decir que los debates del medio cultural argentino suelen tener la profundidad de un charco, no voy a aburrir a nadie con eso. Lo que me pareció interesante es el intercambio posterior.

I - El asunto

Las declaraciones de Ludmer hablan del plagio como de algo maravilloso, como un arma contra la privatización del arte:

"No comparto la idea o el mito del autor como creador y la ficción legal de un propietario de ideas y/o palabras. Creo, por el contrario, que son las corporaciones y los medios los que se benefician con estas ideas y principios. El mito del plagio ('el mal' o 'el delito' en el mundo literario) puede ser invertido: los sospechosos son precisamente los que apoyan la privatización del lenguaje. Las prácticas artísticas son sociales y las ideas no son originales sino virales: se unen con otras, cambian de forma y migran a otros territorios. La propiedad intelectual nos sustrae la memoria y somete la imaginación a la ley"

Como dice
Tino, esto tiene mucho de discursito progre de café, ese que frente al robo tiene una actitud de tolerancia o incluso apoyo vocinglero argumentando que se trata de una forma de resistencia a la sociedad capitalista.

Lo que olvidan los libertarios de utilería es el hecho de que el capitalismo se apalanca en el robo como piedra basal. Su reproducción a pequeña escala no hace más que confirmar su esencia. Es cierto que la opinión pública hace foco en el robo pequeño y no en el grande, pero justificar el robo per se es simplemente justificar en última instancia la ley del más fuerte.

Ahora, esto es verdad en tanto el objeto robado sea un bien, la pregunta es si el arte es un bien o no. O en todo caso si es un bien como cualquier otro.

II - Divagues sobre lo que el arte es

En la sociedad capitalista el arte es tratado exactamente como una mercancía. Con un nivel de subjetividad mucho más alto que el que se necesita para una aspiradora, pero mercancía al fin.

Aún así uno se atreve a decir que hacer dinero no es un hecho consustancial al arte, que el arte es expresión, y que el hecho de ganar dinero con él ya es algo que tiene que ver estrictamente con el capitalismo y no con la sensiblidad artística.

Entonces el artista se ve obligado a lidiar con dos impulsos que no tiran necesariamente para el mismo lado, el de expresarse y el de ganar dinero.

En este contexto el plagio es sin duda un robo, decirle a un artista que necesita ganarse el mango: "¡Si lo plagiaron jódase, cerdo burgués!" está fuera de lugar ya que el artista no tiene la culpa de vivir en la sociedad en la que vive. Pero lo que no hay que perder de vista es que se trata de un robo en tanto el arte es tratado como mercancía, y el arte no debería ser una mercancía.

Determinar la propiedad de una obra es una tarea más administrativa que artística. La grandeza de la obra de Oscar Wilde reside en la obra, no en que perteneciera a un señor irlandés cuyo documento rezaba "Oscar Wilde" ¿Esto significa que daría lo mismo el hecho de firmar una obra de Oscar Wilde con el nombre Jack Celliers? En nuestra sociedad no. No sólo el valor económico de una obra está en juego, también el prestigio y el renombre, la fama y otros aspectos, que igual a mí me siguen pareciendo poco relacionados con el arte en sí mismo.

Si acaso es relevante desde el punto de vista artístico conocer que El Retrato de Dorian Gray y Salomé brotaron de la misma pluma y forman parte de un todo.

Ludmer continúa con esto:

"Precisamente uno de los objetivos del plagio es restaurar la dinámica y fluidez del significado, apropiando y recombinando fragmentos de cultura. El significado de un texto deriva de sus relaciones con otros textos".

Esto vale tanto como decir que el objetivo del robo es restaurar la dinámica y fluidez de la circulación de bienes. Me encantaría ver la reacción de Ludmer si un chorro ingenioso le espetara este discursito mientras le afana el sueldo del bolsillo.

Pero Ludmer no se rinde:

"Creo que toda condena de plagio (toda condena de un escritor como 'delincuente' literario) es un acto reaccionario. Y si pienso en una política propia de los que escribimos, la consigna central sería que todo libro editado, como los periódicos, sea digitalizado y puesto en Internet cuando aparece, para que pueda ser leído y usado por cualquiera que pueda acceder libremente."

Como señala
Tino, lo que esta afirmación olvida es que quien plagia tiene el mismo objetivo original que el artista en la sociedad capitalista: ganar dinero con el fruto de su robo, con lo cual no agrega absolutamente nada de bueno.

¿Pero acaso el arte no debería circular libre de restricciones comerciales? Yo creo que sí, pero la libre circulación del arte, aunque objetivo loable en sí mismo no tiene nada que ver con el plagio. El plagio precisamente lo que hace es considerar esencialmente la propiedad del arte por sobre cualquier otra cosa.

III - Divagues sobre lo que el arte debería ser

Bah, lo que me parece a mí que debería ser.

Lo que cualquier robo pone al descubierto es el problema de la propiedad. Nuestra sociedad se basa en la propiedad privada y su representación simbólica: el dinero.

Si puedo tirar un panfleto al aire, León Trotsky hablaba de una sociedad de transición en la que "el dinero deje de elevar al cielo o hundir en el infierno", y que recupere su función de simple medio facilitador del intercambio. La frase me parece resumir de manera exacta lo que persigue una sociedad socialista: que lo material deje de ser un obstáculo, un objeto de nuestra libido y una deidad cotidiana que oscila entre la condena al infierno de la miseria y el premio de la riqueza sin límites.

En el caso del arte es muy evidente: determinar si una obra es plagio de otra, copia servil, homenaje, recreación, etc. es imposible por medios técnicos. El intento de introducir estos parámetros técnicos para establecer las similitudes (cantidad de compases iguales en una canción, formas y colores en un cuadro, etc.) es muy penoso y está más dirigido a establecer una propiedad - esto es: a satisfacer los requisitos del tratamiento mercantil del arte - que a determinar cuestiones artísticas.

En una sociedad en la que el artista no dependiera de su arte para generar ingresos el plagio no tendría sentido. Determinar si una obra es copia de otra o no sería una simple cuestión del gusto público, que podría dictaminar si la nueva obra agrega valor artístico o no respecto del original. En mi debate con Tino puse como ejemplo Pierre Ménard, autor del Quijote, de Borges como muestra de que se puede copiar punto por punto una obra y sin embargo crear otra, con lo que determinar el valor de esta última obra no es posible más que por el gusto artístico y no por meras comparaciones técnicas, porque la obra es mucho más que la obra: es ella y el contexto, que está formado entre otras cosas por su relación con otras obras.

Tino replica que eso no resuelve el problema de la identidad del autor, que una cosa es copiar en el propio nombre y otra adjudicarse la obra de otro. Yo creo que es verdad, pero también creo que en una sociedad en la que el artista no dependiera del dinero esto último sería estéril. Si según Tino incluso en una sociedad de este tipo aún existirían el prestigio y el renombre artístico, yo creo que el estilo no se puede robar, o que en todo caso sería un trabajo inmenso para obtener una recompensa muy modesta.

De hecho la identificación del artista con su obra es algo más bien occidental. En la corte de los antiguos emperadores chinos los artistas eran rentados, y si bien había artistas más reconocidos que otros ese reconocimiento era más similar al de un obrero calificado por su habilidad en una fábrica o un empleado talentoso, se desconoce el nombre de los autores en muchas obras orientales, que son más bien identificadas por su pertenencia a una dinastía determinada que por el nombre del artista, quien normalmente no firmaba sus obras por no parecerle necesario.

Borges , para volver al maestro, recordaba con su sorna habitual el intento de crear una revista literaria en la que nadie firmara ni sus obras ni sus artículos, pero lamentablemente "...nadie quiso renunciar a su nombre, sin duda eufónico y precioso...".

IV - Final con más panfletos

Creo que en definitiva el asunto del plagio revierte sobre el del robo en general. Ante un robo en pequeña escala el debate siempre se enciende en ambos sentidos: desde el costado izquierdo se tiende a justificar debido a la situación de miseria de muchos y la necesidad de socializar, y desde el derecho se condena señalando los sacrificios de quien es afanado y el respeto a su propiedad privada.

Yo creo que los dos puntos son atendibles, y los dos incompletos. Porque en tanto todo nuestro porvenir gire en torno a la posesión de bienes es imposible que el robo no exista como realización de esta ley de hierro.

En el arte es evidente que la propiedad privada es algo artificial, que una idea o una sensibilidad no son nada si no se transmiten y circulan ya que la obra se completa con la percepción: en tanto admiramos un cuadro o leemos un cuento estamos participando también en su creación. Leer es una tarea tan artística como escribir.

Ya sé que una sociedad así es para muchos utopía, sueños, gansadas. Yo diría más bien que - visto como van las cosas - es una necesidad impostergable.

30 comentarios:

Almirante Margarito dijo...

Existía, me han dicho, entre los griegos de antaño una forma de plagio que no se preocupaba de la suerte del autor, sino de la de la obra. Consistía en atribuir a una obra propia la autoría de un artista consagrado. Si no me equivoco en nuestros tiempos eso sucedió con un famoso poema de Borges, que no es de Borges.

Severian dijo...

Supongo que, una vez satisfechas las necesidades elementales, aquello por lo que los hombres compiten no es en ultima instancia el dinero sino el status social. Estoy convencido que, en una sociedad sin dinero y con acceso a una vida sana para todo el mundo, esta competencia aun existiria.

La acumulacion de propiedad privada es solo una manifestacion de eso. Si no la hubiera, la competencia se trasladaria a otra parte, pero no dejaria de existir. Por ejemplo se puede trasladar a la lucha por el prestigio artistico.

Por eso creo que el plagio existiria de todas formas.

De hecho, puedo dar una prueba empirica de lo que digo. Existen comunidades (la comunidad cientifica del primer mundo es una, si me presionas estoy seguro de poder imaginar otras) donde la subsistencia esta asegurada y el nivel de vida es mas o menos uniforme. Nadie va a ganar mucho mas o mucho menos de lo que gana en razon de su desempe#o. Y sin embargo el plagio existe.

werte dijo...

Otro ejemplo es La Ilíada y la Odisea, que actualmente se consideran AUTORÍA de Homero (de Ulises dijo una vez el "radical" Jesús Rodriguez a la revista de Lanata, para hacerse el groso), una cosa discutible, discutible hasta qué punto porque esos libros recopilan historias-cantos que eran de circulación popular, a través de un personaje equivalente a lo que serían los trovadores. Especie de recitadores de feria o plaza. Imposible decir "cuánto" de Homero hay en ellos. Los historiadores, por lo poco que sé, se debaten entre bastante y muy poco.
Pero yo difiero de Ludmer en el hecho de que relaciono más la "autoría" con la responsabilidad, su artículo en el fondo es conspirativo, unos editores vivos inventaron "el mito del autor" para monopolizar los textos y valorizar las posibilidades de la imprenta bla bla, en suma, como una conspiración de verduleros que los giles se creyeron, y ella nos trae la buena nueva. Esa época, además de una época de verduleros, es también la de la invención de la libertad moderna, y de una idea personal y política de la responsabilidad, que no se reduce a lo jurídico, a lo penal, o lo comercial.
En suma, lo que quiero decir es que ese cuentito (o ecuación autoría / mito / propiedad) se puede contar de modos más interesantes que el conspirativo, al que tal vez ha recurrido por razones polémicas.

Anónimo dijo...

CHE, PORQUE LOS TROSKOS HABLAN DE TODO COMO SI SUPIERAN?

CHESTERTON dijo...

¿¡UN ZURDO HABLANDO DE ARTE!?

NAAAHHH! LOS ZURDOS "DADOSCUENTA" SON LO MÁS!!!

Darse cuenta.

Para ser zurdo hay que darse cuenta. El zurdo asume su situación de proletario oprimido y su vida es una permanente militancia insurreccional para liberarse de la opresión.

El zurdo “dadocuenta” no se traga todo lo que le venden.
Es vivo.
Vivísimo.
Concientizado.

Si se rompe el caño de agua de la esquina, el gil lamentará la inundación; sólo el zurdo es capaz de ver la maniobra del imperialismo para ahogar a la clase obrera.

Si aparece una empresa contratista para arreglar el caño, es una maniobra del imperialismo para aumentar la deuda externa.

Si el caño, en cambio, no se rompe, es una maniobra del imperialismo para...bueno, es una oscura maniobra del imperialismo.

El zurdo tiene un tercer ojo.

Como esto no es un tratado de anatomía descriptiva, no le voy a decir en donde lo tiene.

Anónimo dijo...

solo saludos, prefiero no opinar Jack

Anónimo dijo...

a lo que me parece que apunta el tema del plagio, en todo caso mal planteado, es a que tanto el pensamiento artístico como el científico no son individuales, son sociales. entonces ¿quién puede decir esta idea es sólo mía o este conocimiento es sólo mío? lo cierto es que la humanidad acumula siglos de conocimiento y de arte y esto es social.

por ese lado la reivindicación de la propiedad de una obra me parece al menos una exageración.

ahora bien, también es cierto que dentro de las relaciones sociales del capitalismo el artista tiene que vender su producto para poder vivir y el plagio ataca el medio de vida del artista. la creación artística es el medio de producción del artista.

y esto es interesante porque no todos pero sí muchos piensan que el artista debería ser absolutamente libre para crear sin exigencias lo que a mi criterio es erróneo (en esta formación social).

que es el arte? es cagarte de frío

Tino Hargén dijo...

Jack
No creo que tenga que agregar más nada a nuestro debate, en lo debatido y comentado en Hargentina más este post tuyo creo que ya está claro donde coincidimos y donde disentimos. Y por allí andará el limite de nuestras diferencias o coincidencias ideológicas tal vez, quién sabe, lo que si estoy seguro es que si coincidiera más con vos ya me tendría que declarar un converso al bolchevismo, y no deseo eso por ahora, a los 46 años no es bueno convertirse a nada excepto si aparece alguna religión que prometa sexo y rock and roll, pero que no sea Cherasny :-). Lo que me está sucediendo es que cuando los bolches se ponen racionales me simpatizan mucho más que todos los progres de café, los divagantes hiper-libertarios que desparraman tanto pensamiento débil e irresponsable, tanto efectismo seductor hacia los lectores. Sting decía “we share the same biology regarless ideology”, yo digo que compartimos una parecida mirada crítica de la civilización burguesa -la mía movida por dos fuerzas intelectuales básicas que son el asco y la saturación- y por ahí disentimos en lo concerniente a las utopías que imaginamos para reemplazarla.

Lukas en cambio vos no me simpatizás tanto ;-) ya que te veo anclado siempre en la aplicación rigurosa del código civil-penal bolche. De nuevo se confunde autoría con propiedad capitalista, al punto de creer que toda propiedad individual es capitalista, falacia cuya generalización tiene como único instigador al propio capitalismo interesado por razones obvias de que esto se crea asi. Abolido el capitalismo no queda abolida toda propiedad ( posesión, pertenencia si es que el término propiedad le provoca escozor ) basada en derechos individuales por lo tanto si puede existir una propiedad individual socialista y no-capitalista. Al menos yo creo –en mi libre interpretación de lo que he leído- que ninguna izquierda planteó la abolición de los todos los derechos individuales. Por alguno si onda el Khremer Rouge de Camboya. Si vos te llamás Carlitos Marx y te mandás una obra ponele llamada El Capital, consecuente con tu idea no reclamás ni pretendés ningún derecho de propiedad capitalista sobre ella, es decir, no la registrás ni vas a enajenarla como mercancía para que se inserte en un mercado capitalista ni vas a cobrarles derechos a los que la lean. Con los medios de producción socializados vas a imprimir 3000 ejemplares que distribuirás según un criterio social, ese bien que es obra y sus soportes pasan a ser bienes sociales por tu decisión y nada reclamarás que te paguen por ello. Pero eso no quita que reniegues del reconocimiento subjetivo a la autoría, si deseás como individuo mantener el derecho de que se reconozca tu subjetividad y esfuerzo puesto en esa obra, tu relación de pertenencia si es que un trabajo que expresa tu pensamiento como sujeto. Si un tal Tino anda por los caminos de la sociedad socialista presentando El Capital como suyo para ganarse digamos el respeto del pueblo, es un cerdo que merece repudio.
La socialización para mi deseable como altrnativa al sistema estableccido debe venir a liberar al individuo, no a enajenarlo más aún o peor que lo que lo enajena la cultura burguesa. No todo individualismo es burgués, y precisamente ese es el mayor triunfo del capitalismo, imponer su marca registrada y hacer creer a todos que es el único sistema individualista posible. Cualqueir socialismo que se rpecie de no ser nazi-fascista opresor debe establecer la tensión individuo-sociedad, no se puede liquidar al individuo de un plumazo.


Lukas dice: “¿quién puede decir esta idea es sólo mía o este conocimiento es sólo mío? “
La social no existe sino compuesto por la interacción de lo individual. No se trata de decir “es sólo mía”, porque vos no te podés sacar el sentido capitalista de atesoramiento como botín para usarlo en un sistema de confrontación en ese “mía”. Algo asi como el la Ferrari es mía, mía, mía de Menem. Se trata de mía en el sentido que es fruto de tu única subjetividad. Si yo digo esta mirada es mía, esta huella de mi mano es mía, esta forma de decir la palabra “amor “ es mía, no hablo de hacer una escritura de la huella de mi mano, ni de la palabra, ni de mi mirada y anotarla en el registro de la propiedsd, digo mía en el sentido de que guarda pertenencia a mi subjetividad, hablo de un reconocimiento a un hecho propio de la naturaleza humana, de la identidad humana. Se llenan la boca con el derecho de los purblos a mantener su identidad, bueno, si querés que un pueblo mantenga su identidsd empezá por mantener la de las personas que componen ese pueblo.

Yo no inventé la palabra amor, la palabra amor existía en la sociedad, era una palabra “social”, pero la manera en la que yo pronuncio la palabra amor, el particular tono, énfasis, dulzura, dureza etc, que le doy por el sólo hehco de expresar libremente mi ser y mi manera de sentir y entender el amor, es original mío, me pertenece por derecho natural y como tal debe ser respetado y tengo derecho a que se me reconozca por ello. Lo mismo vale para el derecho a que a uno se lo reconozca por sus obras, como al árbol por sus frutos, es el mismo derecho a ser reconocido por mi rostro, por mi sonrisa, por mi forma de mirar a alguien a los ojos, porque de algún modo son reflejos indivisibles de mi condición humana. No podés colectivizar la sonrisa de un niño, le pertenece a ese niño y tiene derecho a ser reconocido en ella. No podés colectivizar la obra de las manos del artesano, del pensador, del músico, del escultor que siente que esa obra lo expresa. Eso no tiene nada que ver con propiedades privadas ni sociales, con sistemas de producción.

Transcribo parte de un post que escribi en mi blog donde aborde este tema:

"Se confunde la enajenación de un bien que se separa de su origen para su explotación comercial con el derecho natural sobre los bienes y obras producto del trabajo del ser humano. “Propiedad” en términos liberales implica un alto grado de abstracción, es una relación de derechos sobre los bienes destinada a operar en un sistema de intercambio. “Posesión” es una idea que no admite abstracción alguna, sólo está ligada a lo real de la relación íntima de uso, goce o apropiación de un bien con su poseedor natural sin que esa posesión implique otra cosa que la satisfacción de una necesidad o un derecho natural de pertenencia.

La autoría desde una concepción humanista es un derecho totalmente diferente al de propiedad y al de posesión, si bien puede estar ligado a ellos. Es el reconocimiento de pertenencia entre el fruto del trabajo de un individuo y el reconocimiento a que esa obra es auténtica expresión de su singularidad humana, de su punto de vista único. Todas las obras auténticas son originales, aún las que expresen ideas o se apoyen en marcos ya dichos, la cultura es el resultado acumulado de esa acción básica. Algunos exagerados han dicho que “toda es una nueva versión de algo preexistente” pero soslayan el hecho que cada nuevo acto creativo –aunque lo llamemos “versión”- aporta precisamente la originalidad de su interpretación y creación que son de hecho únicas e irrepetibles. De la suma de “versiones” se hace la cultura, las ideas nuevas nacen de las viejas, así como los nuevos seres humanos ( o los perros o los conejos ) nacen de sus progenitores, pero no son sus progenitores, adquieren la originalidad que les concede su emergencia como individualidad irremediablemente diferente. La creación no debe limitarse a un concepto de originalidad como sinónimo de acto primigenio, original es aquello que cobra vida, identidad y personalidad propias a pesar de estar hecho a partir de materiales preexistentes. La clonación deliberada de textos o productos rompe está condición esencial de la creatividad humana, anula la originalidad basada en la autenticidad de la expresión de un individuo o de un grupo, nos priva de su “versión” que es la única que garantiza la posibilidad de la aparición de nuevas ideas. La visión conservadora del poder mediante su actual expresión de moda contradictoria pero efectiva que es el “posmodernismo progresista”, está empeñada en demostrar la cancelación de toda creatividad y por añadidura de toda utopía debido a esa aparente “demostración” de la imposibilidad de gestación de ideas superadoras. Gracias a la contribución de cacareantes intelectuales -superficialmente contestatarios pero profundamente reaccionarios- se ha instituido la idea de que el mundo se haya condenado a la repetición por lo que el mantenimiento del orden establecido es la consecuencia irreversible"



Con Severian coincido en que el interés poro el prestigio social sería una fuerte razón aún abolidadas las posibildiades de apetitos mercantiles

Al catolicón Germán, dejate de joder hermano, la estudiantina hay que ponerle fin algún día. Lo de la trotskicidad al palo estuvo bueno pero como sería la catolicidad al palo? Prohibir el coitus interruptus ;-)

Y ya que estamos con chistes viejos y malos les dejo un clásico:

En el capitalimo el hombre explota al hombre, en el comunismo es exactamente al revés

Anónimo dijo...

Jack, todo este asunto de la autoría/propiedad/etc. viene de un hecho reciente que generó debate y discusiones varias. Fueron justamente los más "liberales" y cómodos en el capitalismo los que defendieron el plagio, y fueron los más rojillos los que estuvieron en contra, a revés de cómo lo interpretás en tu post.

Te dejo un link a una de las opiniones que leí con más gusto sobre el asunto, la de Elsa Drucaroff, profesora, ideológicamente formada en el marxismo, y una de las mejores partes de su texto es como le explicó el abc marxista a los liberalitos (en su mayoría profesores colegas de ella e la facultad de Letras como Panessi y Link)que decían "eh, burgueses, defienden la propiedad privada" mientras justificaban lisa y llanamente el robo del esfuerzo de otro, el trabajo intelectual de otro que tratándose de Arte lleva siempre autoría porque es la expresión de un temperamento único, como explicó ampliamente Tino Hargen. La profesora reacciona enérgica en su texto con respecto a esos docentes que ven la apropiación del esfuerzo de otro sin mencionar al autor real como algo válido en la Argentina post Menem que impuso el "robarás" como modelo rector de cualquiera que tiene un poco de autoridad y poder.

Drucaroff explica cosas tan básicas como estas: "Tal vez Link extrañe esa dorada época en que indios esclavos tallaban exquisitos santos en las Iglesias, sin derecho a firmar, o a cobrar, o a recibir apenas reconocimiento de la comunidad, memoria póstuma y valoración alguna; tal vez Link extrañe los maravillosos tiempos en que en las Letras regía el principio de autoridad y la falta de autonomía hacía de todo creador el sirviente del noble, el rey o el Papa. Adorno, Habermas y Marx se han extendido, cada uno a su modo, sobre el tema, no lo haré yo acá.(3) Sólo quiero admitir que no, yo no extraño esos tiempos, más bien junto con Marx y Engels en su Manifiesto Comunista, rindo homenaje a esa notable revolución que supuso la irrupción de la igualdad jurídica del mercado y la burguesía, respecto del Orden Feudal, reservándome por supuesto el derecho a combatir las desigualdades que esa igualdad oculta, a espaldas del mercado." ...
"La puesta en jaque total de la propiedad privada poco tiene que ver con los planteos de Marx, que son los que originaron en la humanidad tanto revolucionarismo. Solamente desde el desconocimiento profundo o desde la mala fe se puede escribir eso. Marx no ataca cualquier propiedad privada, ataca una muy concreta: la propiedad privada de los medios de producción. Postula la necesidad de terminar con ella. ¿Y para qué? Simplísimo: para que nadie pueda apropiarse de trabajo ajeno. Repito, subrayo: para que nadie pueda apropiarse (como hace quien plagia) de trabajo ajeno.

Lamento dar explicaciones escolares a tan subversivos y audaces polemistas: si yo poseo máquinas de coser, puedo usar mi derecho sobre ellas para contratar trabajo asalariado. Es decir: poner gente a coser en mis máquinas, con mis telas e hilos, y apropiarme de una parte del valor que esa gente produce en cada jornada, aunque yo no trabajé. Es decir: apropiarme del trabajo ajeno.(4)

¿Necesito decir que usar el adjetivo “ajeno” implica que sí hay trabajo propio, trabajo original de la gente, y que esa izquierda a la que apelamos, la que Brecht defendía, reivindica la propiedad del trabajo, para quien trabaja? Condenamos al capitalista que por medio de un subterfugio que ocurre a espaldas del mercado se apropia de una labor que no realizó, y los marxistas proponemos, para impedir la explotación del trabajador, una sociedad donde no exista propiedad privada de los medios de producción, no donde cualquiera pueda apropiarse del trabajo de otro, muchísimo menos no donde no importe quién hizo el trabajo. Como marxista, no defiendo ni soy cómplice de que se robe trabajo ajeno. Tengo poco éxito, porque la sociedad en la que vivo legitima la apropiación de éste por parte de los dueños del capital, no puedo evitar que se explote mi trabajo asalariado como escritora, ni que exploten a los demás, incluyendo a Sergio Di Nucci y a Carmen Laforet. Sabía que contra el sistema, sola, iba a fracasar, no que también debía defender a los dueños de su trabajo del embate de mis colegas.

Para el comunista Bertolt Brecht fundar un banco es un delito peor que robarlo, sí, pero no porque robar está siempre bien, sino por el tipo particular de capital que implica un banco (el capital financiero), que Marx describe detalladamente.
Como se ve, la situación en la que Bolivia… copia casi textualmente páginas enteras de otra novela y se ahorra el trabajo de escribirlas no es robar a un parásito de guante blanco (un banquero) sino a una trabajadora que imaginó, construyó, escribió."


Este es el texto completo y vale la pena leerlo porque es un elogio a la inteligencia:
http://www.nacionapache.com.ar/archives/1555

Jack Celliers dijo...

Almirante: no me hable de ese "poema", que además creo que no era un poema sino una prosita de cansino tono neohippie.

Severian: Yo por el contrario creo que el status y el prestigio son subproductos de una sociedad eminentemente competitiva. Aunque también creo que la desaparición de ese tipo de competencia llevaría tiempo porque se trataría de un cambio cultural, y la cultura evoluciona más lentamente que las condiciones materiales.

Werte: es cierto lo de la Ilíada, igualmente una persona puede tomar un tema popular y desarrollarlo de una manera artística personal, es complejo.

Anónimo: De todo, absolutamente todo no. Hay datos que me son desconocidos. La lista de los que se mueven a tu mina, por ejemplo.

Germán: Voltereano lo tuyo. Yo no me canso de recomendar tu blog. En serio ¿eh? Es maravilloso.

Patriota: Bueno, saludos.

Luk@s: Bueno, Dalí por ejemplo no se cagaba de frío, ojo.

Tino: Yo creo que - siempre hablando en "condiciones socialistas" digamos - existe una dialéctica y no una contradicción entre "individual-social".

Dejando de lado los alaridos de quienes creen que el socialismo viene a embargarles sus minucias y las chifladuras asiáticas de Polpotito (cuyo régimen tenía de marxista lo que yo de hasídico) me parece que la creación es individual y también colectiva. Lo colectivo se nutre precisamente de lo particular.

Trotsky decía que el realismo socialista era arte ejecutado por funcionarios armados con pinceles vigilados por funcionarios armados con fusiles. Si nada pervivió de esa bosta es porque no produjo nada memorable individualmente y por lo tanto tampoco colectivamente.

Lo que escribiste me hizo aordar mucho a El Alma del Hombre bajo el Socialismo, de nuevo del amigo O. Wilde, que te recomiendo si no leíste. Wilde decía que el socialismo debía desembocar en la realización más perfecta del individualismo, que sólo la liberación de la propiedad privada como obsesión podía liberar las energías creadoras del hombre.

No andaba nada errado.

En otas palabras, me parece que lo que intentamos es cambiar el sentido de la palabra "individual", que deje de ser sinónimo de "mercancía", "aquello que tengo para vender" y transformarlo en el aporte propio que se nutre de la realidad, y también la modifica.

Dag: Pero Drucaroff no es una "rojilla", es una persona con una formación. No veo dónde dije yo que los marxistas serios - o las personas con un poco de visión en definitiva - defendían el plagio.

Por el contrario, creo que está claro que a los defensores del plagio y el robo en general los llamo libertarios de utilería y progres de café, que - no sé si necesito decirlo - tienen normalmente poco que ver con el marxismo.

Salut per a tothom.

Almirante Margarito dijo...

¿Una revolución puede acabar con la vanidad? Entonces tiene razón Jack, está haciendo mucha falta.

Las intervenciones de Tino Hargen y Dagnasty me han parecido muy justas.

Anónimo dijo...

Jack, Dalí le choreó a El Boscop

Marina dijo...

rBuenassss...
1) ¿No tienen algunos la experiencia de, frente a una obra de arte, sentir/saber (un sentir que se sabe, un saber que se siente). "Esto es verdad"? Digo, un sentimiento/saber que perdura y se sedimenta aun pasado el tiempo de deslumbramiento, impacto, etc...Yo no puedo todavía despejar la incógnita acerca de qué grado o calidad de verdad, -parece claramente distinta de la verdad de la ley de gravedad- pero pienso por ejemplo en el poema de Macedonio que conocí en este blog y que me gusta y me hace bien recitarme a modo de oración hesicasta laica; casi se me grabó solo sin buscar aprenderlo: http://jugodeladrillo.blogspot.com/2007/03/macedonio.html.
2) Drucaroff! qué raro verla por acá. Fue profe mía en el profesorado, en la última materia, un seminario anual de literatura contemporánea. Se presentó así: sus primeras-primeras palabras fueron: "Yo soy Elsa Drucaroff, soy marxista y feminista, y se lo digo por honestidad para que sepan que enfoco mi materia desde este lugar ideológico." Para mí fue una experiencia muy positiva y cuando en algún momento Drucaroff me hizo un comentario tipo "Yo hubiera dicho que si sos católica te hubieras resistido al enfoque que le di a la materia", le dije que yo tomaba los textos y el enfoque que ella planteaba como una herramienta, un martillo ya que estamos ;-): me puedo servir de un martillo, sin necesidad de ser del fan club del martillo, o usar el martillo de otro aunque yo tenga el mío propio, por probar qué se siente, cómo salen las cosas usando esa herramienta. Y además, que yo no veía en ella a "una marxista feminista", veía primero a una persona, y en todo caso, me interesaban mucho los caminos por los que llegó hasta ahí, más que defender mi propio punto de vista. Fue una de las materias en las que más aprendí. Por otro lado, y escribiría más en mi blog al respecto pero no sé si voy a tener ganas, como cristiana, me parece, en mucho, más compatible una concepción del hombre (y de LA MUJER, claaaaro) vinculada a su ser social, a lo comunitario en cierto modo, a la justicia social, que una concepción individualista, competitiva, darwinista, legitimadora del statu quo éste que hace un infierno de la vida de millones de personas, concepción que veo mucho más en las ideologías de derecha que en las de izquierda.
3)Me gusta el despeje de Jack acerca de la relación dialéctica entre lo individual y lo social.
4)Jack, en alguna de las charlas de este verano, ¿entendí mal o tu planteo era que ¿utópicamente? el comunismo cumplidas determinadas etapas, desembocaría en el anarquismo?; ¿como paso previo podría darse esto?: - te cito: "Wilde decía que el socialismo debía desembocar en la realización más perfecta del individualismo, que sólo la liberación de la propiedad privada como obsesión podía liberar las energías creadoras del hombre." (Estoy por lanzar la plataforma del anarco catolicismo en cualquier momento, los oxímoron son lo mío...)
4) ¿No podemos ubicar al que le choreó la cartera a la hija de Bush y mandarlo becado a EE.UU. a chorear la de la señora Ludmer, -hasta hace un tiempo vivía allá- a ver cómo reacciona la dama frente a un concepto alternativo de "propiedad"? Bah, pero ya que viaja, que le choree la casa completa...
5) El realismo socialista, que desconozco casi por completo, no dejó ninguna-ninguna obra perdurable, válida como arte más allá del factor de propaganda?
6) Apartado para Jack: tenías razón, cómo pude leer TAN mal? (durmiendo poco, por ejemplo, ejem...): todo lo que se dice en el papelito que encontré es gorila, y yo leí a partir de "Su padre" como si se refiriera a la "Revolución libertadora". Es como vos decías. Aparte, tu blog nunca tuvo o se perdió en el ciberespacio una barra de búsqueda? No me sale.
7) Saludos, y una frase que salió una vez promocionando no sé qué encuentro de arte: "Ningún artista ve las cosas como realmente son. Si las ve así, no es un artista."- Wilde.

Anónimo dijo...

Quiero leer otra chupada de medias del obsecuente sin remedio de Severian:

"Grande, Jack, como siempre genial, tus reflexiones son un faro alumbrando el camino de la humanidad".

Vamos Seve que usted puede, es un chupa medias por naturaleza.

Ah, y seguí leyendo a Ramos, troskito de quinta que te cagaste con los milicos

Nathalie X dijo...

Voy a empezar una lista negra con la gente que te bardéa, J.

El alma de asesina serial reprimida la tengo, de histéria femenina también, de pendeja insolente e irreverente también.

Así que:
Anónimo, ¿No tenés nada mejor que hacer, por ejemplo, perfumarte los testículos? Debés apestar querido, debés apestar.

Almirante Margarito dijo...

Una cita para petardear de aburrido que estoy: "Todo acto individual es antisocial" Antonin Artaud. Recuerdo haber leído un artículo de Sontag sobre esto... pero ¿Qué diría...? Eso no lo recuerdo.

Anónimo dijo...

Buenísima la discusión, en el otro blog y acá. Hago un mínimo aporte. Es cierto que en la historia del arte hay copias de fragmentos e ideas de obras ajenas que menoscaban el valor de la nueva. Un caso paradigmático es el de casi todos los argumentos de las obras de Shakespeare, ya existentes, pero transformados en excelentes obras de lenguaje. La cuestión que diferencia allí el plagio de la reescritura artística es el trabajo realizado sobre el original.
La "intertextualidad" (Mijail Bajtin, et.) implica tanto esa idea como su diferenciación de la copia. Si aparece un fragmento de otras voces, algo que remite a lo dicho antes, pero en otro contexto, con una justificación que transforma el sentido estamos ante un caso de intertextualidad. Si no hay ningún cambio es una mera copia.
Este detalle marca un problema de propiedad que, creo, excede el del arte como mercancía. Porque lo que se roba en el plagio no es sólo el usufructo de la obra sino el trabajo invertido por el creador en ella. Si tomo un texto de otro y lo copio, no estoy haciendo nada con ese texto, y mi trabajo es el de mero copista. Pero si transformo ese material, recontextualizándolo o cambiando su forma, alterándolo de algún modo, estoy aportando trabajo personal, algo que puede ser valorado (aunque fuera subjetivamente) y ser considerado original o valioso. Una copia idéntica es plagio, no agrega nada, el trabajo es de otro y más allá de cómo circule como mercancía, al no haber trabajo del apropiador no hay "valor" (No hay plusvalía, macho).
Por eso el ejemplo de Pierre Menard, que circuló en las discusiones de las que parte el texto de Ludmer, es un caso de mala lectura (disculpame la impertinencia) que contribuye a la confusión.
Hay un elemento central en ese texto que le da gracia y sentido que es la genial ironía de Borges. El chiste está en que es el cambio del enfoque de lectura lo que hace al texto nuevo y no el texto en sí, que es igual. Menard es un chanta que para "reescribir" el Quijote, lo copia. El texto es humorístico en ese punto, y se está burlando de las teorías literarias francesas, embriones del postestructuralismo, que ya hablaban en la década del 40 de la lectura que modifica al texto, y que el sentido es relativo al contexto y la interpretación, y bla bla bla.
Si revisás el texto vas a ver que está fechado, al final, en Nimes. Borges no estuvo en Francia en esos años. Además de otras referencias a autores franceses en el texto, son pistas que deja en el relato para identificar el blanco de su ironía.
Hay un texto de Juan José Saer, "Borges francófobo", que hace esta lectura del texto, y creo que es correcta. Pero aún sin conocer estos datos, me parece que el humor del texto no funciona directamente, y creo que lo hay, sin considerar la idea de plagio como algo real.
Borges, que teoriza constantemente sobre la literatura como un gran y único texto que se repite (a nivel más ontológico, si querés), tiene sin embargo alta estima por el trabajo de un creador en su búsqueda de la buena escritura(hay un hermoso poema sobre Joyce que lo alaba por su "aventura de un solo hombre").
Concuerdo con que el plagio es algo difícil de determinar pero, aún en el terreno puramente artístico, donde hay trabajo es posible discutir el valor de la "cita", donde no lo hay, no hay valor agregado alguno.

Anónimo dijo...

erratas: donde dije "menoscaban" quise decir, obviamente, "no menoscaban"
un abrazo, Jack-

Jack Celliers dijo...

Margarito: ¿A Ud. no le parece que la vanidad tiene mucho que ver con el miedo?

Yo creo que si.

No sé si podría hacer desaparecer la vanidad, pero podría atenuarla. En última instancia me parece que prefiero el alarde de sensibilidad creativa antes que el alarde de dinero... es igual de estúpido pero menos obsceno.

En cuanto a Artaud, la frase no la tenia, pero díageme si no es como para una sonrisa irónica. Es ingenuamente optimista. Artaud - un tipo talentoso - ha devenido en fetiche social, y encima de esa parte de la sociedad compuesta por un montón de bohemios de cuarta que se han cansado de chuparle la sangre. Pobre.

Luk@s: ¿Pero en qué quedamos camarada? ¿No decía que el arte no tiene propiedad? Entonces ¿cómo pudo Dalí afanar nada, hombre?

Marina: Una pregunta ¿no te parece que el punto 1) y el 7) de tu exposición se contradicen? Por ahí es oscuramente dialéctico... ¿La verdad es lo que es o lo que deberia ser?

2) Drucaroff es feminista sí. No una feminista peluda pero en fin... nadie es perfecto.

3) Despejé como pude, mandando la pelota a la tribuna. Pero hay gente que sale del área con la globa mucho más elegantemente, claro.

4) El comunismo debería desembocar en una sociedad sin estado, sí. Se trata de reflexiones en esos días de euforia optimista.

Juntar catolicismo con cualquier cosa puede ser interpretado como un oximoron. O no. Ideológicamente el catolicismo es cero.

4 otra vez) Podríamos.

5) El realismo socialista logró el prodigio inalcanzable para ninguna escuela o estilo: no dejó nada de nada. Bueno, hay millonarios que compran porquerías de esas como souvenirs, ironías del destino cruelmente justo.

6) ¿Viste?

Nathalie: Me estuve riendo un buen rato con tu sugerencia, pero es indigno que una dama se ocupe de sujeto que tiene que descargar su bilis así. Andá a saber la vida que tiene el pobre. Yo sigo esperando que cumpla con lo que prometió, pero ya puedo esperar...

Rea: ¡Tanto tiempo! ¿Qué cuenta? Andaba esquiva Ud.

Mire, lo que Ud. dice puede ser cierto, no sé, pero me parece que "plusvalía" es otra cosa.

Y respecto del cuento de Borges, oiga, está bien que yo esté loco y le erre como a las peras más de una vez, pero si Ud. se piensa que yo realmente considero la copia textual del Quijote como una obra de arte es porque me toma por un desaforado.

Más bien que Pierre Ménard se trata de una caricatura, de eso al menos me di cuenta, Rea, y que Borges exagera. Pero que la lectura modifica el texto no es tan errado (aunque a mi me parece más bien que obra y percepción forman un todo artístico), así como tampoco es una huevada decir que el sentido es relativo al contexto, no me parece nada loco plantear eso.

¿Será posible che? Si me tiro contra el blablaísmo posmo es que soy un marxoso rígido, en cuanto admito el menor juego de contexto ya me emboca en el posestructuralismo, ¡eeeeeehhhhhhh! Así no se puede.

Además Borges (se debe estar riendo de nosotros ahora mismo el viejo) hablaba - creo que en un libro muy interesante en el que recopila prólogos - de la diferencia y aún de la superioridad artística que reside en el acto de leer respecto del de escribir.

Seguramente es mi culpa porque no me expreso bien, pero lo que yo creo haber escrito no es que sea imposible determinar si una copia es válida o no, sino que esa determinación no puede hacerse por medios técnicos sino por una mera cuestión de gusto.

Ud. dice "donde hay trabajo...". Pero ese trabajo no puede determinarse mediante la simple comparación del original y la obra nueva. Le pongo un ejemplo: si yo digo "La pelota no dobla" estoy reproduciendo textualmente una cita de ese eminente literato argentino: Daniel Passarella, y sin embargo el sentido que yo puedo darle al epigrama es sin duda diferente (aunque admito que muy inferior) al del autor original.

Y por último, se me ocurre esta idea: en literatura quizás no, pero en música la mera ejecución implica ya un valor agregado. No es lo mismo el arroz con leche tocado en piano por Martha Argerich que por mí.

Marina dijo...

El punto 1 y el 7 se contradicen? Sí, puede ser, con alguna vuelta de tuerca, o sea, pensando más y mejor, quizás no tanto. Las dejo contradecirse por el momento...¿alguna síntesis superadora?
Apostilla de Borges que quizás también estaba en un día de euforia optimista: "Creo que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos."

CHESTERTON dijo...

SELLERS:

LE CONFIESO QUE NO HE LEÍDO TODOS LOS COMENTARIOS PORQUE ENTENDERA QUE A ESTA ALTURA, PONGO UN "FILTRO" CASI POR INTUICIÓN.

SIN EMBARGO ME SURGE UNA DUDA:

UD.....¿SE CONSIDERA UN FILOSOFO O UN IDEOLOGO?

ADEMAS....¿COMO CONSIDERA A MARX? ES UN FILOSOFO O UN IDEOLOGO?
¿EH?

RECUERDE MI ESTIMADO, LAS TESIS SOBRE FEURBACH, ANTES DE RESPONDER.

SALUDOS!

AH! ME OLVIDABA.....¿COMO SE HACE EN UNA SOCIEDAD QUE HA ELIMINADO LA PROPIEDAD PRIVADA, PARA HACER TRABAJAR A LA GENTE EN LABORES PENOSAS?

A MI SE ME OCURRE QUE NO QUEDA OTRA QUE EL TRABAJO FORZADO, PERO SUPONGO QUE UN CONOCEDOR DE LA TEORÍA MARXIANA COMO UD., DEBE TENER OTRA RESPUESTA...

¿O ES OTRO MISTERIO DE LA PRAXIS? ¿EH?

G. K. CHESTERTON

Jack Celliers dijo...

Germán: Leerte es una labor penosa.

Anónimo dijo...

aguante Rea Americana. Tanto tiempo sin leerla

Severian dijo...

Grande, Jack, como siempre genial, tus reflexiones son un faro alumbrando el camino de la humanidad.

Severian dijo...

Y ano? contento? Te comento, querido, que tu anonimato es poco cuidadoso: cuando discutias sobre Ramos te llamabas 'grumete'. Y en cuanto a succiones varias, cuando tengas ganas de practicarme una, tenes mi email (perfumate, eso si).

Jack Celliers dijo...

Severian, tranqui. El muchacho tiene una obsesión con el colorado Ramos. Quizás de chico lo sodomizó un pelirrojo, andá a saber...

Igual su incógnito está asegurado, no corre peligro y puede seguir su guerrita particular conmigo. Desde el valiente anonimato, claro.

Anónimo dijo...

Todo cambiante, Jacques, querido.
Acepto, la plusvalía es otra cosa, pura retórica lo mío.
Me explico un poco más. No es que crea que el contexto no modifica nuestra valoración del texto, la lectura no lo hace también, etc. Pero creo que hay un problema digno del lime mental que significa pasar por la carrera de letras en mucho de aquellas discusiones sobre el plagio (si yo bandeo a veces pasa por esa misma deformación). Lo que digo es que sí hay un mínimo punto técnico por el que puede valorarse una copia como plagio o no, y es, en la copia, la diferencia que agrega el que copia. Cuando mencionás la ejecución en la música (cosa que en las otras arte solo existe parcialemente), justamente se valora, más que la adecuación sin ningún matiz al original, la pericica y la singularida del artista, su expresividad, etc.Por algo hay una pericia de Marta Argherich que puede hacer algo distinto a lo que vos o yo podríamos con el arroz con leche. Ella sabe trabajar con ese material y nosotros no. Y de todos modos, ella puede decir que es dueña de una "ejecución" propia, con su estilo, pero no que es la compositora de esa obra. En la literatura podría pensarse en una lectura como ejecución. Si yo leo un poema con buena entonación, etc., puedo decir que es una buena lectura, pero no que es mi obra basada en un poema de otro, el poema sigue siendo de otro.
Sí, el jucio será subjetivo, pero no jodamos, se nota cuando alguien pasó horas de sus vida relacionándose con un objeto, lo conoce mejor y opera mejor sobre él.
Creo que sí hay un "grado cero" de la copia, en el que, al no haber ninguna modificación, no hay ninguna "aparición" del artista, por lo tanto no hay nada que valorar distinto al original. Fijate que aún en las corrientes más "antiartísticas" como el Dadá, o más bien Duchamp, hay una idea que transforma al objeto, y esa idea es la obra. Ponele, la Gioconda, Ok, pero con bigotes, "arruinada". O la "fuente". Sí, es un mingitorio, pero al menos se lo da vuelta para establecer que hay un cambio de función, que eso es arte porque, a pesar de ser un objeto útil, en el contexto del arte los objetos no tienen utilidad. Su obra es esa idea, no la "copia" del mingitorio. Me parece que es esa operación sobre los objetos que se toman lo que permite un mínimo de "seriedad técnica" aún en las obras más modernas; y el arte contemporáneo suele ser bastante chanta, con lo que algún mínimno parámetro me parece indispensable.
Yo creo en la interpretación modificada por el tiempo y el contexto que varía el valor de una obra. Pero también creo en la pericia material de un artista. El valor en ese sentido es dialéctico. Es la relación entre lo que interpretamos y el material concreto (verbal, cromático, sonoro) tal cuál lo dispuso el artista.
Digo, Borges habla de que la lectura es la obra de arte suprema, es cierto. Todo bien Georgie, pero si nosotros lo leemos es porque logró la mejor prosa en español del siglo XX, además de tener una inteligencia ladina y atrapante. Y, entre otras cosas, tuvo esa idea de escribir a partir de la idea de lectura y no de escritura. SU forma de plasmar esa idea es lo que lo hace interesante.
Ok, el arte es relativo, es subjetivo su valor, sí. Peor hay un margen para saber quién escribe bien y quien mal. Y, del mismo modo, cuando se copia una obra de arte y se la modifica, debe de haber una idea que sustenta esa modificación y que implica trabajo.
No me queda claro por qué no se puede determinar la copia en la comparación. Una copia tiene sentido, justamente, por la calidad del cambio de sentido con respecto al original. Esa calidad es subjetiva, sí, pero si NO hay ninguna modificación, al menos en una explicitación del nuevo contexto que se le da, no hay ninguna obra nueva. En la pintura esto es muy claro. Warhol es Warhol, y un tipo que copia un Picaso exactamente igual, aún teniendo que ser un gran pintor para lograrlo, es un falsificador y ya, ¿o no?
Pienso, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción tiene como fin la restitución de la propiedad del producto de su trabajo a cada trabajador. ¿porqué en el arte habría de ser distinto?

Anónimo dijo...

Jack, Dalí tiene, a mi criterio (y sin ser un experto) un estilo muy parecido al de El Bosco.

Decir que le choreó es más bien una exageración, un chiste, pero no estoy seguro de estar errado en un 100%. Igual de exagerado soy con el tema del plagio. A mi me jode más el plagio no por la violación a los derechos de autor sino por un tema moral. Viejo, si no se te ocurre nada quedate callado pero no presentes una supuesta creación como tuya cuando sabés que es de otro. Sin embargo, tampoco acepto la visión del geniecito que crea ex-nihilo. Y ese, muchas veces, es un argumento para defender el derecho de propiedad intelectual (hasta extremos de transmitirlos vía sucesión y con vigencia de 70 años como en Argentina). Ni tanto ni tan poco. Las creaciones artísticas se basan en la producción social pasada y bueno, en su caso, cada artista agrega su cuota de originalidad.

Tampoco hay que olvidar que los derechos de autor también son funcionales a la industria de la cultura (léanse "Saldo" de Rimbaud, en Iluminaciones). ¿Hace falta decir que un trabajador tiene muchas menos posibilidades de acceder a la producción artística y cultural debido a su costo? ¿Y eso por qué ocurre? Precisamente por la protección de los derechos de autor. ¿De cuántas producciones de Borges no estaremos perdiendo sólo porque su heredera, la señora Kodama, no recibe lo que ella cree que tiene que recibir por la creación de otra persona?

Lo peor, es que mientras la industria de la cultura se beneficia con los derechos de autor también lo hace el artista lo que es mucho más legítimo.

En su momento, con el asunto de las descargas de archivos de mp3 con programas como el emule, un gerentito de una discográfica dijo en una entrevista radial que si seguía permitiendo eso se iba a ¡¡¡¡¡"terminar la musíca"!!!!!. No, no estoy inventando, fue en una entrevista que el periodista Slotogwiazda hizo cuando tenía su programa a la mañana en la Rock and Pop. Una pelotudez marca cañón pero que revela que el tema de la propiedad intelectual, a mi criterio, interesa más a la industria que a los propios artistas.

Saludos

Anónimo dijo...

qué discusión con altura, por favor.

me trae la cuenta cuando pueda?

Jack Celliers dijo...

No te precoupes Ano, la primera es gratis para ver si aprendés algo.