Tú, espigado guerrero moreno de hierática faz.
Tú, mágico maestro de los (muy) lentos movimientos, espirales interminables, maniobras que desconciertan al enemigo, al amigo, y a todos los que te contemplamos, desesperados en aullidos eternos.
Tú. Sí: Tú.
Conoces los secretos de La Pausa, eres capaz de suspender un instante en el infinito. Mientras la multitud, esa excecrabe turbamulta, se regocija soezmente en las impurezas del dinamismo, Tú nos enseñas en complicados arabescos el Camino que para nosotros, pobres ignaros, no conduce a ninguna parte.
De pronto sorprendemos al enemigo. Suena el clarín de un contrataque fulminante. Todos nuestros guerreros corren enloquecidos a vulnerar la retaguardia del enemigo malparado... Pero Tú estás sublimemente más allá de tales simplezas. No puedes rebajarte a tales muestras de impío prosaísmo.
En medio de la carrera frenética en la que todos se embarcan con desesperación, Tú, con majestuoso ademán, detienes el tiempo. Con lentos gestos (muy lentos) das la espalda a las huestes enemigas en magnífica muestra de desprecio, como quien tiene cosas más importantes que hacer, e inicias tu complicada y pausada (muy pausada) danza.
El enemigo entonces se rearma, se reagrupa apresuradamente, sus defensas están nuevamente listas. No importa. Tú apenas lo adviertes, oteando el Más Allá, calculando la dirección del viento, sopesando las líneas tácticas, abarcando con tu mirada panorámica todos los ángulos en sabia apreciación. Perfeccionista, no te gusta ese torpe apresuramiento, esos avances rectilíneos, eres el enemigo mortal de lo evidente.
Recibes solemne el esotérico talismán, testigo esférico de secretos incalculables, e inicias con él lo que parece un complicado baile con impertérrita expresión. Un remolino de guerreros amigos y enemigos se agrupan a tu alrededor como insectos impotentes. Rodean tu danza y se afanan ineptos en la confusión. El Caos Eterno acompaña tu paso cansino.
Nadie entiende nada. Y menos nosotros, pobre plebe que en muchedumbre aullante se retuerce y desespera en juramentos, incapaz de entender tus inescrutables intenciones y alejar esa vil pasión que nos oprime en favor de tu arte estático...
Volverás a empezar y todos volverán a empezar contigo, todos volveremos desde atrás, desde el fondo de la batalla, otra vez, y otra, en un Eterno Retorno en el que el mundo entero se agita en las fatigas a las que Tú pareces inasequible.
Riquelme: me tenés podrido.
Tú, mágico maestro de los (muy) lentos movimientos, espirales interminables, maniobras que desconciertan al enemigo, al amigo, y a todos los que te contemplamos, desesperados en aullidos eternos.
Tú. Sí: Tú.
Conoces los secretos de La Pausa, eres capaz de suspender un instante en el infinito. Mientras la multitud, esa excecrabe turbamulta, se regocija soezmente en las impurezas del dinamismo, Tú nos enseñas en complicados arabescos el Camino que para nosotros, pobres ignaros, no conduce a ninguna parte.
De pronto sorprendemos al enemigo. Suena el clarín de un contrataque fulminante. Todos nuestros guerreros corren enloquecidos a vulnerar la retaguardia del enemigo malparado... Pero Tú estás sublimemente más allá de tales simplezas. No puedes rebajarte a tales muestras de impío prosaísmo.
En medio de la carrera frenética en la que todos se embarcan con desesperación, Tú, con majestuoso ademán, detienes el tiempo. Con lentos gestos (muy lentos) das la espalda a las huestes enemigas en magnífica muestra de desprecio, como quien tiene cosas más importantes que hacer, e inicias tu complicada y pausada (muy pausada) danza.
El enemigo entonces se rearma, se reagrupa apresuradamente, sus defensas están nuevamente listas. No importa. Tú apenas lo adviertes, oteando el Más Allá, calculando la dirección del viento, sopesando las líneas tácticas, abarcando con tu mirada panorámica todos los ángulos en sabia apreciación. Perfeccionista, no te gusta ese torpe apresuramiento, esos avances rectilíneos, eres el enemigo mortal de lo evidente.
Recibes solemne el esotérico talismán, testigo esférico de secretos incalculables, e inicias con él lo que parece un complicado baile con impertérrita expresión. Un remolino de guerreros amigos y enemigos se agrupan a tu alrededor como insectos impotentes. Rodean tu danza y se afanan ineptos en la confusión. El Caos Eterno acompaña tu paso cansino.
Nadie entiende nada. Y menos nosotros, pobre plebe que en muchedumbre aullante se retuerce y desespera en juramentos, incapaz de entender tus inescrutables intenciones y alejar esa vil pasión que nos oprime en favor de tu arte estático...
Volverás a empezar y todos volverán a empezar contigo, todos volveremos desde atrás, desde el fondo de la batalla, otra vez, y otra, en un Eterno Retorno en el que el mundo entero se agita en las fatigas a las que Tú pareces inasequible.
Riquelme: me tenés podrido.
14 comentarios:
Jajajaja!! Muy buena esa línea final que esclarece todo el escrito. Ya estaba temiendo que se hubiera metido en alguna secta lava cerebros. Veo que era simplemente una inquietud futbolística la suya. Vamos Argentina!!!!
jajaja!!! Muy bueno Jack. Es una de las mejores prosas poéticas que le he leído.
Sin mencionar que expresa una opinión de varios.
Con todo cariño, Jack, lo tuyo es la política, porque de fútbol, nada. Y lo peor, de lo bello... Desde la primera línea supe que se trataba de un diatriba contra el mejor jugador argentino.
Te propongo algo, decile a Pekerman que Riquelme se haga el lesionado y que llamen al kili Gonzalez (que supongo que no te hace perder la paciencia, sólo mundiales).
NINGÚN esquema de juego justifica la exclusión del jugador más talentoso de los últimos 10 años de fútbol argentino (Riquelme debutó en el 96, ese día estuve en la cancha). Ojo: yo no soy de los defensores del lirismo (que en general ni siquiera saben lo que es la lírica, y olvidan que la poesía comenzó siendo épica). No. Pero soy un apasionado defensor de Román. Alguno dirá que mi pasión es digna de mejores causas. Yo creo que no. Esta selección, con Román en la cancha, hizo 10 goles y está en cuartos. Pensá en Japón y en ese equipo obsesivo que nos representó. 2 goles y afuera. No soy resultadista, pero al fútbol se juega a hacer goles, no? Salvo los equipos africanos, que parece que juegan sin arco. Yo no puedo creer este anti-riquelmismo. No entiendo qué miran, te lo juro. Pareciera que nunca jugaron ni un picadito en un baldío. ¿Vos entendés que Román no siempre juega en la posición más conveniente para su juego, no? ¿Vos viste en Japón 2002 algo parecido a la asistencia a Saviola para el segundo gol contra Costa de Marfil?
No further questions, your owner...
Me pone terriblemente mal que tú, querido Jack, pienses de esta manera. Y mil perdones si me exalté demasiado.
Almirante:
Empecemos por el principio: soy bostero, y aunque parezca raro el juego de Riquelme siempre me gustó... hasta ahora.
No soy de los que toman partido fanáticamente por un jugador, defendiéndolo a muerte o atacándolo sin tregua, me precio de ser un obervador objetivo y si digo que Riquelme me tiene la paciencia por el suelo es precisamente porque vengo tiempo ha esperando infructuosamente que vuelva a ser el jugador que fue.
Contra la falsa dicotomía "jogo bonito vs. efectividad" sostengo que ambas pueden ser una y la misma cosa. El juego de Riquelme era efectivo y bello, y hoy no sólo es ineficaz sino que además es un barullo fastidioso que termina invariablemente sea en jugadas enkilombadas, sea en pasecitos intrascendentes 90% de los cuales son hacia atrás.
Su observación de que no juega en una posición conveniente para su juego contradice flagrantemente el espíritu potreril declamado dos frases antes: en el potrero todos subimos, bajamos, atacamos y marcamos, esa supuesta erudición bilardera de que un jugador pierde su talento por estar ubicado cuatro metros más allá es otra de las ridículas "verdades" que nadie se atreve a cuestionar. Es fácil ver que hay jugadores que aparecen fuera de su posición airosamente, y otros que simplemente NO SABEN qué hacer con una pelota, por ejemplo el insoportable Heinze.
Por otra parte la pregunta admite implícitamente que JRR no lo está haciendo del todo bien.
Esta selección está en cuartos porque el árbitro nos hizo precio de amigo en el partido contra México, digámoslo también, y porque Maxi embocó un feliz zapatazo que ni él mismo podia creer. Ganar así no me gusta.
Créame que lamento haberle hecho perder su aristocrática ataraxia.
Salud!
VAMOS ARGENTINA!!!!!!...che no entendi lo de "precio de amigo".
Pero: VAMOS ARGENTINA!!!!!!!!!
SIAMO FUORI DI LA COPA.....
Alemanes hijos de un vagon repleto de trolas!!!!
VAMOS ARGENTINA!!!!
La "objetividad"... ay...
Hoy no tengo ganas de contestar. Mañana tampoco.
Cierto, cierto, quebranté la primera regla del Manual del Samurai Posmo: "objetividad" es un concepto prohibido.
Bien, reemplacémosla por "subjetividad nublada lo menos posible".
Haga el favor de no tirarme con mierda. Prefiero la vista nublada y no el pecho.
Rage, rage against the dying of the light.
No sé qué cosa es el "pecho nublado", suena surrealista. De todos modos mi intención no era tirarle con mierda..... ehhhhh!! no se enoje che! Riquelme es un desastre y punto, hoy lo demostró sobradamente. Basta.
Rage against the machine... ehhmmm... no, eso no era....
Reconozco que no es de buen tono romper la que ud. ha llamado mi 'aristocrática ataraxia' (ah, si tan solo fuera cierto...) Pero a veces es necesario salir a romper una lanza. Román, te banco a muerte.
Saludos.
bueno, tengo que coincidir con los dos posts futboleros del anfitrión. desde la otra orilla, y con simpatía por la selección argenta, me resulta un bodriazo MUY sobrevalorado el fútbol de román riquelme.
me encantó el post.
Sencillamente maravilloso...Es increíble la lentitud con la que jugó el mundial...Y creo que tu post lo define tal y como es...Muy bueno el BLOG...Aufwiedersehen!
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