11.12.06

Las dudosas virtudes de la duda

No hace mucho, escuchando el programa en podcaster (no sé si equipararlo con la radio, pero digamos que tiene algo de parecido) del amigo Niño Barroco, me encontré con uno en el que el infante de marras reflexiona extensamente sobre algunos temas que nos hemos tirado por la cabeza varias veces.

Niño Barroco empieza cortejando a nuestra amiga la duda. ¿Quién no la conoce? En los tiempos que corren es una especie de superestrella, el pensamiento contemporáneo de ultimísima hora, ese que suele envejecer desastrosamente y que – observen la finesse – me resisto a llamar "posmo", adora la duda. Y Niño Barroco está, es mi prescindible opinión, subido a este tren, paradójicamente con total convicción.

La primera reflexión que me produce escucharlo es que a mí el pensamiento de moda no me gusta. Nada peor que una idea convertida en opinión pública. Y esto vale también para aquellos tumultuosos ’70, creo que está claro que los psicobolches de oficio tampoco han sido santos de mi devoción.

La segunda reflexión salta ante la frase clave de Niño Barroco durante su monólogo: "A mí me encanta dudar". Creo que podemos empezar por acá.

¿Qué cosa es la duda? A mi me parece que se trata de la incapacidad admitida de tomar un camino, una posición o una decisión. La duda es lo contrario de la opción. Y hoy nos cansamos de escuchar por todos lados que la duda tiene un alto mérito, que la certeza por el contrario es peligrosa, que tener certezas es autoritario, feo, mientras que dudar es genial y muestra de gran inteligencia. Esto nos dicen.

Me permito dudarlo, si puedo socarronear un poco.

Me parece que si uno se pone un poquito dialéctico (y casualmente la dialéctica, mina que me gusta mucho más, aparece siempre en los debates interesantes) la duda está muy bien siempre que evidencie una incapacidad para optar debida a nuestra falta de información o de datos que nos permitan tomar una postura. Falta de información o de datos que la duda debería impulsarnos a remediar. En otras palabras la duda es interesante en tanto apunte a liquidarse a sí misma.

Porque si uno se instala cómodamente en la duda, si a uno le "encanta dudar" como a nuestro barroco amigo, entonces mágicamente la duda deja de ser duda y se transforma en postura, en convicción. Una convicción que prohíbe a todas las otras, o sea: la más estéril e inútil de las convicciones, se trate el tema que se trate.

Sospechar de toda convicción y someterla a prueba está muy bien, no hay que aceptar nada a priori. Pero siempre y cuando este "no aceptar" tenga como motivo la falta de elementos para hacerlo. Si el "no aceptar" se convierte en una postura de principio, entonces estamos simplemente ante la falta de voluntad para recabar información, estamos lisa y llanamente ante el elogio de la ignorancia.

A mí me parece que ni la duda ni la certeza indican la inteligencia o la honestidad de nadie. Se puede dudar y se pueden tener certezas, y en ambos casos se puede ser una persona reflexiva e inteligente, una persona deshonesta o un simple tarado.

El estrellato mundial de la duda permite a innumerables ignaros posar de gente sesuda y reflexiva. "Mire, yo dudo de todo" nos dice muy orondo un tipo que simplemente quiere ahorrarse la mucho menos prestigiosa frase "Mire, no tengo idea de nada". Lo bueno de la duda es que no exige conocimientos, más bien es necesario rechazarlos para poder permanecer cómodo en ella.

Este estrellato tiene una razón de ser: luego de la derrota de los proyectos que vislumbraban una sociedad mejor (históricamente no tan alejados pero que se nos antojan prehistóricos) estamos tan desorientados en el mundo del capitalismo salvaje y triunfante, que a esta altura ya creemos que la posición natural de la mandíbula es colgando.

Tenemos tanto miedo de equivocarnos, de embarcarnos en lo que sea, que no nos damos cuenta de que ya estamos embarcadísimos en el proyecto de quienes sí conservan convicciones muy firmes: numeritos de varias cifras en la cuenta corriente ayudan a sostener profundas certezas, incluso convertirlas en piadosos dogmas religiosos.

En la volteada cae la ciencia. Pobre la ciencia. Las variantes del relativismo cognitivo que nuestro muy amigo Alain Sokal desenmascaró con tanto humor y elegancia tienen el mismo origen. Claro: la ciencia puede ser usada para el mal, los laboratorios hacen negocio, etc. etc. La ciencia carga ahora con las miserias del capitalismo, y la culpa de Hiroshima y Nagasaki, como todos sabemos, no es del imperialismo sino de la física aplicada.

La solución para esto recetada por el pensamiento desnutrido es "¡Desconfiemos del pensamiento científico!", algo así como combatir la especulación inmobiliaria recomendando a la gente vivir en los caños. En lugar de tener el buen sentido de democratizar el pensamiento científico, de promover organismos democráticos de control que impidan el uso de la ciencia en contra de los intereses de la gente, Niño Barroco nos dice: "la ciencia es también una práctica, así que desconfiemos de la ciencia". Lo gracioso es que cuando alguien plantea que sería más lógico desconfiar de las clases dominantes Niño Barroco suele descalificar la advertencia por paranoide, improbable y conspiranoica.

Y por último, la violencia. Es el caso más trágico y el más delicado. Niño Barroco vincula las certezas con la violencia. Claro, para ejercer la violencia hay que contar con certezas, en general la violencia dubitativa es más bien rara: imagínense uds. pegarle un tiro a alguien sin saber muy bien por qué, o no decidirse entre poner una bomba en un cuartel, un partido de izquierda, o un baile de disfraces.

Así que la violencia exige certezas. Y la violencia no es buena, así que esto parecería abogar a favor de la duda. Lo malo es cuando alguien ya la utiliza ¿Qué hacer cuando el sistema cae encima de miles de personas? ¿Aconsejarles la duda? ¿Prevenirlos contra las certezas? ¿Decirles que la violencia es mala? Supongo que los fregados por el sistema nos contestarán que saben bien lo mala que es la violencia porque se la bancan todos los días.

Entonces ¿por cuánto tiempo más seguiremos en esta dudofilia? Yo espero que no demasiado. Porque mientras nos complacemos en las delicias de la duda hay otros que están desmontando el escenario y arreglándolo a su gusto con una idea muy precisa de lo que quieren.

Y a ellos nuestras dudas les importan muy poco.

38 comentarios:

Ecazes dijo...

Niña casquivana, la duda.
En cambio, Doña Dialéctica…tan seria y formalita.
Realmente hacen ustedes buena pareja.

Peste dijo...

Por muchas disputas que se puedan tener con la dialectica (por ejemplo, desde una posicion positivista o logico-empiricista), es imperioso evitar la confusion de la duda con el escepticismo -- y no es que crea que usted, Jack, pueda caer en trampa tan facil.

Por cierto, las casi 200 intervenciones en el post de su entrevista hacen desesperar a los mas curtidos taxonomistas memeticos, noopatologos, o simples filosofos de salon. Es macanuda la manera en que tan pocos generan una niebla tan espesa que se necesitaria de una obra enciclopedica para disiparla.

Niño Barroco dijo...

Mi estimado, su apreciación sobre mi condición de dudador la ha llevado, como es su costumbre, al extremo.
No porque, como bien dice, mi única certeza es la duda, parafraseando el "todo es relativo, incluso esta afirmación".

Mi práctica de la duda está más vinculada a la forma a través de la cual aprehendemos la realidad.
Hay tanto filtro entre la verdad, si es que algo así existe y si existe, si es que puede ser alcanzada, que siceramente, prefiero meditar (si querés evitar la palabreja duda) mucho antes de llevar adelante algún tipo de acción que ponga en juego 2 principios básicos:
- hacerme cargo de lo que hago
- no joder al otro.
Mi novia agregaría un tercero que es el principio de subsistencia, con el que estoy parcialmente en desacuerdo, pero no viene al caso.

Todo esto viene a cuento de diversos aspectos en los cuales una certeza mal vendida, puede cagarme la vida a mí o a otros afectados por ese arrebato de verdad.
Para el caso, ya que nos podemos tutear, hablemos de una revolución (si, es una locura plantear la cosa así, como si la palabra revolución pudiera describir todo lo que una revolución implica).
Con qué grado de certeza puedo yo determinar a quién tengo que neutralizar y con qué métodos?
Digo, citándome, hago una lista con los 30 tipos que habría que matar para hacer del mundo, el país, el barrio, un lugar mejor... vos tenés certezas de que eso es así? No sólo de que sean esos 30 y no otros sino de que sea matándolos la forma de hacer mejor al mundo, el país, el barrio.

La duda, en muchos casos, nos puede ayudar a evitar embarcarnos en una locura, a falta de grandes proyectos de una sociedad mejor.
Habiendo fracasado la planificación centralizada, y pudiendo dudar de las ventajas de un sistema de mercado libre (que por otra parte tiene muy poco de libre y muy poco de mercado, si nos atenemos a la academia) habría que preguntarse si es a fuerza de pólvora que vamos a contribuir con que la gente sufra menos.
Permitime el beneficio de la duda, porque no sé si va por ahí la solución.

En cuanto a la violencia de "el sistema" a los oprimidos, corre una lógica similar. A quién tiene que boletear el tipo que vive postergado durante años para estar mejor? A quién tienen que partirle la cabeza de un botellazo los pibes de 12 al que les reventaron al padre por robar un supermercado?
Hablarles de "el sistema" a ellos y como ejerce su violencia es un poco mucho. La violencia para ellos es más concreta, se llama puntero político (contradictoriamente, su benefactor), se llama rati. Ahora, vos decís que con esa certeza estamos en condiciones de mandarlos a quemar una comisaría o una unidad básica?
Digo, la respuesta de "el sistema" en todo caso, será doblar la apuesta y ponernos en un lugar peor del cual habíamos empezado (creo).
Con lo cual, dudo otra vez.

Todo esto igual no se agota ni en pedo acá. Consecuencias elementales como qué hacer con los "parientes y amigos" de las víctimas de la revolución (los matamos también, van en cana, los adoctrinamos?), quién maneja y quién controla los flujos de información para decidir cuál es la acción a seguir (y quién elige y cómo) y algunas otras cuestiones menores, suponiendo que pudimos ponernos de acuerdo sobre "qué hacer" y no tenemos dudas al respecto.

La dialéctica es muy simpática, si, pero nos puede enterrar hasta el cuello dependiendo cómo la usemos. La última transformación será de materia orgánica a inorgánica... lo que pase en el medio, eso que llamamos vida, cada uno lo gasta a piaccere, el tema es qué hacemos, cómo nos afecta y cómo afecta al resto. No sea cosa de meter a unos cuantos en un quilombo porque la dialéctica indica que doblando a la izquierda salíamos de la duda y terminamos todos en un callejón sin salida.

Niño Barroco dijo...

Y sobre dudar de la ciencia... es un tema de ídentidades.
Si la ciencia es ciencia en tanto es puesta en marcha por sujetos llamados científicos (o sea, ciencia viva, no la de los libros que si nadie la pone en movimiento, es muerta), si, dudo de la ciencia. Dudo de la ciencia como dudo de la religión, para el caso. De sacerdotes y de científicos con agendas, financistas y estructuras que responden a algo más que la búsquedad de la verdad.
En abstracto, ambas tienen objetivos nobles, una busca la verdad con un método y la otra nos calma la ansiedad del espíritu (si algo así existe) frente a tanta duda y tanto vacío.
Ahora, puestas en movimiento, ambas pueden ser imperfectamente eso o herramientas de control social.
Con lo cual, permitime dudar.
No porque desconfíe del método científico, que no por imperfecto es malo. Sino porque el método se volvió el todo, y hoy, con un titular que dice "científicos afirman que..." la ciencia no deja de hacer el ridículo presentando conclusiones insólitas validadas con 900 casos en alguna universidad perdida de USA o Europa.
Así que sí, vale dudar un poco ahí también.

Almirante Margarito dijo...

Le faltó citar a uno que dijo aquello de "La duda es una jactancia de los intelectuales" y hacíamos bingo.

Dante ("La hiena que ríe entre la tumbas") también pensaba como ud. Según él a los acidiosos no los quiere ni dios ni el demonio. A mí, en cambio, me caen bien.

Ver el canto III, en el que se habla de aquellos "che visser sanza infamia e sanza lodo".

Haga ud. como Virgilio, querido Jack, que dice:
"non ragionam di lor, ma guarda e passa". Bueno, no todos están a la altura de ese silencio...

Severian dijo...

Sino porque el método se volvió el todo, y hoy, con un titular que dice "científicos afirman que..." la ciencia no deja de hacer el ridículo presentando conclusiones insólitas validadas con 900 casos en alguna universidad perdida de USA o Europa.

Hay que tener mérito para pifiar casi siempre el punto... lo felicito. De lo que tendría que dudar es de los comunicadores que hacen de algun hecho científico trivial y viejo, un titular de doble página (no fue ridiculo "desplanetar" a Pluton, sino que los medios hicieran de ello una noticia...). Y tendria que pensar cuantas verdaderas noticias se encubren con ello.

Jack Celliers dijo...

Margarito: Ay. Ay.

Yo... yo me esperaba la frasecita del imbécil ¿sabe? Me la esperaba, que algún socialdemócrata ganso, algún gaznápiro de esos que no interpreta lo que lee y que se apresura a leer lo que quiere en lugar de lo que está escrito.

Pero de Ud. no. Fuera de joda.

Si se tomara el trabajo de interpretar el texto entendería que yo no soy amigo de las dudas ni tampoco de las certezas, como el invencible travestido golpista. Ni las dudas ni las certezas significan nada por sí mismas, así que elogiar las unas es tan ridículo como elogiar las otras per se.

Pero bueno, quiero pensar que Ud. estaba tan apurado por mencionar a Virgilio y castigar a los lectores con latinajos que mandó nomás lo suyo. Ta bien. Que le aproveche.

Jack Celliers dijo...

Severian: estamos preparando una soirée bloggeril con gente amiga de pensar (si se me perdona la frase horrísona). ¿Le interesa participar? Mande mail, que Ud. es inhallable.

Anónimo dijo...

no soy un apóstol de la duda, ni de nada, pero cuando su inteligencia es escasa, abomino ESPECIALMENTE de los convencidos -mucho más, estoy seguro, que de los que son a la vez tarados y dubitativos. en cambio, los convencidos inteligentes, cuando además son vehementes, pueden ser muy divertidos. por ejemplo, tengo un amigo algo facho, homófobo y políticamente incorrecto, que es muy convencido, pero muy inteligente y hasta teatral y vociferante de sus ideas. sus amigos suelen ser de izquierda y suelen festejar ese personaje, que el tipo obviamente exagera...

aparte de eso, estoy casi de acuerdo con todo lo con planteás en tu post. saludos, pirata.

Niño Barroco dijo...

Severian, que cuelgue un hilito de mi pulover no significa que no sea lindo y que abrigue...
Mi punto no se invalida por no incluir a los comunicadores.
De hecho, el problema no es que sea noticia. El problema es que una universidad financie eso, que eso forme parte de una tesis, que haya tutores, comisiones y demás estructuras burocráticas al servicio de una interminable serie de estudios pelotudísimos para demostrar no sé qué.
De quién es el laburo de separar la paja del trigo en la ciencia? De quiénes la llevan a delante, de quienes la piensan como una actividad que consumen (digamos los epistemólogos o reflexionadores) o de nadie y la ciencia también es la teoría relatividad junto con la propensión de los comedores de chocolate a tener más erecciones?

Se puede dudar entonces en ese caso o tampoco?

Anónimo dijo...

escribí "con todo lo con" y obviamente quise decir "con todo lo que".

Almirante Margarito dijo...

Che, viejo, pero ud. no se banca una joda, eh... ¡Qué carácter, madrecita! Tampoco fue tan grave, no se ponga tan antipático, muchacho.

Almirante Margarito dijo...

Tiene paciencia para debatir por horas con cada enegúmeno y conmigo la pierde en dos minutos... No sea así... Algunos juzgarán que tengo mérito, pero de verdad yo no pienso de ese modo.

Jack Celliers dijo...

Margarito: Ud. toma por mal carácter lo que es simplemente puntillosidad. Si quiere hacer bromas, hágalas, pero que sean exactas ¿Se entiende? Bromee todo lo que guste pero demuestre entender. Sea bueno.

Y ya que no se dio cuenta y que insiste, permítame que le haga ver ese candoroso entusiasmo suyo que le hace mezclar a Virgilio con Dante y por poco hacerles cantar juntos la marchita.

Ah! Ese entusiasmo erudito tan suyo! Haga como el autor del Himno Nacional, Francisco Lomuto, que compuso la banda sonora de La Naranja Mecánica junto a Tonino Carotone, un día juntos dijeron: "La vieja ve los colore!!".

Saludiños.

PD: El patinazo no lo descubrí yo, nobleza obliga, sino uno de los energúmenos esos con los que debato que me cedió el honor de señalárselo (en realidad ninguno de los dos nos animábamos, es que Ud. intimida un poco ¿Y si Virgilio era nomás Virgilio Expósito? mmmhhh qué nerrrrvios)

Almirante Margarito dijo...

¿Qué patinazo? No salte así tan entusiasmado. Recuerde que el guía de Dante en el infierno es Virgilio. Todas las citas son del canto III del Inferno. El Virgilio que dice la segunda frase citada es el Virgilio personaje, no el autor. Todas las citas son de Dante. Y dicho sea de paso, no se trata de "latinajos" sin de dialecto toscano (se la había dejado pasar, pero ud. se pone así...) Sin embargo sí hay un error, creo, en la cita del comienzo (la de "la hiena etc."), pero bueno, puede pasar. Le juro que no lo entiendo. Parece Nadal, que festeja los errores ajenos (aunque en este caso no lo hubo). Cálmese un poco, quiere?

Almirante Margarito dijo...

Encima equivocarse por boca de ganso energúmeno... ¿Qué le pasa???

Almirante Margarito dijo...

El error al que me refiero es este: Nietzsche se refirió a Dante como "la hiena que VERSIFICA entre las tumbas", y yo escribí "que ríe". Considere que la memoria nos puede engañar, yo no creo que eso califique como patinazo, che.

Bueno, demasiado, no lo jodo más.

Jack Celliers dijo...

Niño:

Lo que admiro de vos es esa cualidad autista, cibernética diría. Yo estoy seguro de que vos no sos un ser humano. Sos un robot, negro. Con vos lo que se necesita no es un razonamiento sino simplemente un experto en microinformática (Peste?) que arregle tu interfase con el disco duro ya que aparentemente no almacenás el menor conocimiento y una vez que reseteás volvés a repetir el ciclo puntual: mismo planteo, mismas deficiencias, mismas debilidades, mismas falacias. Se te demustra desde todos los ángulos posibles que estas equivocado, y vos vuelta a lo mismo: repetición exacta, puntual, casi palabra por palabra. Sospecho que tu pensamiento es un copy/paste.

Te contesto (va la vez número 1003)con un sólo simple planteo:

Kosteki y Santillán no tenían un arma para defenderse de los canas que los mataron. Si la hubieran tenido, y la hubieran usado, y hubieran matado ellos a los canas la historia sería otra. Si me preguntás a mí cuál de las dos historias sería para mí más deseable, yo no lo dudo, y lo afirmo con toda certeza: prefiero la vida de Kosteki y Santillán a la de los hijos de puta que los mataron.

- Pero... ¿vos tenés la certeza de que...?

Sí, tengo la certeza.

Salud.

Jack Celliers dijo...

Margarito: Bueno, ta, no es Virgilio realmente sino lo que Dante le hace decir. Y precisamente por eso me sonaba raro Virgilio hablando una lengua que más bien le debía resultar dificultosa, con lo que precisamente (tiene razón, tiene razón...) no son latinajos aunque en boca de Virgilio deberían serlo.

¿No me entiende? Me equivoco, como cualquiera, maestro. Tenía ganas de jorobarlo un rato pero tiene razón: es Virgilio aunque sea Dante. Oigan todos! Tiene razón él!

Ya?

Además, no entiendo por qué debería no hablar de ellos sino verlos pasar. En tal caso no debería ni mirar. Me parece que observar ya es ejecutar un monólogo silencioso.

Jack Celliers dijo...

Bah. En realidad le tengo que pedir disculpas, Almirante. No le estoy dando la debida pelota a lo que escribe y en este caso sí tendría que haberlo hecho, aunque sea por cortesía ya que la cita es interesante.

La 1:30 en Bucarest, navegando por internet, pispeando mi cuenta de email e intentando cuadrar unas putas cifras. Le contesté de refilón y el error es enteramente mío y de nadie más. La próxima le doy la bola que se merece (sin ironía) antes de ponerme a escribir huevadas. No se chive, plis.

Salute.

Niño Barroco dijo...

Uf, cómo venimos che...
No, no es un tema de robótica lo mío. Ya te lo comenté en su momento. Es como un pendejo inquieto que hace preguntas molestas. O como un adulto que le cuesta mucha comprar una idea general que abarque todo y prueba caso por caso la teoría de los tipos que parece que saben más que él. Igual, tengo algunos problemitas mnemotécnicos, pero siempre puedo volver a discutir hasta que el rígido quede físicamente surcado.

Mano a Mano K/S vs. Fanchiotti y sus asesinos, calculo que no es el mejor ejemplo de duda versus certeza. O sea, fiel a tu técnica, llevás la situación a un extremo. Lo que creo es que las situaciones extremas no son la regla o la media (a menos que estemos en un estado pre-revolucionario y lo que tengamos son diferentes lecturas de lo que está pasando y nosotros 2 somos unos desubicados que nos la pasamos discutiendo en un blog en lugar de armar las barricadas).
La pregunta elemental es, qué hace el resto de los compañeros de "clase" de K/S (por llamarlos de alguna manera), qué hacemos nosotros, que no estamos en este momento aquí y ahora con un arma apuntándonos (creo). O sea, tu nivel de certeza dice que mientras ellos toman comisarías y UBs nosotros ahorcamos al presidente de Repsol? Ese es el camino?
Yo admiro tu certeza entonces. Arranquen que yo en un rato los alcanzo...

Niño Barroco dijo...
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Niño Barroco dijo...
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Niño Barroco dijo...
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Jack Celliers dijo...

Tuve que borrar algunos comentarios de Niño Barroco porque - para que no lo tildaran de repetitivo, posteó lo mismo 9 veces.

Severian dijo...

Niño: lindo pullover. Igual la pifia de vuelta, y como le señala Jack, repitiendo el argumento.

el problema no es que sea noticia. El problema es que una universidad financie eso

¿No ve? No entendio un joraca. Ninguna universidad financia investigaciones sobre las propiedades erectiles del chocolate. Una investigación sobre la "transcripcion endocrínica de la tiotimolina resublimada" (o algún trabalenguas parecido) sirvió para probar algo muy importante en el campo de la bioquímica (qué se yo, digamos que "el ADN tiene propiedades retroquimicas isomorfas" o cosa del genere). Se arma revuelo en la comunidad bioquímica, los investigadores envueltos se vuelven personajes importantes y viajan y dan seminarios en todas partes. Entonces, algún "periodista científico" se entera de que "algo pasa", se acerca a un amigo bioquímico (que en le mejor de los casos trabaja en análisis clínicos, y en el peor es algun burócrata encumbrado de alguna universidad de segunda) y le pregunta "¿loco, que tanto revuelo con la tiotimolina?". El interpelado, que no entiende demasiado del caso, intenta explicarle con poco background y menos capacidad pedagógica el significado de "timolina". Cuando termina, el periodista lo está mirando con cara de rey de bastos "si, si, pero algo mas concreto, que se yo, algo mas vendible". Ante ese muro, el pobre burócrata de universidad berreta dice "bueno, una vez oi que un tipo con impotencia se consolaba comiendo chocolate... y el cacao contiene tiotimolina y..." y ahi tiene Ud su titular.

Si lo entendió, por favor no rebootee por un rato (o haga un backup antes).

...de estudios pelotudísimos para demostrar no sé qué.

Ese es el problema. "No saber qué", y no hacer el esfuerzo por saberlo. Y hacer una doble página de eso...

Severian dijo...

Jack: seguro me interesa. severianus@gmail.com

Niño Barroco dijo...

Estamos hablando de métodos distintos Severian. Ud. habla del descubrimiento de la propiedad de algo y yo hablo de esos famosos estudios de 1000 casos en alguna unviersidad perdida en el primer mundo...
No soy tan boludo como para no imaginarme el mecanismo de brutalización de un descubrimiento científico hasta llegar a ser noticia, pero así y todo, la ciencia, en tanto actividad humana, está sometida a las mismas miserias de la especie y a las lógicas de sujetos con más o menos escrúpulos.
No por eso me voy a poner a discutir que está mal validar una hipótesis con la evidencia registrada hasta el momento probándola. Pero teniendo en cuenta que la validan personas (con toda la dimensión que la idea de personas implica) me permito dudar de la ciencia.
No me corra con la certeza...

Almirante Margarito dijo...

Está todo bien, Jack. En parte la culpa es mía por haber arrancado con el chascarrillo de "la duda es la jactancia etc.", de hecho su post me parece muy interesante, y también lo que dice respecto de la mirada silenciosa.
Me complace que encuentre ud. la cita interesante. El canto III fue en lo primero que pensé cuando leí su post. En él se da una cosa curiosa, porque allí coloca Dante a Celestino V, que para la iglesia es santo. Dante lo condena porque con su renuncia al papado permite el acceso de Bonifacio VIII (Sus lectores católicos seguro conocen el dato).
Bueno, otra vez caballeros, como debe ser. Saludos.

Jack Celliers dijo...

Pero Niñito querido, no es "un extremo", se trata de la opresión, no de "un extremo". El estado de cosas que lleva a la gente a protestar, a reclamar, a insistir, y que en un momento deriva en violencia. La historia de la humanidad está llena de eso.

Claro que la gente no está todo el tiempo cagándose a tiros (bueno, no al mismo tiempo en todo el planeta ¿no?) sino que las situaciones de conflicto van creciendo hasta estallar. Uno no va a decirle a la gente "Ehhh!! a romper todo y a matarlos a todos boloooo!", pero cuando la gente que está jodida se organiza y lucha, y cuando a esa gente la masacran (y eso es puntualmente lo que ocurre ciclicamente pese a tus eternas dudas), bueno, uno dice simplemente que tienen derecho a defenderse.

Y vos: "ehhhh! pero eso es un extremo", bueno, estamos hablando de la violencia, que precisamente es un extremo de la lucha. Es exactamente el tema que abordaste vos, viejo ¿qué querés?

Niño Barroco dijo...

Qué quiero? uh... esa pregunta sí que es loca...
Imagino la posibilidad de hipotetizar sobre la generación de cambios (o por lo menos la marcha hacia un estado de las cosas donde nadie se vaya a dormir sin morfar un par de veces mínimo, con acceso a educación, etc.).
Esos cambios, de puro desubicado que soy (y a contramarcha de la historia o de buena parte de experiencias, lo sé) los pienso sin violencia física, social o psicológica incluso.
No creo que haya que caer necesariamente en la reivindicacion de la violencia como método (lo que no implica no entenderla o censurarlacuando es autodefensa). Dudo incluso de su efectividad y me cuestiono sobre otros caminos y la posibilidad de que esas opciones se sostengan, qué hacer con el poder (simbólico y real) y otras tantas cosas.
Si, soy un progre incurable y doy asco, pero bueno, el marxismo me queda grande y la lucha armada no me termina de cerrar como herramienta de cambio.

Severian dijo...

Estamos hablando de métodos distintos Severian. Ud. habla del descubrimiento de la propiedad de algo y yo hablo de esos famosos estudios de 1000 casos en alguna unviersidad perdida en el primer mundo...

Es que son lo mismo. ¿Se acuerda de la teleportación de un electrón a través de no se que río europeo, hace unos meses? Fué noticia en todos los medios (con infaltables imagenes del señor Spock). Pero nada tenía que ver con la teleportación de la ciencia ficción. El hecho de que, para hacer un chiste, se haya puesto ese nombre al tipo de experimento al que se refería la noticia, parece haber creado en los periodistas la idea de que el próximo viaje a Europa lo harían montados en una onda de radio...

Le cuento esto para insistir en que esos famosos estudios con mil casos, en general no son tales ni sacan las conclusiones que los informadores les atribuyen. Esas noticias son simplemente el lejano eco de algo muy vagamente relacionado, que hizo el sufiente ruido en la comunidad académica como para llamar la atención de algun periodista.

Pero teniendo en cuenta que la validan personas (con toda la dimensión que la idea de personas implica) me permito dudar de la ciencia.

Sus dudas están motivadas en que "la ciencia es aquello hecho por los científicos" y "los cientificos son simples seres humanos"... bueno... ud. se equivoca en la primera parte de la ecuación.

La ciencia es la "adquisición de conocimiento por métodos racionales y reproducibles" y la comunidad científica es aquella que practica esos métodos. Si algún proceso sociológico la lleva a alejarse de ello, quienes dejan de ser confiables son los participantes de tal proceso, no el método mismo.

Entonces, que desconfíe de los hombres lo puede llevar a desconfiar de aquellos hombres que son científicos y que NO siguen métodos racionales y reproducibles, pero no de la validez de la razón y del experimento.

(un lindo ejemplo de su error son algunos economistas que razonan segun: la economia es una ciencia (cierto), nosotros somos economistas (cierto), luego nosotros somos cientificos (falso). Solo son cientificos aquellos economistas que razonan basados en datos y experiencia registrada y reproducible. Los demás (que parlotean basados en ideología y conveniencia) son simples chantas....)

Jack Celliers dijo...

Severian: Impecable.

La confusión semántica de Niño Barroco es muy importante. Lo que Niño Barroco quiere decir (si puedo arriesgar, corríjame NB si pifio) es que de todos modos toda actividad humana es falible, por más que el ente ideal "ciencia" no lo sea por ser eso: un ideal.

Y la triste noticia, estimado querubín, es que sí: vivimos en un mundo falible, somos criaturas falibles. Si su solución es simplemente rechazar toda humana actividad porque "podría ser incorrecta", si ante cualquier cosa que se diga o haga Ud - en lugar de aplicar el falible y trabajoso juicio crítico - va a decir: "yo dudo de que sea verdaderamente así", entonces su alernativa es la parálisis.

El problema de que Ud. diga "dudo de la ciencia" es que eso logra poner a toda la actividad científica bajo el mismo signo de interrogación, con la consiguiente triste equiparación del científico serio y honesto con el chanta y mediático. "Todos son falibles!" es su inapelable sentencia. Pero esa sentencia no es producto de una observación rigurosa que le permita discernir la paja del trigo, sino de una simple ojeada, no demasiado esforzada ni precisa.

El problema no es la duda en sí misma. Hay dudas que permanecen luego de arduos análisis, y esas son las que valen la pena. Y hay dudas que son simplemente fruto del no pensar demasiado ni romperse la cabecita para discernir lo que tiene fundamento de lo que no lo tiene, y esas son las pedantes y posmodernas. De las certezas se puede decir exactamente lo mismo.

Anónimo dijo...

Detrás de todo elogio a la duda hay una necesidad imperiosa de certeza. Dudar es inevitable, pero de ningún modo es inevitable quedarse pasmado ante ella.

Niño Barroco dice que: "Hay tanto filtro entre la verdad, si es que algo así existe y si existe, si es que puede ser alcanzada, que siceramente, prefiero meditar (si querés evitar la palabreja duda) mucho antes de llevar adelante algún tipo de acción que ponga en juego 2 principios básicos:
- hacerme cargo de lo que hago
- no joder al otro."

Lo que está reclamdo a gritos es certeza.

Una acción que ponga en juego dos principios básicos: hacernos cargo y no joder al otro.

Malas noticias, todas nuestras acciones tienen consecuencias (las hallamos meditado o no) y de todas nos tendríamos que hacer cargo. Así funciona un principio. En mi barrio le dice cagaso a lo contrario.

No joder a otro implica sostener que todas las acciones que tienen consecuencias pueden no afectar a los demás, implica desconocer que nadie puede salvarse solo. Representa lo peor del individualismo contemporáneo: No me jodan que yo no los jodo. Las relaciones sociales que vertebran toda nuestra vida brillan por su ausencia.

Lo curioso es que vamos por la vida manejándonos con certezas todo el tiempo sin meditar en ellas. En la antigüedad los barcos también llegaban a destino a pesar de que se creía que la tierra era plana.

Sin embargo, a pesar de que a través del elogio de la duda lo que se hace es reclamar certezas también es una medida defensiva ante ellas.

Porque la certeza, la verdad (las uso como sinónimos) exige, compromete.

Entonces, podremos ser consecuentes con la verdad o podremos ser cínicos (en los dos casos seremos honestos) pero no podremos hacernos los tontos.

Lo del Niño Barroco es bien de neurótico, querer la verdad pero a su vez rechazarla por temor a las consecuencias. Lo que implica, precisamente, no hacerse cargo.

Anónimo dijo...

Hay dos tipos de duda, lo caracterizaba Bertold Brecht en su Elogio de la duda: la duda que lleva a tomar una decisión o la duda que lleva a la inactividad y a aleja de la decisión. La primera, creo que es positiva, sana. La segunda es negativa.

http://carlosjaviergalan.blogspot.com/2008/04/elogio-de-la-duda.html