26.5.08

Guitarreando en rancho ajeno

El amigo Milkus me había pedido hace un tiempo una opinión sobre el distributismo. Y resulta que yo francamente no tenia idea de lo que era el distributismo.

Bien, el distributismo es una ideología surgida a partir de ciertas reflexiones de ciertos intelectuales de cierto catolicismo (digo "cierto" porque hay varios en cada una de las categorias). Estudié un poco el asunto y finalmente me animé a escribir algo acerca del tema.

Escribir el ensayo me vino muy bien y me resultó muy placentero. Por eso agradezco a Milkus su generoso interés en mi opinión.

Si quieren, pueden pasar por
acá. Espero que les parezca entretenido.

Salud.

15.5.08

Royksopp y otros divagues

Como no todo es marxismo en la vida de vez en cuando hay que tratar otros temas, che. Como siempre guiados por el más riguroso y documentado diletantismo.

El autor de estas borroneadas reflexiones gusta de la música bastante más de lo que deja ver por acá. Tiene un gusto algo salvaje y desordenado, con tendencias a la investigación de sonidos, desmañados tanteos con el piano y búsqueda incansable de vagas señales que indiquen el rumbo del universo y el sentido de la existencia. Fracaso asegurado, ya lo sé, pero agradable.

Entre los varios géneros que frecuento está el jazz. Bueno: los jazz (¿jazzes?), porque hay realmente muchos. Si bien todo lo que sea jazz atraerá mi atención, la verdad es que no soy tan amante del llamado "jazz de las grandes bandas", por ejemplo. Me gustan tipos como Jelly Roll Morton y tuve el placer de escuchar a La Porteña no hace mucho en un homenaje a Cab Calloway (¡di du bap bu bap!), pero lo que atrae más mi atención es el jazz de la costa este, llamado también "jazz blanco", que tiene una elaboración más intelectual que instintiva (bah, esto es algo que digo yo porque me parece).

Y por supuesto, me gusta mucho el nu jazz / acid jazz / jazz electrónico, llámelo el lector como quiera. Aunque aquí hay que prevenirse: bajo esta etiqueta, lo sabe cualquiera con un poquito de oído, se ocultan paupérrimas insolvencias pop y porquerías new age que definitivamente tienen nada que ver con el jazz. Pero las veces en las que los artistas aciertan nos pueden hacer disfrutar de fusiones muy felices.

Ahora bien: no voy a hablar de jazz, ni siquiera de nu jazz. Voy a hablar de otro género aún menos consagrado.

Como todos los amantes del jazz y sus muchos hijos ilegítimos el autor desconfía profundamente de la musiquita house, acid house, chill out (nuevamente el lector queda invitado a agregar las etiquetas que guste) Si el nu jazz tiene ya una insoportable carga de ladrones sueltos, el house / chill out cobija a una mayoritaria panda de melositos, experimenteros sin oficio, musiquitas de hotel alojamiento, saxos empalagosos y organitos Yamaha. El 90% de este género - me arriesgo resueltamente en el porcentaje - es definitivamente descartable.

Muchas veces leemos en una crítica que un grupo es "hipnótico"... mala señal: lo más probable es que sea un embole. Pasa con sobredimensionados grupetes como Portishead, esa gente que cree que hacer (o escuchar) música insoportablemente aburrida y pedante es cool, es "de culto" ¿vistes? Verso. Otros ejemplos – más cerca del chill out – son grupos como Tosca o Thievery Corporation (nombre muy adecuado) que tienen un par de cositas pasables pero que normalmente a lo más que llegan es a no molestar; uno los pone y se ocupa de otra cosa sin prestarles demasiada atención, porque en cuanto lo hace se irrita con tantas ideítas simples retorcidas a fuerza de juguetes eletrónicos.

Pero... siempre hay excepciones my friend. Al fin y al cabo el talento es talento, y me parece que puede surgir en cualquier género. Músicos talentosos son, sin duda, estos muchachos que presenta este post.

Royksopp (o Röyksopp, o Røyksopp para los puristas escandinavos) es un dueto noruego: Tørbjorn Brundtland y Svein Berge. Estos dos longilíneos con cara de loquitos pergeñan sus fechorías en la ciudad de Bergen. Hacen música electrónica, lo que sea que eso quiera decir. Escuchándolos uno se da cuenta de que los muchachos se preocupan primero que nada de lograr melodías interesantes a las que aplican unas texturas tecno perfectamente justificadas. Lejos de hacer lo mismo que hacen casi todos, esto es: intentar sacar a flote durante siete minutos el arroz con leche a fuerza de sampleos e imbancables soniditos, Royksopp hace melodías que se sostienen perfectamente con unas simples cuerdas, como Remind Me, que no necesita de ningún remix para sonar redondísima.

La mayor parte de sus composiciones están montadas sobre una especie de melancolía neurótica, ambos aspectos mezclados en grado variable. Uno los escucha y los sigue con agradable facilidad, pero hay un punto - por lo menos es lo que a mí me pasa - en el que ponen al oyente ligeramente inquieto, y realmente no sé si eso es una virtud o un defecto, pero es interesante.

Su primer trabajito fue Melody A.M. (2001), un disco que además de haber vendido más de 1.000.000 de copias no tiene un solo tema de desperdicio. Por ejemplo Eple es una melodía decididamente insistente, aunque el video (los videos son también un fuerte de Royksopp) sea decididamente nostálgico:



En cambio So Easy es una canción hipnótica y efectiva, suena como una especie de canon coral oscuro ideal para escuchar con humo de hierbas medicinales e imaginarse cualquier cosa. El video es algo tópico, es verdad, pero muy bien logrado (y esas chicas tienen todo el aspecto de hablar un francés impecable):



Royksopp también hace remixes de temas ajenos (así como ellos mismos son remixados por otros músicos, generándose un interesante fenómeno de creación colectiva). El video que más me gusta de ellos es causalmente Cry Baby, un tema de Spiller sobre el que han creado una historia con dibujos muy expresivos:



Para cerrar, no me gustaría dejar afuera Only This Moment. El video es un poco naif (al fin y al cabo son noruegos… ¿qué problemas pueden tener en Noruega?), pero la canción no deja de ser emocional a pesar de ser muy tecno:



La discografía de Royksopp es corta pero efectiva. Se ve que los muchachos no quieren producir canciones como patys. Obviamente a veces roban un poco y remixan más de lo necesario ¿quién no lo ha hecho? Vale la pena escucharlos de todos modos. Yo recomiendo empezar con Melody A.M., luego The Understanding y las Black Sessions, donde tocan en vivo y se oyen como en estudio. Si no gusta nada de esto es porque no gustan y punto.

Por el dinero no hay que preocuparse, al fin y al cabo en internet todo esto es muy fácil de encontrar y bajar, aunque yo personalmente me he comprado un par de cosas, creo que lo merecen.

Bueno, che, no me miren así. Las neuronas necesitan relajarse de vez en cuando, ya habrá tiempo para el materialismo dialéctico. Sin ir más lejos yo estoy seguro de que a Trotsky le gustaba algún tanguito.

Buenas tardes.

PD: Vale la pena recordar que quien me introdujo en el conocimiento de Royksopp fue Niño Barroco, en uno de esos encuentros bloggers en los que intercambiamos ajedrez, música y ladrillazos. Un día parece que se cansó de alguna de esas cosas, o de todas, y se fue.

6.5.08

¿Dónde estudiastes a Marx?

I - Del cinismo y la impostura

El cinismo es un arte peligroso y la impostura no lo es menos. Para ejercer cualquiera de ellos hay que ser realmente talentoso. Esto ya lo he escrito - mis ideas son tan escasas como flacas - pero ya que todo el mundo tiene recetas para detectar los males de la Argentina yo no seré menos y diré que si existe un problema nacional, un problema auténticamente patrio es el de la enorme cantidad de imbéciles que quieren ser desesperadamente cínicos e impostores, con el resultado esperable.

II - El episodio

Pasan cosas divertidas en un blog. Recientemente tuve la sorpresa de leer, en el penúltimo post (sin contar éste) un comentario que me dejó patidifuso:

Cruz y Fierro dijo...

JC: Te las tirás de marxistas pero te la pasás chamuyando sobre la superestructura. La Revolución está a las puertas pero tal vez ni vos ni yo la vemos. Así es la cosa, flaco. No hay nada que vos puedas hacer para adelantar los propios tiempos de la historia. Este blog es diletante. Perdoname hermano, pero es así. ¿Dónde o con quién estudiastes a Marx? ¿No estarás sufriendo de progresismo? Volvé a las fuentes, si me permitís el consejo. Tu última posta sobre sicología me hizo a acordar a Miseria de la Filosofía...


Atiné a sujetar la mandíbula. Me apresuro a aclarar: el autor del comentario no es en realidad CyF sino un allegado suyo que al parecer usurpó sin darse cuenta su identidad. Alguien que como vemos no tiene idea de cómo utilizar algo tan simple como Blogger, pero es tan moderrrrrno como para tutear a Marx, a la revolución, a Hegel, a Einstein y llegado el caso a Newton; total... ¡life is a cabarulo, pibe!

Inmediatamente me llegaron las disculpas de CyF via mail y caí en la cuenta. De CyF no hay mucho que decir: políticamente hablando - si se me permite acuñar una frase - caminamos por veredas opuestas ya que sus posiciones son cercanas al nacionalismo católico militante. Su ideología es la ideología del enemigo de clase y eso está claro. Hemos tenido nuestros cruces (fuertes) y no hemos encontrado - posiblemente ni buscado - el menor atisbo de coincidencia. Probablemente porque no lo hay, y eso también está claro.

Nada de esto impidió a CyF la elemental cortesía de aclarar el malentendido tanto más cuanto que el comentario, al aparecer firmado por él, no deja de tener una apariencia más bien extraña. Su sensata sugerencia fue redondamente borrar el comentario, y la consideré seriamente. Sin embargo la sensatez no es mi fuerte y esta situación tiene realmente mucha miga. El hecho de que apareciera "firmado" por CyF me indujo a una curiosa reflexión por contraste.

III - La reflexión

El pensamiento marxista tiene que dar muchas batallas ideológicas, el arsenal del enemigo de clase es sofisticado y presenta diversas variantes, variantes que no se deben a ningún plan maquiavélico sino a la dinámica propia de los actores sociales.

Las ideas que sostiene CyF representan a la fracción más convencida y militante del orden burgués y aún preburgués. Las diversas variantes del corporativismo no son otra cosa que la burguesía dándose cuenta, en la persona de sus ideólogos más radicales, que el propio orden burgués degenera y que la única solución es llamar en su auxilio a los valores preburgueses: el mito, el hacha, la cruz. Valores que por supuesto nunca restauran el orden preburgués (ningún régimen corporativo ha dejado de ser al fin y al cabo capitalista), pero que sirven al propósito de aplastar la revolución, que de eso se trata todo.

El resultado es que con estos ideólogos se debate - bien o mal - acerca de los valores y los fundamentos, es decir: de las cosas que importan.

¿Qué tenemos en el otro extremo del arco que sostiene a rajatabla la sociedad dividida en clases?

Tenemos a los cínicos. A los que dicen que nada debe ser cambiado porque no hay nada que cambiar, pregonan la inanidad de toda acción y el desprecio de todo lo humano. Juegan con las ideas y se ríen de los sacrificios, el epigrama es su arma.

Tenemos a los impostores, los que se disfrazan con las ideas que encuentran y juegan con los conceptos aunque no hayan aprendido nada.

Y se ve venir de lejos el comentario: "Claro, ahora va a decir que prefiere a los enemigos convencidos antes que a los escépticos que dudan. ¿Viste? Los extremos se tocan". Error craso. Con los cínicos y los impostores también se puede debatir y aprender mucho llegado el caso, pero ojo: a condición de que tengan algo en el magín al menos.

El problema argentino - sostengo - es que hay legiones de ineptos enfervorizados con este papel.

Precisamente tenemos aquí al distraído allegado de CyF, al que fue involuntariamente su alter ego: alguien con nulas nociones de redacción y recio analfabetismo que menciona libros en passant, pegotea trabajosamente frases de memoria, descoyunta los verbos y propina a un breve y sufrido párrafo toques de confianzuda suficiencia como "hermano", "te las tirás", "así es la cosa, flaco" y la colección completa de tics que permiten identificar al pelotudo de café porteño en menos de tres segundos.

Por eso que no se crea que desprecio a los analfabetos, sólo desprecio a los analfabetos ilustrados. Los que pudiendo leer, ir a la universidad y tener acceso a la palabra no pueden hilar una simple idea porque están muy ocupados dando consejos, exhibiendo su erudita ignorancia y balbuceando el panegírico de sí mismos.

Mucha gente ha llegado y llega a Marx desde el analfabetismo, gente de muy pocos recursos que vieron en el saber la herramienta para rebelarse contra un orden injusto: obreros cañeros que robaban horas al sueño para estudiar, presos, changarines y jóvenes trabajadores ahorrándose las monedas del colectivo para comprar libros.

Y estos inútiles.

Si me preguntan ahora con quién prefiero debatir, si con los militantes de la cruz o con estos desvaídos flatos del pensamiento, responderé que con estos últimos no hay nada que debatir. No es que sean cínicos o destructivos: simplemente son incapaces de formular un concepto. A lo más que llegan es a ese triste rejunte de menesterosas frasecitas que apenas si alcanzan para justificar lo único que les importa: el tonito suficiente.

Si hay algo para lo que el cinismo y la impostura no sirven es como tabla de salvación: pueden elevar a los talentosos hasta la paradoja, pero a la gilada la hunden sin remedio en el ridículo.

Y del ridículo, lo sabemos, no se vuelve.

Buenas noches.