30.10.07

País Generoso

La frasecita se repite en Argentina hasta el cansancio ¡Qué país generoso!

Ilusos.

Dense una vueltita por España y me cuentan. Expongo dos ejemplos.

I – Aia, me estresé.

Las “licencias por stress” son comunes en Europa, he conocido casos de dos meses con licencia por stress. Dos meses ¿eh? Con goce de sueldo y todo. Pero resulta que ahora hay una nueva causa de stress: el cambio de horario.

El fin de semana hubo que atrasar el reloj para lograr el mejor aprovechamiento de las horas de luz durante el día, igual que en Argentina. En definitiva no parece demasiado motivo para quejarse, al fin y al cabo ganamos una hora de sueño (o de lo que se quiera) durante el finde.

Pues bien, resulta que esto genera “stress”. Léanse las notitas: no faltaron los diarios explicando que esto genera trastornos, ansiedad, problemas de concentración y vaya a saberse qué más. Gente hay que ha pedido y obtenido licencias justificadas para faltar al trabajo a causa de que… su fin de semana fue una hora más largo.

¿No me creen? Miren
acá y acá.

II – El hermano del candidato

El segundo ejemplo consta de un par de diálogos de los que puedo dar plena fe porque fui protagonista de ellos en la figura del Entrevistador. Observen cómo la idiosincrasia española derrota al sistema capitalista a fuerza de pura inepcia:

Situación: oficinas en zona céntrica de Barcelona, cerca de Paseo de Gracia. Necesitamos determinado perfil profesional con ciertas características técnicas especiales que se consiguen con alguna experiencia y que el mercado español definitivamente no facilita. El Entrevistador (un servidor) desgasta su cerebro con currículums que parecen redactados por un primate alcoholizado.

Se presenta el Candidato. Un tipo delgado pero de mejillitas fofas en medio de las cuales salta una naricita respingona. Técnicamente anda más o menos pasable si consideramos la pobreza franciscana y dramática de perfiles técnicos en España. La actitud es algo molesta: habla de más, da innecesarias vueltas, etc. Pero como en España es común hablar de más (“ha llovido… ¿Has visto cómo ha llovido? Hombre… que cuando llueve no hay caso tío, te mojas… La lluvia es así, claro… es que estaba nublado y cuando se nubla… ¡pues llueve! Y claro, que te mojas y no hay caso, leches… ¿has visto la lluvia?”) lo dejo terminar para preguntarle finalmente:

Entrevistador: - ¿Me podría decir bajo qué condiciones quisiera Ud. entrar en nuestra organización? Me refiero al tipo de contratación, salario, etc.

Candidato (impasible): - ¡Ah sí! Pues claro: lo que yo necesito es que si me contratan a mí es que tienen que contratar también a mi hermano.

E (que cree no haber oído bien): - ¿Eh?

C: - Es que él me ayuda en todo, trabajamos siempre juntos y tenemos muy buena… muy buena…- mueve las manos como sosteniendo un huevo de avestruz - relación de trabajo ¡eso! Y es que yo con mi hermano… ¡vamos! es que no lo puedo tener lejos ¿sabe Ud.? Porque…

E (con una mirada algo incrédula): - Es que – perdone que lo interrumpa – yo me refería a exigencias de tipo profesional…

C: - ¡Pues claro! Es que se trata de una cuestión profesional precisamente. Yo trabajo con mi hermano muy bien, y sin él… vaya… que me lo pondría muy difícil…

E (parpadeando ostensiblemente totalmente confundido y colocándose por error un chupetín en la oreja): - Bueno… ehm… no sé… ¿tiene un CV de su hermano?

C: - Claro, aquí tiene.

Situación 2: Entrevista con el hermano, más por curiosidad que por otra cosa, mismo lugar. El hermano es un individuo esmirriado y prematuramente avejentado, una versión exprimida del anterior.

C: - Bueno, lo que yo hago fundamentalmente es ayudar a mi hermano, claro. Yo le hago presentaciones powerpoint y eso…

E (mirando el currículum): - Pero aquí dice que Ud. ha participado en proyectos y que ha efectuado algunas tareas de nivel técnico…

C: - ¿Dónde…? ¡Ah! Claro… es que yo esa parte del currículum no la he visto, sabe…

E (Estupefaccionado): - Pero… eehhmm… este es su currículum… ¿no? – digo mirándolo a los ojos de abajo hacia arriba.

C (con toda soltura): - Sí, es que vea Ud. mi hermano me ha ayudado a hacerlo y pues bueno… que ha agregado algunas cosas…

E:…

C: - Bueno, sí, digamos que es un error, ignore esa parte por favor. Concretamente lo mío son las presentaciones powerpoint… Pero lo que es yo aprendo rápido ¿eh? ¡Tengo una gran capacidad de aprendizaje!

E (Sintiendo intensamente el significado de la expresión “choque cultural”): ¿Y tiene alguna… exigencia… digamos… respecto de su ingreso en esta empresa? – pregunto casi temerosamente.

C: - Si, por supuesto, yo es que tengo que trabajar con mi hermano. Solo… pues no me hallo sabe Ud. El me guía y me va… pues llevando ¿se da cuenta? Hasta que yo me sienta libre y gane confianza ¿me comprende?

E (dando a la pregunta un tono harto significativo): ¿Ud. tiene treinta y nueve años me dijo?

C (inmune e impune): Exacto.

Me abstengo de preguntarle si va al baño sólo, o si tiene novia. Imagino detalles fascinantes e inmediatamente decido que lo mejor es no pensar. Se me ocurre una broma pesada: secuestrarlo y soltarlo en Buenos Aires. Comprendo que más que una broma pesada sería un asesinato; tipos así en la patria argenta no podrían caminar ni dos cuadras conservando la ropa puesta.

Por eso me hace muchísima gracia cuando en Argentina la gente dice que otros países están mejor porque “es que nosotros somos vagos y no laburamos” o “nuestro problema es que no somos competitivos”. Tanto en el nivel comercial (la atención al cliente en España es espantosa) como en el mercado de trabajo es difícil encontrar un mercado menos competitivo.

España combina las ventajas del estado de bienestar europeo con una población que aún no sale de un provincianismo notable: téngase en cuenta que esta entrevista tuvo lugar en pleno centro de una ciudad como Barcelona.

Tampoco quiere esto decir que todos los españoles sean así, lo que sí es cierto es que gente así en Argentina no existe. No porque no puedan nacer, sino porque la feroz selección natural no los deja desarrollarse.

Así que cuando digan "país generoso"... no dejen de pensar en Europa, amiguitos.

18.10.07

Les Amours d'Abeilard et d'Abeilard

El asunto es así, miren: monseñor Tomasso Stenico es un alto cargo de la Congregación para el Clero del Vaticano. Resulta que el hombre fue filmado sin que lo supiera mientras le decía a un joven que era "atractivo" y que la homosexualidad no era pecado.

Lo interesante es la explicación que dio: dijo que no es homosexual sino que fingió serlo para "aprender" sobre los homosexuales que dañan a la iglesia desde dentro y "desenmascararlos". También dijo que lo hizo para "redimir a las victimas" del pecado.

Muy bueno.

El video es verdadero. El sacerdote soy yo, pero se ha tratado solo de una banal equivocación que espero aclarar lo antes posible ante mis superiores

Pretendí ser homosexual, un ladrón entre ladrones, para entrar en contacto con aquellos que dañan la imagen de la Iglesia con prácticas homosexuales dentro y fuera del Vaticano

¡Qué digo! Buenísimo.

Ya sabemos que el sacerdocio es precisamente un sacerdocio. Y exige sacrificios. Hay que aprender del enemigo, y para eso qué mejor que meterse en su piel, en sus hábitos, hasta en sus mínimas actitudes.

Y no debe el santo varón arredrarse: hacerse habrá lo necesario para mejor desenmascarar a Satanás. Medias con ligas, tacones, mucho rimmel y ahí va Tomasso, santo varon mezcla de agente secreto y moderno templario, a las tres de la matina derechito hasta abajo del puente donde lo esperan los muchachos.

Durante afanosas horas, simulando pecar estará en realidad estudiando detenidamente las costumbres de los que practican las más escabrosas aberraciones contra madre natura, desde la sodomía alcoholizada hasta la cambiadita vuelta y vuelta. Ni las más repugnantes prácticas habrá de ahorrarse este verdadero mártir de la fe, a las horas en que las familias de bien duermen el sueño de la bendita ignorancia.

El problema es – si los muchachos de la cruz me permiten una alarmada opinión – que el ejemplo cunda. Que el celo por ejercer de esta sacrificada forma la defensa de la cristiandad prenda como un incendio entre el clero y los portadores de hábitos salgan en tropel a invadir hasta los más recónditos garitos, a aventurarse en los abismos carnales más fétidos y a no privarse ni de los ravioles con tuco como doble forma de celo en la piedad y severa mortificación de la carne.

En fin.

El hábito de la mentira lleva muchas veces al ridículo. Una experiencia casi bimilenaria en el poder y la seducción de las almas no borra el hecho de que quien miente una y otra vez termina degradando su escala de valores hasta un punto en que cree que el resto del mundo es tan estúpido como para creerle. Y creer estupido a todo el mundo estupidiza.

Debe ser penoso vivir así.

Pero vamos a quedarnos con lo simplemente gracioso, con el amigo Stenico intentando levantarse a un muchacho y luego saliendo a dar su ingenua cátedra. Al fin y al cabo eso no hace mal a nadie. Por eso es gracioso.

El problema es que la mentira puede servir para ocultar cosas sobre las que definitivamente no se pueden hacer chistes.

La pederastia por ejemplo.

Buenas tardes.

5.10.07

Multiculturalidad si, pero no.

Hace unos días hubo que soportar otra de esas polémicas sin seso que desatan todos los lugares comunes posibles en Europa. Se trata de una niña hija de árabes a la que no querían dejar ingresar al colegio mientras usara el hiyab, una prenda de vestir con forma de pañuelo que cubre la cabeza de la mujer.

La progresía

Los primeros balbuceos correspondieron a cierta progresía europea que oculta su desprecio por los inmigrantes detrás de la lucha contra un supuesto fanatismo religioso. Gente que quisiera que los inmigrantes fueran chics y moderrrrnos como nosotrossss ¿vistes?. Así que se subieron al caballito de batalla de "No dejemos penetrar la religión en la escuela pública" del brazo con los católicos reaccionarios "No dejemos entrar al Islam en la escuela pública" y los skinheads "No dejemos un inmigrante vivo". Muy bello.

Alguno dirá "Pero no dejar entrar la religión en la escuela pública ¿no es una política de izquierda"? Yo creo que la pregunta revela falta de sentido fino en un tema peliagudito como la educación, cuyo análisis lo reclama.

La primera reflexión que cabe es preguntarse por el límite entre lo religioso y lo cultural. El hiyab tiene un origen religioso, es cierto, como tantas otras cosas que hoy pertenecen a la cultura. El que diga que las fronteras entre ambas cosas es confusa (sobre todo en ciertas culturas) estará posiblemente en lo cierto, pero conviene aplicar un poco de ojo e inteligencia. En Europa no es raro ver chicas con la prenda de marras combinada con unos vaqueros, así que querer darle un significado religioso absoluto es tirar de los pelos a la realidad.

Pero hay algo más alarmante, y es que si se expulsa a esta chica lo que está haciendo la escuela pública es sabotearse a sí misma. En EEUU – país demencial si los hay – existe una fuerte corriente que apoya la home education, es decir, educar a los chicos en el hogar, quitarle al estado la posibilidad de integrar a la población mínimament; y enseñarle a los hijos cualquier chifladura que se le ocurra a los padres, acrecentando las desigualdades, el egoísmo, la fragmentación social y ya que estamos la locura general.

Echar a esta chica ¿no es empujar a los padres a enviarla a una escuela religiosa y fomentar el particularismo cultural? Los padres le ponen el hiyab, pero al mismo tiempo la mandan a la escuela pública, lo que ya es un rasgo de integración ¿por qué negársela?

La lucha contra el atraso es necesariamente una tarea difícil para la que se requiere un sistema educativo muy capacitado, capaz de aceptar a todas las personas tal y como vengan de su familia.

Y aquí viene la respuesta a aquello de si hay que dejar entrar la religión o no a la escuela: existe una diferencia grande entre hacer proselitismo religioso en una escuela y traer consigo un bagaje de costumbres - religiosas o no - que vienen de la familia. Prohibir el proselitismo religioso esta muy bien, pero es ridículo creer que se hace algún favor a la educación negando la identidad cultural de cualquiera, porque es desde esa identidad cultural que tendrán que llegar a recorrer otros caminos si pueden, y para eso hay que ofrecerles algo mejor y que lo elijan libremente. Si la escuela no puede aceptar el desafío de integrar a estos chicos ¿entonces para qué sirve?

La feminodia

Faltar no podía la otra pata de la progreseta eurocéntrica: ¡El hiyab es sexistaaaaa!

Claro que no podía faltar.

Fíjense lo que hay que leer en los diarios españoles, disfruten este articulejo que empieza con el título: "No es fe sino doma". Fasten your seat belts… tight.

No hay religión bajo el pañuelo que lleva la niña al colegio, lo que hay es la caspa del machismo eterno.

Hay mujeres a las que se les enseña a taparse, y les hacen creer que es una seña de identidad

¡Qué horror! A casi todos los varones se los obliga a usar corbata bajo amenaza de despido, si vamos al caso. Pero estoy interrumpiendo a la oradora.

Al negarnos a admitir a las niñas y mujeres cubiertas en los centros de enseñanza no vulneramos las costumbres y la tradición de un pueblo al que acogemos sino que defendemos unas libertades que aquí ha costado sangre conseguir…

Me encanta la forma como el feminismo se apropia de las luchas ajenas. No sé a qué sangre se referirá, posiblemente los luchadores antifranquistas murieron en el garrote vil para que las minas burguesas progre pudieran mostrar el culo en Paseo de Gracia. Siempre se aprende algo nuevo.

Para que quede claro:

No hay libertad en el tocado de la niña en la escuela sino doma, adiestramiento y silencio impuestos masculinamente (recontra sic).

Esos paños me espantan. No hablan de fe sino de sometimiento

Es notable el patetismo con el que la menor estupidez es usada como ariete argumental. Nuevamente las variantes del atuendo femenino se equiparan al látigo esclavista con una frivolidad fantástica sin que nadie pida aunque sea un poco de mesura. La desproporción absurda de la propuesta me fuerza a pensar que esta chica en la intimidad fantasea con celosos Otelos.

Aclaremos – por si hace falta – que el hiyab es un simple pañuelo que cubre la cabeza (no el rostro), como los que usan tantas señoras occidentales, no muy diferente de un sombrero si vamos al aspecto funcional.

Pero claro, ya sabemos que todo, (todo es TODO) es interpretable en clave "macho-oprime-fémina". Así que el hiyab también es utilizable como muestra de la brutal opresión que los hombres ejercen sobre las mujeres. Claro que no sirve de nada la opinión de la chica – que por supuesto no quería sacárselo – ya que es fácilmente descartable: la pobre oprimida es una boluda sin voluntad propia y por lo tanto su opinión no cuenta, sino la de la iluminada que represente al lobby feminista.

Lo curioso es que – al menos en Occidente – las restricciones vestimentarias del varón son mucho más fuertes que las de la mujer. La mujer puede usar las prendas que se le ocurran, incluso las masculinas, puede ir a trabajar con las piernas descubiertas, usar corbata, ojotas, y una variedad cromática mucho más amplia que la del varón. Si la vestimenta fuera signo externo de reglamentación – y no deja de ser una hipótesis interesante – es claro que quien está mucho más reglamentado/oprimido en su vestir es el varón, no la mujer. El saco y la corbata en verano, los pantalones largos, el pelo corto son imposiciones sobre la apariencia masculina que jamás han sido recogidas por ningún estudio de género, esos que no dejan de decirnos lo opresores que somos a santo de la menor gansada.

Pero claro, esto no es serio ¿verdad? Declarar al varón oprimido por el hecho de usar corbata, hacer analogías con la soga al cuello... no es serio, no.

Mucho más serio es esto, amén de expresado en fina prosa:

Demasiados años hasta que aquí hemos conseguido enseñar el ombligo – y si fuera necesario el culo – cuando y donde nos da la gana...

Me pregunto si los varones tenemos esa libertad también, ya que estamos...

... y vestirnos como la madre de todas las fulanas si nos place, y echarnos a la noche.

Pero aceptemos todo este valeroso mal gusto y que la mina en cuestión se vista como "la madre de todas las fulanas". Veámosla pasar caminando ampulosamente con una mini provocativa, tacos altos y top descubriendo unos hombros de solarium ¿Ya está? ¿Hemos dejado de ser opresores? ¡Qué ingenuos! El feminismo tiene ya su discurso de recambio:

"El macho opresor obliga a la mujer a exhibirse para el deleite de su vista, somos mujeres-objeto, oprimidas por la publicidad y..."

¿Vieron que fácil? Feminism always wins, my friend... Always

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