4.9.06

Tres arqueros (cuento chino)



El Emperador Foo Kyu necesitaba un arquero, el mejor que hubiera tras la Gran Muralla, para cuidar de su persona y del Celeste Imperio.

Llegaron tres candidatos: el Arquero Rojo, el Arquero Negro y el Arquero Blanco que se postraron ante el Emperador y Foo Kyu les habló así:

- Escuchadme con atención, oh insectos molestos. Necesito que me hagáis una demostración de las habilidades que os hacen los mejores arqueros del Celeste Imperio. Pero lo que quiero no es simplemente una demostración práctica sino que además deseo me expliquen: por qué tiran como tiran, qué técnica utilizan y el fundamento de las acciones que desarrollan ¿Capito?

- Sí majestad. Nosotros, despreciables gusanos del barro, haremos exactamente lo que dices - dijeron a coro.

Una vez en el campo de tiro, se adelantó el primer participante.

El Arquero Rojo se preparó. Con un fluido movimiento de su brazo extrajo una flecha y la insertó en la cuerda. Sin detenerse y sin temblar en lo más mínimo sus músculos tensaron el arco y luego de una breve pausa sus dedos se abrieron repentinamente. El disparo fue recto, preciso y lineal. Blanco perfecto.

Los cortesanos se reunieron ante la flecha clavada en el centro puntual de la diana poniendo esas caras de asombro que saben poner los chinos (ojos abiertos que casi parecen occidentales, boca haciendo una "O", repetidos asentimientos de cabeza e inclinaciónes del tronco mirándose alternativamente entre ellos). Pero el Emperador, sin dejarse impresionar, se dirigió fríamente al Arquero Rojo y le habló así:

- Sin duda ha sido un buen tiro, pero yo quiero saber qué es lo que lo ha hecho un buen tiro, y quiero que lo expliques sin dudar.

El Arquero Rojo replicó respetuosamente:

- Hijo del Jade, he puesto mi vil persona a estudiar y entrenar durante toda mi vida en esta técnica: la posición del arco, las sutiles variaciones de ángulo, el trabajo sobre los movimientos una y otra vez hasta alcanzar el punto de máxima eficiencia en mi postura y la posición de mis miembros. También he estudiado los materiales que componen la cuerda, el arco y la flecha y sus propiedades como resistencia, tensión y nobleza. Yo, mísero gil de goma, he analizado los factores que influyen en la trayectoria como el viento y la presión. He estudiado arduamente física y geometría para dar con los modelos adecuados y los he sometido a riguroso examen probando una y otra vez, corrigiendo los defectos y volviendo a probar.

Luego de una pausa prosiguió:

- Mi camino no está sin embargo completo y jamás lo estará dado que soy un mero ser humano, un minúsculo ente que apenas supera el rango ínfimo de los dolobus. Sé que nunca alcanzaré la perfección, pero la perseguiré siempre. Apuntar, tirar y clavar son partes armónicas de un todo que se prefeccionará hasta el fin de los tiempos, cuando de mí no quede ni la camiseta.

El Emperador Foo Kyu lo miró fijamente unos segundos, inmutable, y luego aplaudió dos veces enérgicamente.

- ¡El siguiente!

El Arquero Negro caminó hasta el lugar de tiro. Sacó su flecha sin demasiada ceremonia, pero con decisión. Sorpresivamente desechó el arco y comenzó a caminar hacia la diana. Una vez situado a pocos centímetros de ella, alzó la flecha con su puño y la clavó decididamente, aunque aún así no logró hacer realmente centro.

Ante los cortesanos patidifusos, el Emperador interrogó al Arquero Negro:

- ¿Me puedes explicar qué has hecho?

- Puedo, oh Hijo del Cielo - indicó con los ojos bajos pero con seguridad el Arquero Negro - Acabo de clavar la flecha en la diana. Sin necesidad de los tortuosos métodos del Arquero Rojo, mi método consiste en ignorar enteramente las fatigantes estupideces con las que mi predecesor te ha aburrido. Hay que clavar una flecha y clavada está. Eso has pedido y eso te he dado, junto con mi sencilla y directa explicación.

- Pero no has dado en el blanco - replicó el Emperador.

- Es mi predecesor quien no ha dado en el blanco - replicó inmutable el Arquero Negro. - El blanco se encuentra precisamente donde yo he querido clavar la flecha. Lo que marque la diana es irrelevante: no tengo la menor necesidad de probar que soy capaz de dar en un blanco cuya ubicación puedo determinar yo mismo aludiendo a razones de orden superior. Por eso apuntar la flecha es superfluo y tirar también. Apuntar es absurdo. Tirar es absurdo. Lo importante es clavar la flecha, poco importa cómo o dónde.

El Emperador no dijo nada, pero algunos cortesanos creyeron entrever una imperceptible sonrisa en la comisura de Foo Kyu. Nuevamente hizo sonar sus palmas.

El Arquero Blanco se presentó en el lugar de tiro. Sacó cuidadosamente la flecha y apuntó.

Se mantuvo en la posición unos segundos y luego, al parecer insatisfecho, corrigió su postura. Luego de unos segundos volvió a apuntar. Tampoco esta vez pareció satisfecho. Apuntó nuevamente.

Pasó un minuto y el Arquero Blanco seguía apuntando. Cambiaba el arco de posición, incluso de manos, y variaba su forma de pararse pero no se decidía a tirar.

Pasaron tres minutos.

Pasó media hora.

Con los cortesanos medio dormidos, Foo Kyu se dirigió al Arquero Blanco preguntándole cuándo tenía pensado tirar. El Arquero Blanco miró al Emperador con gran sorpresa:

- Sublime Alteza, no tengo ninguna intención de tirar.

- Pero si no piensas tirar ¿para qué apuntas?

- Majestad - dijo el Arquero Blanco sin asomo de turbación - mis predecesores son idénticos en su ridículo afán de clavar una flecha, minúsculo objetivo equiparable a las más inocuas forradas. En un sitio o en otro, de una manera o de otra ambos son vulgares clavadores de flechas. Yo me dedico a la sublime e incomparable tarea de apuntar. Apuntar perpetuamente. Lo que marque la diana es irrelevante: no tengo la menor necesidad de probar que soy capaz de dar en un blanco cuya ubicación será por otra parte eternamente discutible. Por eso tirar la flecha es superfluo y clavarla también. Tirar es absurdo. Clavar es absurdo. Lo importante es apuntar, poco importa para qué.

Otra vez Foo Kyu no dijo nada, pero por algún motivo parecia levemente complacido.

Al día siguiente los tres arqueros se presentaron ante el Emperador y oyeron lo siguiente:

- Os he visto y os he escuchado. Ahora debo decidir de acuerdo a vuestras habilidades qué haré con vosotros.

Foo Kyu se dirigió al Arquero Negro:

- Arquero Negro, tienes brillantes cualidades. Si bien como arquero no podría emplearte contra mis enemigos a riesgo de que me transformen en brochette, me eres indispensable en un puesto capital. Serás Sumo Sacerdote de la Iglesia Unica y Posta y aplicarás tu recta filosofía para instruir al vulgo indocto acerca de cuál es la Verdad y cómo llegar a ella.

Se dirigió al Arquero Blanco:

- Arquero Blanco, tienes brillantes cualidades. Si pretendiera emplear tus habilidades de arquero para defender mi persona sin duda terminaría con más agujeros que el presupuesto del Estado, pero en cambio me eres indispensable en un puesto capital. Serás Ministro de Cultura y Posmodernismo Aplicado y dedicarás tus afanes a enseñar a las masas el camino para devenir un intelectual reconocido en los medios.

Por último se dirigió al Arquero Rojo:

- Tu, infame criatura, rastrera sabandija, guachijodepú; eres más peligroso que un perro rabioso. Tu disolvente filosofía es un peligro para cualquiera que se acerque a tí, y tus torcidas doctrinas deben permanecer alejadas de la feliz masa del pueblo. Te irás a la última torre de la Gran Muralla a disparar flechas, pero antes te haré cortar la lengua para evitar que tus ponzoñosas ideas contaminen siquiera el viento que sobrevuela tu irreverente cabeza.

Y dicho esto se retiró a sus aposentos a continuar con su reinado, que fue muy largo y muy feliz. Para él, claro.

22 comentarios:

Almirante Margarito dijo...

"Could you try not aiming so much?"

Milkus Maximus dijo...

Aún como practicante de kung-fu choy-ly-fat y de yang tai-chi-chuan, se me escapa totalmente la sutil metáfora de tan exquisita elucubración.
Agradecería a tan honorable relator, me ilumine con su celeste sabiduría provenientes de su cuasi-imperial soviética doctrina, a mí, incivil descendiente de la tribu de arqueros negros, cuyo afán favorito consiste en la armoniosa delectación de los mitos que sobre nosotros gustan crear algún que otro arcabucero (que ignoran ominosamente el arte de la arquería, seducidos ellos,por la innoble y facilona tarea de tirar su gatillo).
Si no me ayuda, tal vez me vuelva chino tratando de auscultar su sentido.

Jack Celliers dijo...

Margarito y Milko! Jo jo jo!! Justo los dos arqu... digo, los dos minist... digo... que casualidad!

No pense que el post iba a funcionar tan bien! Los dos primeros ladrillazos vienen de donde estaba previsto. Muy divertido! Como se pone la gente por un simple cuentito, che...

Margarito: No aim, no fun. Not aiming (so much) would result in not having you around, always telling me the do's and dont's. I could not afford such a thing.

Milkus: Bueno, intentare encontrarle una explicacion, alguna se me ocurrira...

Anónimo dijo...

Sí, sí, todo muy lindo, las sutilezas del adoctrinamiento por medio de parábolas...
Lo único que me parece incomprensible es que el Arquero Rojo (otra sutileza) quiera poner sus dotes de eximio arquero al servicio de Foo Kyu, en lugar de mantenerse bien alejado del Palacio Imperial, reuniendo un grupo de amigotes para quizás hasta intentar combatir contra el Ejército Imperial en lugar de defenderlo.
Con respecto al Arquero Negro, 'touché', hay mucha tela para cortar por ahí. Lo mismo respecto al Arquero "Posm.." eeehh Blanco...
Muy bueno che, voy a ver si después la sigo.
Aaaaa, una pregunta que seguro ya te hicieron: lo de Jack Celliers es por la película 'Furyo'? Perdón por la ignorancia.
Saluti
Cacho

Niño Barroco dijo...

Me encantó. En serio.
Igual, estaba esperando que un arquero al momento de tirar, gire 90 grados y le de al emperador.

Almirante Margarito dijo...

Disculpe, Jack, yo creí que ud. entendía inglés.
Yo, en cambio, ni español. ¿De modo que soy de nuevo protagonista de una de sus parábolas? Yo creo que a esta altura un poco me quiere, o al menos a esa máscara tan cómoda que ud. ha construido tan laboriosamente. Ah, si me conociera se decepcionaría tanto...
Igual, qué bueno que se divierta un poco, ud. que siempre está tan enojado.
No había en mi comentario animosidad alguna, pero me parece que ud. ya ni registra... En fin... ¡Cálmese, Mastronardi! Ya parece el emperador o los milicos, que si no se contruyen un enemigo pierden su razón de ser. Piénselo ya que tanto le gusta pensar. O lea a Plauto.

Jack Celliers dijo...

Anónimo: Adoctrinamiento.... ehhhhhhhhhh!! ¿No es un poco mucho?

Niño Barroco: Muchachos, es un simple arquero. Si lo hubiera hecho liderar la revolución ¿qué me hubieran dicho? Bolche petardero, vamos, sinceridad.

Migaly: Se olvidó de reemplazar las eres por eles.

Margarillo: No hablo inglés. Por eso me rajaron del laburo, pero yo me quedo igual porque aún no he comprendido el telegrama.

¿Debo notar que ahora mencionó a Plauto? Le agradezco que no deje pasar un comment sin ilustrarme sobre algo. Yo soy incapaz de exhibiciones eruditas no solicitadas... claro que no es buen gusto sino ignorancia perfecta.

Ahora en serio: si me equivoqué ¿qué importancia tiene? Perdonemé y listo ¿Le cuesta tanto?

Le gasté una broma sobre sus sugerencias de estilo ¿Tiene que contestarme obsequiándome con la delicadeza de compararme con los milicos? ¿Era para tanto?

Digo, ¿Quién registra menos de los dos? ¿Y si lo piensa Ud. también?

Almirante Margarito dijo...

"Yo soy incapaz de exhibiciones eruditas no solicitadas..." mmm... "creételo y salí a contarlo" decía mi abuela. Entre gitanos no nos vamos a adivinar la suerte, che.

Lo de Plauto era una manera delicada de referirme al "Miles gloriosus", es decir, eso de "milico"... total, puestos a decir pavadas...

¿Qué quiere? Yo hago un comment amable y ud. sale con esa risotada. Discúlpeme, me pareció un poco desmesurado. No entendí qué era lo que había hecho esta vez para recibir de nuevo su trato despectivo. Ud. me desconcierta. Se lo juro... y encima me achaca otra vez eso de los posmodernos que, le juro, no tiene idea de lo lejos que me pasa. pero bueh... le prometo que lo voy a pensar. Pero no se enfurezca más, sí? que ya me estoy empezando a asustar.

Jack Celliers dijo...

Bueno, Margarito. Me enfurezco con risotadas, (cosa bien difícil) sólo para darle la razón.

reuben dijo...

No está mal el cuento. Aunque hay versiones que dicen que a ese arquero le cortaron la lengua porque se la pasaba repitiendo formulitas y consignas, y los tenía a todos repodridos. Parece que hasta llegó a decir que la duda es un privilegio de los intelectuales (el arco y la flecha son para gente algo primitiva).

Jack Celliers dijo...

Anonimo: Si, es por Furyo (ahorrese los chistes con el teniente Yonoi, ya me los hicieron todos)

reuben: Exacto. A Einstein no hubiera venido mal hacerle lo mismo, se la pasaba repitiendo formulitas y consignas como un boludo.

reuben dijo...

¿Cuál Einstein, el que decía que Dios no juega a los dados con el universo? ¿era una arquero rojo?

Vicente Vega dijo...

Desde los confines de un principiante blogger que no tiene la menor idea de cómo llegó aquí te saludo.
Ahora sin tanta burocracia, me gustó lo que llegué a leer, interesante combinación de jergas.
Un saludo y voy a estar atento a este espacio

Peste dijo...

Jack, ay, Jack, que es lo que le pasa con el tio Alberto? Venga, digalo de frente.

Jack Celliers dijo...

Era un pesado, se la pasaba repitiendo formulitas, no entendía que la realidad es una construcción del lenguaje como todos sabemos, y ademáas ¿Sabe quién tiene la culpa de que se inventara la bomba atómica y que el proyecto de la Ilustración nos llevara a Auschwitz, eh?

Sí, adivinó: el tío Alberto.

Milkus Maximus dijo...

"la realidad es una construcción del lenguaje". Buenísimo!!! Desde Derrida a Chomsky, pasando por Foucault, ansían ya tenerlo entre sus filas.
"como todos sabemos" Esto no, ¿ve? esto ya es para aristotélicos conservadores y pincha globos como yo, a los que nos encanta andar a la caza de sofismas.

Jack Celliers dijo...

Milkus,en primer lugar espero que se haya dado cuenta de que mi comentario era irónico.

En segundo, le señalo un detalle: Foucault y Derrida han verseado mucho, pero no han sido los peores.

Y en tercero, acá sí Ud. se ha mandado una patinada espantosa: Chomsky jamás sostuvo semejante gansada y está radicalmente opuesto al relativismo cognitivo. Es más, le recomiendo leerlo, es muy ameno, preciso e interesante.

Peste dijo...

Bueno, Jack, viendo que esto se esta agotando, y en honor a don Alberto, permitame citar a Vladimir Arnold:

Las matemáticas son la parte de la física en la que los experimentos son baratos.

y recomendarle que lea una cronica en primera persona de otro sucio materialista, machista y subdito del Imperio, pero que si estuvo en Los Alamos, ¡y se lo tomaba en joda!

Ve? Somos incorregibles! Sobre todas nuestras demas lacras, insistimos en corromper a la juventud exponiendola a la influencia de los que nos llevaron a este callejon sin salida.

Milkus Maximus dijo...

Jack, Jack, no siempre se nota su tono irónico. Pero no me animo a corregirlo, dada cuenta que tampoco se nota el mío.
Respecto a Chomsky, le agradezco la delicadeza de "patinada espantosa". A semejante burrada yo le hubiese dado un nombre bastante más oneroso. Y sí, patiné, y en algo casi elemental ..... será la edad?

Anónimo dijo...

El gran problema con Jack es que la mayoría de sus comentarios, aun los fundados (que son los más), tienen esa onda tongue-in-cheek y I've-got-the-posta-y-vos-no, que pueden causar rechazo en algunas almas hipersensibles. No tanto la mía porque estoy un cachito curtido, pero otras quizás no tanto.

Soy mucho más lector que posteador acá porque a veces me da cosa ver cómo asan vuelta y vuelta a quienes osan contradecir al amo (que está en todo su derecho de vapulear, qué duda cabe). La otra actitud es ignorar olímpicamente un comment que a su supino criterio no amerita descender, precisamente, del Olimpo. Pa'colmo, escribe lindo y relojea de coté a quienes no esgrimen la pluma como él (que no son muchos, digamos).

Anyway, resulta simpática la pose, tomando la vieja expresión de Tom Wolfe, de radical chic que tiene Jack. Tan zurditamente libre en un mundo que evidentemente le tira de sisa.

Obviamente seguiré leyendo y participando cuando se me cante, pero creo que siempre volveré porque es uno de los pocos lugares donde uno puede encontrar a un admirador simultáneo de Bierce y de Wilde, no sólo literaria sino cojonísticamente. En realidad conozco a otro, es mi amigo Guillermo.

Lo de los arqueros estuvo muy bueno. Dicen que los arqueros zen invariablemente dan en el blanco, porque mentalmente no les cabe otra posibilidad (esto parece difícil de entender pero no lo es tanto). Usté es casi un arquero zen, Jack. Casi invariablemente da ahí, ahí justo. Sí, right there.

Prazer.

Roedor

Jack Celliers dijo...

Gracias... gracias... es como que lloro de la emocion!

Igual, con lo que no estoy de acuerdo es con que ignoro comments, es más, me han hecho notar que contesto en demasía.

El placer es mío.

PD: Pero che... soy tan asi en serio?

Anónimo dijo...

No, Usté no es así.

Así lo percibo yo.

Que no es lo mismo pero es igual, como decía un poeta pasado de moda.

Roedor