29.5.06

Interesanteces

Yendo por Cataluña al norte, poco antes de llegar a Andorra y en las primeras estribaciones de los Pirineos está la región del Alt Urgell, cuya capital es la Seu d’Urgell, de unos 10.000 habitantes. Ciudad tranquila, mucha piedra en las construcciones, residencial pero con mucho turismo, especialmente en invierno, sobre todo por la presencia de gente que va a hacer deporte aventura, escaladas, y esas cosas que cansan.

Como en la mayor parte de Europa, en la Seu d’Urgell pueden verse edificios modernos junto a un patrimonio histórico bien conservado. Así, uno sale de la confitería con calefacción y televisor de plasma y se mete en la catedral de Santa María que gasta ese estilo románico sólido, un poco bestia, anterior a las estilizaciones del gótico.

La catedral es del siglo XII, lo mismo que el claustro. En éste pueden verse las típicas figuras medievales un tanto delirantes que representan las bienaventuranzas del cielo y los horrores del infierno: ángeles que contrastan con lobos alados, monos con cara de loco, y así.

Pero en 1990, casi un milenio después de construido el primero, se inauguró otro claustro muy cerca, en la zona llamada Parc del Valira. Este claustro fue diseñado por el urbanista y escritor Lluís Racionero.

Los catalanes son tipos originales, y parecen dispuestos a alborotar un poco en las tradiciones religiosas, por lo menos en lo que a diseño se refiere. Primero fue Gaudí con La Sagrada Familia, representando las buenas acciones con frutas, introduciendo cuadros con cifras y esculpiendo a Satanás poniendo una bomba en manos de un terrorista; todo en plena iglesia. Lo de Racionero es más modesto, pero también levantó mucho polvo. Veamos.

El claustro de Parc del Valira es idéntico en proporciones y estilo al anterior. Y por supuesto, también invita a reflexionar: silencio, las muchas columnas ayudan a quien se pasee a meditar, y también a este propósito contribuyen las figuras alusivas. Sólo que ya no hay gárgolas, ni serpientes. Para representar las mundanas vicisitudes este claustro ha reemplazado los mitos medievales por figuras más actuales.

Las figuras vienen agrupadas por temas. Por ejemplo, música: aquí están Bach, Wagner y el músico catalán Pau Casals (que alguna vez tocó en Buenos Aires), y si se fijan en los ángulos del friso superior no faltan los Beatles:

En pintura, Dalí. Sepan disculpar, el rostro que tiene al lado no logro reconocerlo, aunque por la barretina que tiene en la cabeza debe ser un pintor catalán (¿alguno puede decirme?):

Por supuesto, el Mal también está representado. Hitler y el detalle del Guernica, a la izquierda Franco (obsérvese la falta de cabeza; quizás el deterioro... o algún entusiasta pudo habérsela arrancado), Mussolini y – aunque en la foto no se vea - nuestro animal burócrata Stalin:


El cine también existe, Laurel & Hardy, Woody Allen y los Hermanos Marx:

Para la política internacional, Kennedy y Churchill:

Ya totalmente embalado y decidido a representar el mundo como sea, el amigo metió nomás a... ¿la tentación del Demonio? ¿Los ángeles del Paraíso? Désele el calificativo que se quiera a Marylin. También están Silvana Mangano y la Garbo. No están Darryl Hannah ni Uma Thurman, estoy pensando en elevar un serio reclamo contra este injusto olvido:

No se olvidó del fulbito, aquí reconozco la cara de Pelé, Maradona también está:


Y claro, la historia del pensamiento humano: Einstein, Freud...



...y veamos quién se ha colado nada menos que en un claustro. La historia del pensamiento humano no podía – cuestión académica – dejar de lado a...


¡Carlitos! ¿Qué hacés vos por acá? ¿Qué se cuenta, maestro? Ya me imagino yo a los seminaristas mirándote de reojo, afectando indiferencia, alguno quizás haciéndose preguntas. Ellos te miran pensando en la locura del mundo, y vos los mirás a ellos pensando... exactamente lo mismo.

Claro que este trabajo generó una polémica fuerte. Los catalanes – los de la generación que supera los 40 - son mayoritariamente católicos, su burguesía no carece de esa típica hipocresía miope y provinciana a decir basta; y como todos los españoles son un poquito toscos. Pero es indudable que tienen algo más de chispa creativa que gustan de resaltar frente a la España ascética y mortalmente aburrida representada por Madrid que siempre – y sobre todo con Franco – miró con desconfianza a estos herejes incorregibles.

Personalmente, más allá de lo que me parecen algunos excesos mersa-pop como el fútbol, no creo que sea una mala idea. Si se quiere representar al mundo ante quienes se retiran de él, lo mejor es representarlo tal cual es, incluso con lo que tiene de frívolo, o menor. La libre interpretación hace el resto: para muchos quizás la monstruosa confusión que representan estas figuras inspire un horror superior al del aquel ingenuo terrorismo medieval.

Pero al ver estas figuras se me hizo más vívida la certeza de que, como no sea suicidándose, nadie se retira verdaderamente del mundo. Esculpido en los capiteles o en la propia memoria el mundo está ahí. Pretender alejarse de él es tenerlo en cuenta, perseguir un objetivo, enredarse en una pertenencia, representar un papel.

Todas nuestras caras están ahí, hasta la del último ermitaño oculto en el Tibet que cree haber olvidado al Universo, y ha puesto tanto ahínco en conseguirlo como el ejecutivo más feroz de la city en triunfar.

Ahora mismo todos nosotros estamos jugando este juego inevitable que no sabemos qué es.

Siempre.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

muy pirado el muchacho. me interesó el personaje y una búsqueda en google me reveló datos adicionales:

1) que ha sido también cineasta. le dieron el premio de la crítica en cannes por el cortometraje "la fiesta de los locos", allá por 1979.

2) que fue director de la biblioteca nacional nombrado por la administración del partido popular, criticado en su momento por el psoe desde la oposición. también fue acusado de plagio, del que se defendió diciendo que se trataba apenas de "intertextualidad" (al parecer se trataba de doce páginas de corrido, y en el libro no se aclaraba de dónde provenían). fuente: http://www.cincodias.com/especiales/especiales/2001/especial2001/html/cul2.html

3) ya en tren de chisme, en distintos foros, que es un masón de aquellos, y que como mano derecha (en la biblioteca nacional) supo nombrar (valga la aparente redundancia) a un "ultraderechista".

4) ganador de unos cuantos premios por su novelística, entre ellos el premio carlemany del 2000 (vaya uno a saber qué es eso) por su obra "el último cátaro".

mis saludos cordiales.

Anónimo dijo...

a ver si sale aquí...

nadie dijo...

Para agregar algo nomas, porque creo q los dos compartimos lo que voy a decir, estoy de acuerdo con la memoria, con la idea de quedar en la vida sin estar viviendo. Pero se te pasa por alto que no es tan ssencillo. No es la mera idea de la existencia y nuestro proceder en ella, la que nos hace inmortales, es la "puesta en" de la subjetividad, la produccion de esta inmortalidad como fenomeno social, tiene que ser conciente, hay que hacer la historia no solo transitarla.

Anónimo dijo...

no, algo malo habré hecho... los interesados pueden googlear, bah.

Jack Celliers dijo...

Pablo: los rayos catódicos? ¿Isabel de Castilla y Fernando de Aragon? Ah... no, no... esos son los Reyes Magos. Ok.

Calandraca: Interesante, la verdad es que ignoraba todo eso. Igualmente me suena que el pibe debe ser un posmo de aquellos. Lo de la "intertextualidad" me encantó, es una salida de lo más elegante y caradura ¡merecería ser argentino! Además la palabra "intertextualidad" te convierte mágicamente en un intelectual ni bien la pronunciás tres veces seguidas.

Que sea masón... en fin, algún día voy a dedicar un post a los masones, como en la iglesia ahí dentro cabe de todo: fascistas, liberales, progres, no pocos chiflados.

El link está roto, pero googlearemos.

Tacho: Interesante, pero me parece (no sé) que es una cuestión de grados. En alguna medida la historia se hace siempre, es inevitable. No hay una diferencia entre "hacer" la historia y "transitarla", se hacen las dos cosas a un tiempo. Que ese "hacer" sea inepto, oscuro, desconocido o nefasto desde un punto de vista, eso es otra cosa, pero es inevitable hacer la historia, hagas lo que hagas la hacés, la hacemos.

En cuanto a inmortalidad... caramba, como decía Woody Allen: "No quiero ser inmortal por mi obra, quiero ser inmortal no muriéndome". No sabemos el alcance de nuestras acciones. Marx es "más inmortal" que yo, seguramente, pero ese mismo "más inmortal" es absurdo, ya que "inmortal" es una categoría absoluta, exige una certeza total, certeza que no tenemos.

Digo, bah.

reuben dijo...

Claro, eso vendría a significar que en la Iglesia son piolas, que son tolerantes y que están por encima de todas las cosas que pasan en este mundo...
Derrida no estaba?
Habría que deconstruir esos muros. Por ahí dentro de unos mil años la perfeccionan un poco.
Pero qué buena vida que se da usted mi estimado, me alegro.

Jack Celliers dijo...

Amigo reuben:

No sé dónde puse yo que esto significara que "son piolas y tolerantes", si mal no recuerdo Ud. ha pasado por este blog otras veces y me resulta difícil que se me confunda con un amiguete de la iglesia.

Simplemente: ahí dentro hay casi de todo, y esto no es lo peor que han hecho, vamos.

En cuanto a la deconstrucción... mire, esto podría dejarse como una curiosidad, hay varias otras cosas que deconstruir, el Opus por ejemplo, se lo podría deconstruir a martillazos.


Derrida no está.... Baudrillard tampoco, bueno, a ver: reconozcámos que es un mérito che.

Salud!

Anónimo dijo...

A mi me gustó mucho la obra de Gaudí y el Parque Güel, la Sagrada Familia, claro. Los catalanes no tanto pero es hasta que uno les toma la mano.
Lo visito porque he leído muchos comentarios suyos en el blog de París y en otros. No se si mis temas le interesarán pero sería grato tenerlo como visitante.

reuben dijo...

Nooo, no confundí... Esa era una opinion mía, estoy un poco cansado de que se quieran mostrar como tolerantes. Bueno, dejemos los muros, además los catalanes me caen bien, a lo mejor se dan cuenta de que Marx está más cerca de la santidad que Ignacio de Loyola.
Salud